Botero llega de l¨ªder a los lagos
Zabel suma su tercera victoria y una ca¨ªda en la llegada le cuesta el liderato a Millar
A poco m¨¢s de un kil¨®metro se juntaron a 70 por hora las apisonadoras del Telekom y del Mapei. Detr¨¢s de ellos, el caos. Ocurri¨® en la segunda fila, en la de los sprinters desvalidos, los que no tienen equipo y deben buscarse la vida, usar brazos y piernas, bailar con el riesgo. Necesitan hacerse un hueco, colocarse delante, aunque no sea para ganar, aunque s¨®lo sea para ver de cerca la actuaci¨®n estelar de Erik Zabel. Tantos voluntarios, tan arriesgados y tan torpes algunos. Ca¨ªda espectacular. Media docena de ciclistas al suelo. Gritos de dolor. Detr¨¢s de ellos, juramentos.
S¨®lo 11 corredores llegaron sin problemas a meta: Horrillo, siempre delante, y Paolini, del Mapei, llevando a su rueda a Freire; Aldag, Elli y Hundertmark, del Telekom, con Zabel, y cuatro sprinters individuales: otro alem¨¢n, Teutenberg, un estonio, Tombak, un belga, Cretskens, y un madrile?o de Villaconejos, donde los melones, David Fern¨¢ndez. Ellos disputaron el sprint m¨¢s reducido de la historia. Tambi¨¦n uno de los m¨¢s intensos y previsibles. No estaban los m¨¢s insidiosos, el ¨¢gil canguro McEwen y el temido marrullero Leoni, por lo que Freire estaba casi en igualdad de condiciones con Zabel. El c¨¢ntabro no necesitaba, pues, derrochar fuerzas para ganarse la rueda de Zabel. Pod¨ªa concentrarse s¨®lo en superarle en sus habituales 50 metros, cuando el alem¨¢n, que siempre sale antes, empezara a notar los efectos del viento de cara que le llegaba desde la playa de San Lorenzo. Zabel, entonces, dejar¨ªa de acelerar, y de su rueda surgir¨ªa imparable Freire. As¨ª pareci¨®, pero hubo un peque?o problema: el c¨¢ntabro intent¨® adelantar al alem¨¢n por dentro, por donde no deb¨ªa, pegado a las vallas, por donde cualquier h¨¢bil conductor nunca se deja superar. A Zabel le vali¨® con un peque?o, casi imperceptible, cambio de trayectoria para cerrar la v¨ªa r¨¢pida al Freire que, de todas maneras, no era el Freire completo. La ca¨ªda de la v¨ªspera le magull¨® pierna y brazo derechos, poca cosa, pero le dej¨® el cuello con una molesta tort¨ªcolis que no le permit¨ªa girar la cabeza hacia la derecha. Pero pudo ver por la izquierda c¨®mo Zabel le imped¨ªa remontar. Protest¨® y levant¨® el brazo. Cuarta etapa, tercer sprint, tercera victoria de Zabel. Hoy no ganar¨¢, de todas maneras.
Todos los dem¨¢s ciclistas, casi 200, perdieron tiempo. Algunos m¨¢s que otros. Botero, el colombiano r¨¢pido y atento, el ciclista que lleva colgado el cartel m¨¢s grande de favorito, tard¨® s¨®lo 16 segundos m¨¢s que los primeros en superar la barrera de ciclistas ca¨ªdos. Aventaj¨® el colombiano en cinco segundos m¨¢s a todos los dem¨¢s favoritos, a los Beloki, Galdeano, Heras y compa?¨ªa. Tambi¨¦n al l¨ªder desde la primera etapa, al escoc¨¦s David Millar, que s¨®lo le sacaba un segundo. Hoy se suben los lagos de Covadonga, uno de los grandes cl¨¢sicos de la Vuelta. Botero atacar¨¢ el primer gran puerto de la ronda de l¨ªder, y con una buena ventaja. El corredor que asombr¨® con su gran prestaci¨®n en el pr¨®logo ha seguido asombrando por su gran concentraci¨®n y saber estar en el gran grupo. Tanto que ha ganado m¨¢s tiempo sobre algunos rivales evitando ca¨ªdas, cortes y contratiempos que en el mismo pr¨®logo. As¨ª, a Joseba Beloki, al que aventaj¨® en 22 segundos en Salamanca, le saca ya 49 segundos, antes de empezar la monta?a. A Igor, el otro del ONCE-Eroski, le saca 21s, 39s a su compa?ero ?scar Sevilla, y 57 segundos a Roberto Heras, quien ha perdido en los cortes 12 segundos.
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