Las secuelas de un juguete diab¨®lico
'Tiraron una piedra al coche', explic¨® a sus amigos el hermano de 4 a?os del beb¨¦ malherido por la bomba
La familia Galarraga-Castell¨® mastica el dolor m¨¢s amargo de su vida. Pasar¨¢n muchos a?os hasta que puedan digerir la tragedia que les destroz¨® hace hoy una semana. Un diab¨®lico cochecito de juguete cargado con p¨®lvora ha alterado por completo el rumbo de sus vidas. Acaban de enterrar a la abuela paterna, Mar¨ªa Eraunzetamurgil, una mujer de 62 a?os que muri¨® desangrada al seccionarle la yugular una pieza de pl¨¢stico del juguete. Viven pendientes de su hijo de 16 meses, hospitalizado en estado cr¨ªtico, a quien nunca recuperar¨¢n como le conocieron. Y, adem¨¢s, deben aparentar una naturalidad imposible delante del otro hijo, de cuatro a?os, testigo directo de un crimen inexplicable.
Idoia, quien regal¨® el cochecito a su sobrino, ha suspendido su boda y necesita apoyo psiqui¨¢trico
El pasado martes, al d¨ªa siguiente de la explosi¨®n, este ni?o fue al parque y cont¨® a sus amigos lo que ¨¦l cree que sucedi¨®: 'Han tirado una piedra al coche, se ha reventado el espejo y despu¨¦s ha empezado a salir mucho humo'. En realidad, su hermanito y su abuela dieron al interruptor de un coche de juguete. El objeto, aparentemente inocuo, estaba cargado con 10 o 15 gramos de p¨®lvora que estallaron en la cara de ambos. Nadie est¨¢ preparado para ver as¨ª de cruda y cercana la muerte. Ahora pregunta insistentemente por su abuela y su hermanito. Y seguramente piensa que quienes lanzaron la piedra esconden la mano.
Sus padres, Peio Galarraga y Ana Castell¨®, est¨¢n hundidos y necesitan la ayuda del equipo de psic¨®logos del Hospital Donostia, donde est¨¢ ingresado el hijo menor. Aqu¨ª pasan las horas junto a Idoia Galarraga y otros familiares. Idoia, la t¨ªa que les regal¨® el cochecito a sus sobrinos y que conduc¨ªa el coche en el momento de la explosi¨®n, est¨¢ atravesando 'los peores momentos de su vida', explica Mikel Ezama, propietario del caf¨¦-billar Txioka, en la parte vieja donostiarra, donde fue abandonado el juguete bomba por un desconocido tres d¨ªas antes del siniestro.
'No puede quitarse de la cabeza la imagen de la tragedia' y maldice al 'desgraciado que meti¨® p¨®lvora en el juguete sabiendo que iba a cogerlo un ni?o', se?ala un allegado de la familia.
La madre de los ni?os es quien con m¨¢s entereza est¨¢ afrontando esta dur¨ªsima situaci¨®n. Al d¨ªa siguiente del crimen, telefone¨® al fot¨®grafo de El Diario Vasco que tom¨® en sus brazos a aquella criatura maltrecha y la llev¨® al centro sanitario en el veh¨ªculo de un vecino de Zaragoza.
'Los padres est¨¢n viviendo muy pendientes', explica el redactor gr¨¢fico, 'de la evoluci¨®n del peque?o, aunque tienen que tratar de aceptar que quedar¨¢n secuelas y que ya nada ser¨¢ como antes'. Los m¨¦dicos han comunicado a los padres que 'el ni?o no va a ser como el resto de los ni?os'. Ha perdido los dos ojos y tiene fragmentos de pl¨¢stico incrustados en el cerebro.
El diagn¨®stico es descorazonador, sobre todo para Idoia Galarraga, quien en estos momentos recibe tratamiento psiqui¨¢trico porque 'no puede quitarse de encima el sentimiento de culpa', dice Ezama. 'Para Idoia ha sido un mazazo y tardar¨¢ en poder volver a trabajar.'.
Esta joven de 30 a?os, que jug¨® al f¨²tbol durante varias temporadas en el equipo del A?orga, junto a Itziar Bakero, hermana del ex capit¨¢n del Barcelona, ten¨ªa previsto contraer matrimonio el pr¨®ximo 6 de octubre. La boda ya ha sido aplazada sine die. 'Ahora no est¨¢ para celebraciones. S¨®lo piensa en que ha matado a su madre y en la salud de su sobrino m¨¢s peque?o', reconoce un conocido de la joven.
Los Galarraga-Castell¨® est¨¢n recibiendo numerosas muestras de solidaridad. Se trata de una familia euskaldun muy conocida en el donostiarra barrio del Antiguo, sobre todo en el bloque Gurutze (cruz), cuyos inquilinos son en su mayor¨ªa obreros.
Peio conduce un cami¨®n de reparto del grupo cervecero Cruzcampo, empresa en la que representa al sindicato independentista LAB, mientras que su esposa, Ana, trabaja en la consulta de un dentista.
Los pediatras que cuidan del hijo menor les han asegurado que en breve comenzar¨¢ a despertarse. Seg¨²n los especialistas, 'es recomendable que en ese momento el ni?o solamente escuche la voz de tres personas: sus padres y su t¨ªa Idoia', explica Ezama, que abri¨® su negocio el d¨ªa siguiente del funeral de Mar¨ªa Eraunzetamurgil y est¨¢ en contacto permanente con esta familia.
Los Galarraga-Castell¨®, que est¨¢n 'muy encima' del hijo mayor e intentan por todos los medios mantenerle lo m¨¢s alejado posible del dolor, 'no quieren saber nada de lo ocurrido', afirma un amigo, desesperanzado porque est¨¢ convencido de que 'nunca se sabr¨¢ toda la verdad'.
Lo cierto es que este atentado logr¨® unir durante 15 minutos y en silencio a todas las fuerzas pol¨ªticas vascas, incluida Batasuna, en una misma concentraci¨®n en San Sebasti¨¢n convocada por el Ayuntamiento, aunque cada cual ha hecho su lectura de la explosi¨®n. Mientras las fuerzas democr¨¢ticas apuntan a un crimen indiscriminado -el PP lo clasifica como un acto de kale borroka-, los simpatizantes de la izquierda abertzale siguen convencidos de que es 'un episodio m¨¢s de la guerra sucia'.
Mientras tanto, el Gobierno vasco ha asumido como una prioridad pol¨ªtica y policial el esclarecimiento de los hechos, aunque la Ertzaintza sigue estando a ciegas sobre la autor¨ªa del atentado. Aunque la Consejer¨ªa de Interior apel¨® a la colaboraci¨®n ciudadana, durante las 24 horas siguientes a la explosi¨®n del juguete trampa -las m¨¢s importantes para localizar alg¨²n indicio- no se recibi¨® ninguna llamana en el tel¨¦fono habilitado al efecto.
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