Por el valle de Zeberio

Zeberio est¨¢ considerado como un municipio, pero sobre todo es un valle; es decir, que la denominaci¨®n administrativa llega mucho despu¨¦s de que se establezca un h¨¢bitat en esta zona hoy privilegiada de Vizcaya. Ubicado entre el valle de Arratia y Miravalles, estos 45 kil¨®metros cuadrados que corresponden a Zeberio mantienen todav¨ªa el sabor de la Vizcaya rural, a pesar de su cercan¨ªa a Bilbao.

Por eso, lo mejor es adentrarse por la cabecera del valle, y seguir el recorrido del r¨ªo que da nombre a la ca?ada. El acceso, desde la localidad de Artea, tras pasar el Archivo del Nacionalismo Vasco, supone la inmersi¨®n en los bosques de pino insignis (que, afortunadamente, se van complementando con repoblaciones de ¨¢rboles aut¨®ctonos) que acompa?ar¨¢n todo el recorrido. El primer barrio que aparece es el de Ugarte, parada agradable que anuncia lo que ir¨¢ ofreciendo el valle: caser¨ªos centenarios, con una construcci¨®n peculiar que indica su uso fundamentalmente ganadero, con fachadas te?idas de a?il; alternancia de prados con peque?as explotaciones frutales, y esas carreteras m¨¢s que locales que invitan a su paseo sobre todo en verano.

Porque, sobre todo, Zeberio es un laberinto. La moderna se?alizaci¨®n de barrios y caser¨ªos confirma esa red de caminos (la mayor¨ªa de ellos ya asfaltados) que une y vincula las principales localidades que jalonan la carretera que cruza el valle. As¨ª que pronto se deduce que es imposible en una jornada, ni siquiera en una semana, descubrir todos los rincones habitados del lugar.

Pasado ese primer cruce de Ugarte, van llegando otros que llevan a Bara?ano o Ibarrondo, hasta que aparece el primer n¨²cleo importante del municipio, Ermitabarri, junto a Olabarrieta, verdadero centro religioso y origen de la referencia que ten¨ªa toda la zona cuando exist¨ªan las anteiglesias. En estos d¨ªas, se est¨¢ restaurando el templo que da nombre al primer barrio, ubicado a la sombra que ofrece Santo Tom¨¢s de Olabarrieta, principal iglesia de un valle que lleg¨® a tener hasta una quincena.

Se trata de un templo de una sola planta, ubicada sobre un altozano, que le da una espectacularidad que se confirma en su interior con unas cuidadas b¨®vedas de crucer¨ªa. Es una buena introducci¨®n para seguir por otras de las iglesias de la localidad, como la ermita de Andra Mari, en plena monta?a, el humilladero de San Antonio, o la ermita de la Santa Cruz, que cuenta con una populosa fiesta, m¨¢s que bien organizada, que motiva todos los a?os la publicaci¨®n de un peque?o folleto que recoge an¨¦cdotas hist¨®ricas.

Pero antes de seguir la ruta de los templos, hay que hacer una parada en la de los balnearios. Zeberio tuvo fama a principios del siglo pasado por las aguas sulfurosas y saladas que manaban de sus montes. M¨¢s de un barrio habilit¨® peque?as casas de ba?os, llamadas un poco pomposamente balnearios, que perdieron su uso con el abandono de la hidroterapia. Una buena muestra se halla en el barrio de Gezala, hasta el que se puede llegar andando desde Ermitabarri.

A la sombra del Upo, Zeberio tiene su centro en el barrio de Zubialde, donde se acaba el encanto rural y comienza a aparecer la presencia industrial con el colof¨®n que es la desembocadura del r¨ªo que le da nombre en el Nervi¨®n. El humo y la poluci¨®n indican definitivamente que ha concluido el itinerario previsto.