Bush acepta que China aumente su arsenal nuclear a cambio del escudo antimisiles
La nueva estrategia de Bush abre la puerta a la proliferaci¨®n nuclear en Asia
Estados Unidos est¨¢ dispuesto a aceptar la modernizaci¨®n e incremento del arsenal nuclear chino en un intento de apaciguar las objeciones de Pek¨ªn a la creaci¨®n de un sistema de defensa antimisiles basado en un escudo propio de la guerra de las galaxias. La estrategia de la Administraci¨®n de George Bush pasa tambi¨¦n por tolerar la reanudaci¨®n de los ensayos nucleares subterr¨¢neos que pudiera necesitar China para probar sus nuevos misiles. La nueva pol¨ªtica supone un giro radical en los actuales principios y abre la puerta a la proliferaci¨®n nuclear como m¨ªnimo en Asia.
China ha pasado de ser considerada un socio estrat¨¦gico por los Estados Unidos de Bill Clinton a un potencial rival por la Casa Blanca del nuevo Bush. Su Administraci¨®n est¨¢ revisando los t¨¦rminos de la futura relaci¨®n con el gigante asi¨¢tico, y entre los cambios previstos est¨¢ el de aceptar la renovaci¨®n del arsenal nuclear chino. Los estrategas norteamericanos parten de un hecho consumado: China ya est¨¢ modernizando su arsenal. 'Sabemos que, de todas las formas, los chinos van a aumentar su capacidad nuclear y les vamos a decir: 'No os vamos a pedir que no lo hag¨¢is'. ?Por qu¨¦ vamos a ponernos nerviosos? Ya se est¨¢n modernizando', ha revelado a The New York Times una fuente inmersa en el proceso de revisi¨®n estrat¨¦gica.
Pek¨ªn, como Mosc¨², ha protestado contra el proyecto de defensa m¨¢s ambicionado por Bush, el de crear un escudo antimisiles que cubra a Estados Unidos. Para responder a esa defensa reforzada, China estima que debe aumentar en cantidad y calidad su propia capacidad de ataque. Eso lo reconocen ambas partes, y lo que espera Washington es que una actitud m¨¢s comprensiva por su parte con los temores y planes chinos sirva para acallar las demandas de Pek¨ªn contra el escudo antimisiles.
Condoleezza Rice, consejera de Seguridad Nacional de Bush, no plantea oficialmente la modificaci¨®n estrat¨¦gica como una transacci¨®n. 'Estados Unidos no va a proponer a los chinos que a cambio de que acepten la defensa antimisiles nosotros vamos a aceptar un incremento de su arsenal nuclear', ha declarado al mismo peri¨®dico, sin por ello manifestar que Washington se va a oponer al aumento de la capacidad at¨®mica china.
El gesto de comprensi¨®n lo va a realizar Bush el pr¨®ximo mes, durante una visita a Pek¨ªn. Al mes siguiente, en noviembre, tiene previsto recibir en Tejas al presidente ruso, Vladimir Putin, que tambi¨¦n se opone a los planes de guerra de las galaxias de George W. Bush. En esa ocasi¨®n, Bush har¨¢ saber a su invitado que denuncia el tratado de misiles antibal¨ªsticos (ABM) con vistas a poder realizar en primavera, en Alaska, el primer ensayo serio de la nueva defensa antimisiles, prueba que proh¨ªbe expresamente el ABM. Para rebajar las protestas rusas, Washington ha ofrecido a Mosc¨² participar en el proyecto del escudo.
Para China, la oferta es otra: tolerar la reanudaci¨®n de los ensayos nucleares subterr¨¢neos. Pek¨ªn y Washington han suscrito el Tratado de Prohibici¨®n Total de Pruebas Nucleares, pero el Senado norteamericano se neg¨® hace dos a?os a ratificarlo y ah¨ª piensa dejarlo languidecer Bush, cuya Administraci¨®n no descarta que en el futuro pueda desear tambi¨¦n realizar tales ensayos. 'No vemos la necesidad de que nadie haga este tipo de pruebas', comenta una fuente a The New York Times. 'Pero a ambos pa¨ªses puede plante¨¢rseles la necesidad de saber que sus cabezas nucleares son seguras y fiables'.
'Queremos implicar a China en las cuestiones de la defensa antimisiles y hasta ahora no lo hemos hecho', se?ala Rice en The Washington Post. 'Queremos hablar en serio con ellos de por qu¨¦ no es una amenaza para ellos. Queremos hablar en serio con ellos de por qu¨¦ pensamos que la estabilidad en la zona Asia-Pac¨ªfico est¨¢ mejor garantizada con esta capacidad'.
Washington va a insistir ante Pek¨ªn en que el escudo no se construye pensando en la potencial amenaza china, sino en lo que puedan hacer otros pa¨ªses, los Estados irresponsables (Corea del Norte, Ir¨¢n, Irak), capaces de lanzar o patrocinar un ataque nuclear contra Estados Unidos.
La eficacia del escudo antimisiles necesita de la implicaci¨®n europea, con sus bases de escucha adelantada, y Washington calcula que los recelos de estos aliados se disipar¨¢n si se acallan previamente las protestas y amenazas de chinos y rusos. En Estados Unidos las cr¨ªticas proceden del lado dem¨®crata, que acusa a Bush de empecinarse en un sistema de defensa que va a acabar con todos los equilibrios. Es una versi¨®n de la teor¨ªa del domin¨®: la estrategia norteamericana da alas al rearme de Pek¨ªn; el arsenal chino lleva a India a incrementar su armamento; el aumento del potencial indio obliga a Pakist¨¢n a responder. En una segunda fase, otros pa¨ªses asi¨¢ticos tambi¨¦n se suman a la carrera: Corea del Norte y Taiwan. Y por el oeste, Rusia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.