Kluivert resuelve el dilema del Bar?a
Rexach dej¨® en el banquillo a Saviola pero el delantero holand¨¦s se encarg¨® de resolver ante un Sevilla pele¨®n
Agarrado a un Kluivert sencillamente genial, el Barcelona abri¨® la Liga mandando en Sevilla. El delantero holand¨¦s, que vive en estado de gracia, marc¨® dos goles que confieren a los azulgrana, ahora que llega el par¨®n liguero, dos semanas de paz. No fue un estreno f¨¢cil porque el Sevilla, que regresaba anoche a Primera, lleg¨® a empatar de penalti y nunca se rindi¨®. Pero el Bar?a, que estuvo muy blando en el arranque, vivi¨® de la fantas¨ªa de su delantero centro, de la serenidad de Xavi y de la solvencia de su defensa, mucho m¨¢s firme que en los ¨²ltimos a?os.
Nadie discutir¨¢ nada hoy a Rexach: el t¨¦cnico dej¨® de entrada Saviola en el banquillo. Lo que se viene en llamar el tridente no parece que vaya a tener larga vida y s¨®lo en la media hora final, justamente en la que Kluivert sentenci¨®, se juntaron sobre el c¨¦sped el holand¨¦s, Rivaldo y Saviola.
SEVILLA 1| BARCELONA 2
Sevilla: Notario; Njegus, Pablo Alfaro, Prieto, David; Casquero, Luis Gil, Tom¨¤s (Gallardo, m. 78); V¨ªctor (Podesta, m. 56); Olivera y Reyes (Toedtli, m. 64). Barcelona: Bonano; Luis Enrique, Christanval, Andersson, Sergi; Rochemback (Puyol, m.68), Xavi, Cocu; Kluivert; Rivaldo (Geovanni, m.87) y Overmars (Saviola, m. 58). Goles: 0- 1. M. 41. Rochemback penetra por la banda derecha, su centro toca en la bota de David y Kluivert se anticipa a Prieto en el punto de penalti. 1-1. M. 48. Olivera convierte un penalti de Rochemback sobre David. 1-2. M. 75. Kluivert, en jugada individual tras recibir un bal¨®n de Luis Enrique y cambi¨¢rselo de pierna, marca de fuerte disparo desde la media luna del ¨¢rea. ?rbitro: Losantos Omar, vasco. Mostr¨® tarjetas amarillas a Gil, Tom¨¢s, Rochemback, Pablo Alfaro, Luis Enrique, Puyol y Andersson. Pr¨¢cticamente lleno en el S¨¢nchez Pizju¨¢n: unos 45.000 espectadores.
La decisi¨®n fue, cuando menos, controvertida. Pero cualquiera que hubiera tomado Rexach lo hubiera sido. Saviola, el fichaje estrella del Bar?a, el hombre que ha despertado la ilusi¨®n en las gradas, abri¨® la Liga como suplente. Pero el t¨¦cnico azulgrana siempre ha sido un tipo pragm¨¢tico y apost¨® por Overmars para abrir el campo tras el fracaso del tridente ante el Wisla de Cracovia. Siempre tendr¨¢ Rexach un argumento a su favor: la victoria en un estadio tradicionalmente dif¨ªcil en el que Kluivert marc¨® con la precisi¨®n de un reloj.
Lo hizo al filo del descanso y lo hizo cuando el Sevilla, espoleado por un p¨²blico entregado, cre¨ªa m¨¢s en la victoria. Pero la fortuna se ali¨® con el Bar?a, especialmente en la primera parte: Kluivert marc¨® el primer gol en la ¨²nica ocasi¨®n que pr¨¢cticamente tuvo su equipo. Los azulgrana llegaron con cierta insistencia al ¨¢rea de Notario, aunque sin excesivo peligro. Pero las botas del holand¨¦s derrochan talento y supo aprovechar la fatalidad de David. Rochembak centr¨®, el bal¨®n rebot¨® en el joven defensa sevillista y Kluivert toc¨® dulcemente el cuero hasta el fondo de la red.
Fue casi un regalo del cielo. Conducido por Xavi, el Barcelona tuvo la pelota y toc¨® y toc¨®, insinuando su creatividad, pero sin apenas generar ocasiones de gol. Overmars tom¨® la manija y busc¨® la profundidad por su banda, la izquierda, para desesperaci¨®n de su marcador, el lateral Njegus, que vivi¨® una noche de pesadilla en su vuelta a Primera.
Pero las internadas de Overmars apenas dejaron rastro, porque sus centros quedaron en nada. El Bar?a, al margen del gol, s¨®lo tuvo una peque?a oportunidad tras un centro de Cocu. Y Rivaldo, muy activo ayer, tampoco pudo hacer mucho ante el f¨¦rreo marcaje de Pablo Alfaro. Quedaba todo a expensas de un golpe de genialiad de alguno de los delanteros. El Sevilla, mientras, esper¨® agazapado buscando el contragolpe, especialmente por la banda derecha donde Rochembak pareci¨® m¨¢s vulnerable que Sergi. Reyes, la jovenc¨ªsima promesa del Sevilla, pudo abrir el marcador pero Bonano, bien colocado, lo desbarat¨®.
Fue precisamente el chaval Reyes quien dio vida a su equipo tras el descanso. El delantero entr¨® en el ¨¢rea y Rochembak, que lleg¨® a destiempo, le derrib¨®: Oliveira, el hombre que con sus goles aup¨® al Sevilla a Primera, marc¨® de penalti. Espoleado por el empate, el partido, tan t¨¢ctico hasta entonces, se abri¨® como un libro. Kluivert gan¨® un par de veces la espalda a sus defensores y estuvo a un paso de marcar. Rivaldo casi clav¨® en una falta un bal¨®n en la escuadra. Overmars sigui¨® haciendo diabluras pero Rexach, a falta de media hora para el final, se la volvi¨® a jugar: sent¨® al extremo y dio entrada a Saviola.
El tridente ten¨ªa media hora para resolver. Caparr¨®s, el t¨¦cnico sevillista, quiso amarrar con Podest¨¢, de corte m¨¢s defensivo, en lugar de V¨ªctor y equilibr¨® sus piezas apostando por Toedtli, que desplaz¨® a Reyes, ovacionado. El argentino tuvo el gol pero fall¨®. No as¨ª Kluivert que, apoyado en un equipo tan pele¨®n como tranquilo, respondi¨® con otro gesto genial. Se zaf¨® de media defensa y envi¨® un trallazo de tanta velocidad, que casi ni se vio. Luis Enrique luego tuvo tambi¨¦n el tercero. Y el Sevilla, pese a su voluntad, se diluy¨® al final entreg¨¢ndose a su suerte.
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