Ariel Rot celebra en Robledo su cuarto de siglo madrile?o

El 3 de agosto de 1976 llegaba a Madrid desde Buenos Aires el matrimonio formado por el economista y editor Abrasha Rotenberg y la cantante Dina. Hu¨ªan de la dictadura argentina y tra¨ªan con ellos a una hermosa hija joven que quer¨ªa ser actriz, Cecilia, y a un hijo adolescente de 16 a?os apasionado por el rock and roll que respond¨ªa al nombre de Ariel. Hace dos semanas, el matrimonio lo recordaba con un asado t¨ªpico argentino en su casa de la urbanizaci¨®n Entrepinos, pr¨®xima a Cadalso de los Vidrios. Su hijo, Ariel Rot, hac¨ªa un par¨¦ntesis en su agenda de conciertos para celebrar con ellos sus 25 a?os en tierras espa?olas.

Esta noche a las once, no muy lejos de all¨ª, en la Plaza Mayor de Robledo de Chavela, Ariel Rot volver¨¢ a subirse a un escenario para desgranar el repertorio recogido en el disco En vivo mucho mejor, m¨²sica de rock and roll en estado puro que grab¨® en directo el pasado mes de marzo en el Teatro Jacinto Benavente de Galapagar.

'Desde que estoy en solitario, estoy llevando los d¨ªas m¨¢s agitados', asegura Rot. 'He tenido ocho actuaciones en diez d¨ªas, no viv¨ªa algo as¨ª desde la ¨¦poca de Los Rodr¨ªguez', a?ade. Ma?ana por la noche act¨²a en Tenerife, en el festival Son Latinos.

Con una larga y fruct¨ªfera carrera a sus espaldas como guitarrista y compositor en grupos m¨ªticos como Tequila y Los Rodr¨ªguez -irregular y varias veces interrumpida en solitario-, Ariel Rot ha conseguido despu¨¦s de 25 a?os grabar su primer disco en directo: 'Si alguien que no me conoce me preguntara qu¨¦ es lo que hago, le dar¨ªa este disco, pues resume toda mi carrera'.

Vecino desde hace a?os del barrio de Malasa?a, Ariel Rot prefiri¨® las afueras de Madrid para grabar el disco que ahora pasea por Espa?a. 'El concejal de Cultura de Galapagar -el m¨¦dico y periodista musical Luis Lapuen-te- es un t¨ªo muy enrollao que est¨¢ sacando mucho partido a lo que tiene all¨ª y est¨¢ programando actividades musicales buen¨ªsimas', explica.

Ariel Rot contribuy¨® a normalizar el uso del castellano como lenguaje para el rock and roll, que result¨® decisivo para el advenimiento de la nueva ola y la movida madrile?a. Aunque en sus letras muchas veces se refleja el esp¨ªritu de la ciudad que le acogi¨® -'Madrid te integra f¨¢cilmente', afirma-, Ariel Rot cree que ahora no se est¨¢ pasando por una buena racha cultural: 'A pesar de que conserva su marcha y actividad nocturna, es tremenda la falta de iniciativa cultural en Madrid'. Puede que ah¨ª est¨¦ una de las razones que le llev¨® a grabar el disco lejos de su territorio natural: 'En Galapagar se pod¨ªa grabar un concierto en directo sin perder la intimidad. En Madrid ser¨ªa imposible: o te vas al Palacio de los Deportes o al Siroco, y yo necesitaba algo intermedio', admite.

En el Vals de los recuerdos, la canci¨®n que abre el disco, Rot rememora las primeras impresiones de su llegada a Madrid hace un cuarto de siglo. Ven¨ªa del fr¨ªo agosto argentino y encontr¨® una ciudad que viv¨ªa los coletazos de la dictadura y so?aba con la democracia. 'Era una ¨¦poca dura', recuerda ahora el m¨²sico, 'el rock apenas exist¨ªa, pero se notaba que hab¨ªa ganas de hacer cosas. Me gustaba su esp¨ªritu trasgresor y casi exclusivo'.

Ariel Rot no vive de la nostalgia, aunque le gusta comprobar las cosas que han cambiado. 'Una vez, a la salida de un concierto de Miguel R¨ªos', recuerda, 'un grupo de guerrilleros de Cristo Rey nos siguieron a Alejo [Stivel, tambi¨¦n argentino y compa?ero en Tequila] hasta el Retiro'.

Sin embargo, cree que el viejo centro por donde vive ha cambiado poco arquitect¨®nicamente. 'Veo las calles de Malasa?a', explica, 'muy parecidas a entonces, pero lo que s¨ª creo que ha cambiado es la est¨¦tica de la gente. Ahora hay m¨¢s colorido en la ropa, y muchas razas mezcladas. Recuerdo los primeros a?os como que todos eran muy parecidos y vest¨ªan s¨®lo de azul, marr¨®n y gris'.

Un 'bicho raro'

Una an¨¦cdota de entonces puede ilustrar la afirmaci¨®n: 'El primer d¨ªa de colegio me vi en el patio rodeado de chicos que me miraban con curiosidad. ?Un argentino! ?rubio! ?y se llama Ariel! Era un bicho raro, pero ahora no resultar¨ªa sorprendente, aunque creo que todav¨ªa en Espa?a nadie le pone a su hijo el nombre de un detergente', bromea.

El pasado 9 de agosto, Ariel Rot actuaba en las fiestas de Lavapi¨¦s. Le sirvi¨® el concierto para comprobar su momento de ¨¦xito. 'Me vienen a ver fans que se conocen bien el repertorio', asegura, 'y eso me hace sentirme m¨¢s tranquilo'. El disco en directo ha contribuido a ese asentamiento, pero Rot quiere matizar: 'Aunque es un repaso de mi carrera, no quiero que se tome como si a partir de ahora fuera a hacer otras cosas'. Inquieto, puntualiza: 'Siempre tengo la antena puesta de lo que se hace nuevo, pero me voy a seguir moviendo en mi l¨ªnea natural. Capturando ideas en libertad. Es como si a B. B. King le dicen: 'Est¨¢ muy bien eso del blues, pero es un estilo viejo, haga otra cosa'. Se reir¨ªa'.

Robledo de Chavela, inmerso en sus fiestas populares, acoge esta noche a Ariel Rot. Conoce el pueblo porque en ¨¦l tiene buenos amigos que le invitan de vez en cuando. 'Podr¨ªa inventarme que siempre he veraneado en Robledo, pero la verdad es que mi ¨²nica vinculaci¨®n es que es el pueblo donde vive mi representante. Raz¨®n suficiente'.