'Creo que no existe un cine vasco con identidad propia'

El director de cine Antxon Eceiza (San Sebasti¨¢n, 1935) particip¨® ayer en la capital guipuzcoana en el curso de verano organizado por la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV) bajo el t¨ªtulo Historia y presente del cine vasco, donde ofreci¨® la conferencia Los problemas y equ¨ªvocos en torno al cine vasco.

Pregunta. ?Cree que existe un cine vasco con identidad propia?

Respuesta. Creo que no. Existe una cosa que, m¨¢s que una categor¨ªa cultural, es una denominaci¨®n de origen, pero un trabajo en profundidad que nos permita hablar narrativa y est¨¦ticamente de cine vasco creo que no hay. Otra cosa es que haya pel¨ªculas que se hacen aqu¨ª o que el cineasta es nacido aqu¨ª. El cine vasco existe m¨¢s como debate que como realidad.

P. ?El idioma en que se graba una pel¨ªcula influye en su forma?

R. Necesariamente tiene que influir. Nadie duda de que la cultura inglesa es en ingl¨¦s o que la cultura espa?ola es en espa?ol. Supongo que lo definitorio es que la cultura vasca, como hecho cultural, sea en euskera. La primera base para afirmar la existencia de un cine vasco como algo distinto ser¨ªa el idioma.En un futuro menos convulso, donde no haya diglosia, sino biling¨¹ismo, se podr¨ªa hablar de cinematograf¨ªa vasca expresada en castellano o en franc¨¦s.

P. ?Qu¨¦ opina de la pol¨ªtica de subvenciones al cine del Gobierno vasco?

R. Abraz¨® demasiado pronto un criterio administrativista. Se vio con una especie de tesoro en la mano. De repente, le transfirieron que ayudara a una cultura. Son necesarios unos criterios, pero la exigencia que yo planteo es cultural, y no administrativa.

P. ?Qu¨¦ criterios piensa entonces que deber¨ªa haber seguido el Ejecutivo vasco a la hora de facilitar esas ayudas?

R. Deber¨ªa haber seguido una l¨ªnea m¨¢s cultural, no empezar la casa por el tejado y facilitar el dinero en virtud de criterios casi fiscales. Hubiera hecho falta, con esa vocaci¨®n cultural, una especie de instituto de cinematograf¨ªa. Ten¨ªan que haberse juntado los pocos cineastas que pudiera haber, sobre todo que fueran euskaldunes, la gente que dominaba los problemas del euskera, la gente de las artes, como Chillida, y el Gobierno, y empezar a pensar c¨®mo ser¨ªa una cinematograf¨ªa vasca. Y, dentro de eso, establecer y mantener el sistema de ayudas.