Los desesperados del canal de la Mancha

La tensi¨®n sube en los siete hangares ennegrecidos de Sangatte, el pueblo a la embocadura francesa del Eurot¨²nel, donde se hacinan 1.700 refugiados que intentan pasar a Gran Breta?a. Siete de los que intentaron invadir el t¨²nel a pie han sido juzgados y condenados fulminantemente a un mes de prisi¨®n cada uno por 'estancia irregular'. La polic¨ªa, que ha reforzado sus efectivos, contuvo ayer una manifestaci¨®n de protesta de los refugiados, tras la herida de bala sufrida por un afgano, 24 horas despu¨¦s de que otro refugiado muriese atropellado en su camino al Eurot¨²nel.

Cada noche, la estrecha carretera departamental 243 se convierte en una larga fila de sombras que recorren a pie los tres kil¨®metros que separan Sangatte del Eurot¨²nel. Les gu¨ªa la esperanza de saltar sobre alguna de las plataformas ferroviarias cuando se ponen en marcha hacia Inglaterra. Un total de 35.000 personas han intentado pasar as¨ª a Gran Breta?a en dos a?os, y la constante renovaci¨®n de la poblaci¨®n refugiada da idea de que la mayor¨ªa lo ha conseguido.

Los pabellones, usados en otro tiempo como hangares del t¨²nel, acogen estos d¨ªas a una superpoblaci¨®n de viajeros sin documentos, hacinados en m¨®dulos prefabricados o en tiendas levantadas bajo las techumbres. El acre olor de los lavabos se completa con el espect¨¢culo de los tenderetes de ropa tendida. Pero en un d¨ªa claro como el de ayer, los acantilados de la costa brit¨¢nica se contemplaban a simple vista desde las playas francesas. El brazo de mar, s¨®lo un poco m¨¢s ancho que el de Gibraltar, se asemeja a una autopista mar¨ªtima, por la que circula una embarcaci¨®n cada ocho segundos.

Fuertes tentaciones

Con los trenes de alta velocidad a tres kil¨®metros y el puerto de Calais a ocho, las tentaciones son muy fuertes para los desesperados de Sangatte, bien determinados a culminar su viaje. Pocos lugares de Europa simbolizan tanto la fractura entre la alta tecnolog¨ªa y las miles de vidas que se arrastran por el planeta en busca de d¨®nde caerse muertos. Francia y Gran Breta?a se han puesto muy nerviosos, sabiendo que dos gobiernos m¨¢s o menos socialistas no pueden devolver a sus pa¨ªses de origen a gentes que se dicen procedentes de Afganist¨¢n, Kurdist¨¢n o Iraq, cuyas comunidades copan el 85% del centro.

Los refugiados no son la ¨²nica aglomeraci¨®n humana en esta zona. A las afueras de Sangatte, unas dunas esconden la presencia de dos unidades de las Compa?¨ªas Republicanas de Seguridad (CRS), que ayer abortaron un intento de manifestaci¨®n de los refugiados. El refuerzo de la seguridad y el cierre f¨ªsico del campo es una exigencia de la sociedad explotadora del eurot¨²nel, que valora la situaci¨®n como 'un intento cada vez m¨¢s mediatizado' de los refugiados para llamar la atenci¨®n, a base de provocar dificultades al tr¨¢fico ferroviario.

Decenas de ni?os

Todo eso puede ser cierto, pero tambi¨¦n son muy reales las decenas de ni?os que viven en medio de esta barah¨²nda, y cuyo futuro depende de que se jueguen la vida, junto con sus padres, cualquier noche de ¨¦stas. Cuatro refugiados han muerto ya en lo que va de a?o, electrocutados en los cables de alta tensi¨®n del eurot¨²nel, o aplastados al tratar de esconderse entre las plataformas ferroviarias: 'Se les ha descubierto incluso en la nariz de la locomotora', asegura un empleado de la sociedad franco-brit¨¢nica que tiene concedida la explotaci¨®n del servicio bajo el Canal de la Mancha.

Las presiones de Londres y los incidentes en suelo franc¨¦s han influido en el cambio de la pol¨ªtica de Par¨ªs. Si antes quer¨ªa concentrar a los refugiados fuera de Calais y de los dem¨¢s n¨²cleos habitados -para eso habilit¨® a la Cruz Roja el uso del centro de Sangatte-, la ministra de Empleo y Solidaridad, Elisabeth Guigou, responsable del alojamiento de las personas sin abrigo, insisti¨® ayer en que lo m¨¢s conveniente es dispersar a esa masa de refugiados en centros m¨¢s peque?os. De momento, cada noche se detienen entre 200 y 300 personas en las inmediaciones de la terminal del eurot¨²nel, mientras cada d¨ªa llegan nuevos viajeros al centro de refugiados. A la puerta, dos adolescentes de la Europa del Este esperaban ayer con un papel en la mano donde estaba escrito 'Sangatte, Croix-Rouge, Calais', dubitativos sobre si hab¨ªan llegado bien o no al punto en el que deben empezar a jugar al rat¨®n y al gato con las fuerzas de seguridad.

[Un tribunal franc¨¦s podr¨ªa decidir la semana que viene el futuro del centro de refugiados de Sangatte, asegur¨® ayer una fuente oficial seg¨²n informa Reuters. El asunto tambi¨¦n ser¨¢ tratado en la reuni¨®n que mantendr¨¢n la semana que viene el ministro brit¨¢nico de Interior, David Blunkett, con su hom¨®logo franc¨¦s, Daniel Vaillant.]