La delincuencia se convierte en el primer motivo de combate electoral en Francia
El Gobierno moviliza a fiscales y prefectos en la lucha contra 'las bandas organizadas'
Al margen de la violencia pol¨ªtica que se vive en C¨®rcega, una ola de asesinatos ensombrece las perspectivas electorales del Gobierno de Lionel Jospin, acusado por la derecha y por el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, de permitir 'niveles insoportables' de inseguridad. Todos los prefectos (autoridades gubernativas) fueron convocados ayer a una reuni¨®n conjunta con los fiscales, algo sin precedentes en este pa¨ªs, para 'sistematizar' la lucha contra 'las bandas organizadas'. La derecha atribuye esa iniciativa al miedo socialista a perder las elecciones de la primavera pr¨®xima.
Prefectos y fiscales, casi 400 personas en total, fueron invitados por los ministros de Interior y Justicia, Daniel Vaillant y Marylise Lebranchu, respectivamente, a desmantelar las redes de prostituci¨®n, tr¨¢fico de droga y de armas, econom¨ªa sumergida y tr¨¢fico de tel¨¦fonos m¨®viles, actividad esta ¨²ltima incre¨ªblemente floreciente.
Declaradas como el enemigo p¨²blico n¨²mero uno, las 'bandas organizadas' pueden representar un colectivo de decenas de millares de personas a controlar, detener y condenar: nada menos que 185.137 personas ya fueron detenidas durante los seis primeros meses del a?o -18.000 m¨¢s que en el mismo semestre de 2000-, antes de que las deseadas 'sinergias' entre los delegados del Gobierno y los fiscales obliguen a detener a mucha m¨¢s gente.
La derecha francesa, expulsada del Gobierno hace cuatro a?os, se ha encontrado as¨ª con uno de sus temas m¨¢s cl¨¢sicos a la hora de organizar la batalla para recuperarlo. 'Francia tiene miedo', proclam¨® el presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac, en su intervenci¨®n televisada del 14 de julio. Y efectivamente, el miedo empieza por la direcci¨®n del Partido Socialista, que en un reciente seminario, celebrado en La Rochelle, lleg¨® a la conclusi¨®n de que su suerte en las elecciones presidenciales y legislativas de 2002 depender¨¢ de que se haga cierto lo que proclama Daniel Vaillant: 'La seguridad no es de derechas ni de izquierdas, es un valor republicano'.
Un 10% de delitos m¨¢s
En realidad, el bandidaje a gran escala inquieta menos a la opini¨®n p¨²blica que la peque?a delincuencia. El aumento de los delitos denunciados en el primer semestre del a?o, un 9,58% m¨¢s que en el mismo periodo de 2000, se debi¨® principalmente a robos, cada vez m¨¢s acompa?ados de violencia contra las personas. En Par¨ªs, pr¨¢cticamente un robo con violencia de cada dos consiste en arrebatar un tel¨¦fono m¨®vil cuando su usuaria o usuario lo est¨¢n utilizando.
Para conjurar el miedo, el Gobierno junt¨® ayer a sus m¨¢ximos representantes en cada departamento con los fiscales encargados de promover la acci¨®n de la justicia. Al igual que en otras democracias deseosas de mantener cierto decoro jur¨ªdico, en Francia se escuchan frecuentes reproches de los sindicatos policiales a los empe?os de la justicia para frustrar sus esfuerzos contra los delincuentes.
La Uni¨®n Sindical de Magistrados, por su parte, se inquieta de reuniones como las de ayer, porque dan la impresi¨®n de que 'los prefectos van a dar instrucciones a los fiscales, y eso es imposible sin modificar la Constituci¨®n', puntualiza el presidente de esa asociaci¨®n, Val¨¦ry Turcey.
Por azares del calendario, la reuni¨®n de prefectos y fiscales se produjo al d¨ªa siguiente de que tres ciudadanos murieran apu?alados por un presunto desequilibrado mental en un barrio de Par¨ªs, casualmente la circunscripci¨®n electoral del ministro de Interior.
Tambi¨¦n se celebraron ayer los funerales por el jefe de gabinete del alcalde de B¨¦ziers, una ciudad de 70.000 habitantes situada a poco m¨¢s de cien kil¨®metros de la frontera espa?ola por Catalu?a, quien muri¨® el domingo pasado durante la persecuci¨®n policial a un joven de 25 a?os que hab¨ªa disparado antes uno de sus lanzagranadas contra un coche de polic¨ªa.
El agresor, abatido posteriormente por los agentes, dispon¨ªa de un arsenal de armas de guerra en su casa, al parecer adquiridas a precio de saldo en el mercado secundario procedente de los Balcanes.
Fuentes de la Asociaci¨®n de Armer¨ªas aseguran que un fusil de asalto Kal¨¢shnikov, por ejemplo, no cuesta m¨¢s de 19.000 pesetas en el mercado negro franc¨¦s, cuatro veces menos de lo que vale adquirirlo legalmente.
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