Ferguson castiga la traici¨®n de Stam
El Manchester traspasa al Lazio al central holand¨¦s por romper el silencio del vestuario
El principio de la omert¨¤ se impone tambi¨¦n en el f¨²tbol. Si no, preg¨²ntesele a Jaap Stam, el defensa central holand¨¦s expulsado del Manchester United de manera fulminante por romper el silencio del templo sagrado del f¨²tbol profesional, el vestuario.
El padrino Alex Ferguson es en el Manchester mucho m¨¢s que un entrenador. Perdona pocas cosas, y mucho menos la traici¨®n. Por eso no dud¨® ni cinco minutos en aceptar la oferta del Lazio por Stam. En una ¨¦poca en la que uno se ha acostumbrado al baile lento del traspaso -la saga del 'que no', 'que s¨ª', 'que tal vez'..., que ha acompa?ado los de Zidane, Mendieta o Ver¨®n- la venta de Stam tuvo la contundencia de un asesinato a sangre fr¨ªa.
?Cu¨¢l fue el pecado de un hombre clave en los triunfos del Manchester en los ¨²ltimos tres a?os? Escribir una autobiograf¨ªa, publicada hace una semana, en la que revela que Ferguson dio instrucciones a sus jugadores de 'tirarse a la piscina' en partidos europeos, de que estableci¨® contacto con ¨¦l para ficharle cuando estaba en el PSV Eindhoven a espaldas del club holand¨¦s, que enloquece cuando el equipo juega mal... O que su compa?ero Beckham no es muy inteligente -'le costar¨ªa aprobar un examen de matem¨¢ticas para ni?os de cinco a?os'; que los hermanos Gary y Phil Neville siempre se est¨¢n quejando...
El propio Ferguson ha insistido en que el traspaso de Stam se ha debido a razones puramente futbol¨ªsticas, pero nadie se lo cree. Stam era el defensa m¨¢s indispensable de los siete u ocho de la plantilla. Los Neville, para empezar, apenas son dignos de atar las botas a un futbolista que el Real Madrid, seg¨²n el presidente del Lazio, Massimo Cragnotti, tambi¨¦n intent¨® contratar una vez que Ferguson ya no contaba con ¨¦l.
Fuerte, r¨¢pido, inteligente y seguro en el pase, Stam es reconocido como uno de los grandes centrales. Y tambi¨¦n, seg¨²n el mismo Ferguson, es un l¨ªder. Cuando Roy Keane estaba lesionado o, como es m¨¢s frecuente, sancionado, ejerc¨ªa de capit¨¢n antes que Beckham, el de la selecci¨®n inglesa.
Lo triste del caso es que Stam no quer¨ªa irse. Todo lo contrario. No s¨®lo acababa de extender su compromiso con el Manchester sino tambi¨¦n, como el mismo coment¨®, aturdido, hab¨ªa invertido una buena cantidad en la renovaci¨®n de su cocina: 'Fue una bomba. No lo vi venir. Nunca he querido abandonar este club. Lo quiero. Me encanta estar aqu¨ª'.
El amor de Stam era un amor ciego. No lleg¨® a comprender las leyes del Manchester, la primera de las cuales es que con el capo escoc¨¦s, con Ferguson, no se juega. As¨ª, por ingenuo, perdi¨® el sue?o de su vida: militar el resto de su carrera en las filas del club m¨¢s rico del mundo y el que m¨¢s aficionados tiene. Tan ingenuo como un ni?o de cinco a?os.
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