ETA responde a las detenciones con un coche bomba en Barajas
El portavoz etarra llam¨® a las siete de la ma?ana a la asociaci¨®n de ayuda en carretera DYA de la capital donostiarra. La voz de un hombre joven avis¨® de que a las ocho explotar¨ªa una bomba montada en un Renault 19 de color blanco aparcado en la segunda planta del aparcamiento D, el correspondiente a la terminal n¨²mero 2 (vuelos nacionales y de pa¨ªses europeos que han suscrito el acuerdo Schengen de supresi¨®n de fronteras) del aeropuerto madrile?o.
Los agentes de la Guardia Civil que vigilaban el aparcamiento fueron avisados inmediatamente y no les cost¨® localizar el coche -robado en Gernika (Vizcaya) el 9 de agosto- aparcado en la plaza 2D-315. Diez minutos antes de las ocho, el estacionamiento estaba completamente vac¨ªo y la zona, acordonada. Mientras, los aviones aterrizaban y despegaban con normalidad, ya que el coche bomba estaba en la zona m¨¢s alejada de las pistas y de las ¨¢reas de tr¨¢nsito de pasajeros.
Las fuerzas de seguridad impidieron el paso al aparcamiento a partir de la boca de metro del aeropuerto -de la que fueron desalojados los operarios que trabajan en sus obras de ampliaci¨®n- y cerraron los accesos por carretera al aparcamiento y a la terminal, lo que oblig¨® a cientos de personas a recorrer a pie el ¨²ltimo tramo hasta el aeropuerto para no perder el avi¨®n.
La explosi¨®n se produjo a las 7.57, tres minutos antes de la hora se?alada por los etarras, por lo que los investigadores sospechan que quiz¨¢s pretendieran cazar a los artificieros que supon¨ªan iban a intentar desactivar la bomba, tal y como hicieron con ¨¦xito en el aeropuerto de M¨¢laga el pasado 26 de julio. La falta de tiempo para neutralizar el artefacto hizo desistir a los artificieros de cualquier operaci¨®n.
La explosi¨®n desplaz¨® unos 10 metros el coche bomba, que llevaba la matr¨ªcula doblada M-2522-L, perteneciente a un Seat 127 dado de baja hace nueve a?os. En el suelo de la segunda planta se abri¨® un cr¨¢ter de unos 35 metros cuadrados, en cuyo centro hab¨ªa un boquete del tama?o de un coche por el que se divisaba en la planta inferior un Jaguar verde cubierto de escombros. 'La explosi¨®n ha afectado a 110 coches y cuando llegamos ard¨ªan unos 40 en la segunda y la tercera planta, ya que en el techo se ha roto el forjado y se ha colado la onda expansiva', relat¨® Juan Redondo, inspector jefe de los bomberos de Madrid. Un polic¨ªa tuvo que ser atendido por el Samur de un fuerte dolor de o¨ªdos.
Los servicios de extinci¨®n de incendios del aeropuerto y del Ayuntamiento de Madrid -medio centenar de hombres en total- sofocaron las llamas en menos de una hora entre las explosiones de los dep¨®sitos de combustible de los coches incendiados. La columna de humo se ve¨ªa desde varios kil¨®metros y puso en guardia a los pilotos que efectuaban maniobras de aproximaci¨®n. Los viajeros en tr¨¢nsito sintieron c¨®mo 'temblaba el suelo y retumbaban los cristales de todo el aeropuerto', confes¨® Ana D¨ªaz, antes de partir hacia Santander.
La estructura del edificio, de seis plantas, se ha visto afectada -especialmente los cuatro pilares que rodeaban al coche bomba-, pero ayer los ingenieros a¨²n estaban evaluando si deber¨¢ ser demolido parcialmente. El Servicio Especial de Limpiezas Urgentes (Selur) del Ayuntamiento de Madrid retir¨® m¨¢s de 15.000 kilos de escombros.
Cuando la situaci¨®n parec¨ªa controlada, los perros especializados en localizar explosivos olfatearon algo raro en un Fiat Tempra. Aunque la matr¨ªcula francesa que portaba era correcta, los artificieros abrieron el maletero detonando un cebo (peque?a carga explosiva). Falsa alarma.
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