El PA y Blas Infante

Antonio Ortega, secretario general del Partido Andalucista (PA), ha solicitado que se levante la condena a muerte de Blas Infante. Y de paso, ha vindicado que los andalucistas son los que han dado forma al pensamiento del primer autonomista.

No est¨¢ mal eso de declararse depositario de la obra y del pensamiento de alguien sin que ¨¦l pueda hacer nada para evitarlo. Es lo malo que tiene la muerte, que no s¨®lo nos iguala a todos sino que, desde el mismo momento en que se produce, todo lo que uno ha hecho, lo que ha pensado, sus deseos, sus fantas¨ªas y anhelos quedan tirados en la calle para que cualquiera venga, los reclame como propios y se declare heredero universal de sus bienes espirituales.

Si nos resolvemos a creer que cuando morimos accedemos a otra vida mejor (o peor) desde la que podemos ver a los que se han quedado en este valle de l¨¢grimas, ?qu¨¦ est¨¢ sintiendo Blas Infante? Si las comunicaciones entre una y otra vida pudieran establecerse, ?Cu¨¢l ser¨ªa el mensaje de Blas Infante sobre lo que est¨¢n haciendo con su pensamiento? Y, por otra parte, ?qu¨¦ hizo Blas Infante por el andalucismo? ?Es cierto que, como dec¨ªa Antonio Mairena (el ap¨®crifo de Antonio Machado, no el cantaor) 'un andaluz andalucista es un espa?ol de segunda y un andaluz de tercera'? ?Cu¨¢l es el tir¨®n electoral que presenta un partido como el PA cuyos miembros m¨¢s notables se han caracterizado desde siempre por sus luchas personales para sentarse en las poltronas?

Es dif¨ªcil encontrar un partido en todo el arco parlamentario espa?ol (si hacemos abstracci¨®n del GIL por razones obvias) a cuyos dirigentes se les note tanto los deseos de sentarse en cualquier sill¨®n y que, para ello, est¨¦n dispuestos a ceder sus votos a cualquiera que est¨¦ dispuesto a recompensarlos.

En la pasada legislatura, el PA era socio de gobierno del PP en el Ayuntamiento de Sevilla y del PSOE en la Junta. ?Cre¨ªan los andalucistas que ¨¦sta era una buena manera de defender los derechos de los andaluces? Y, por fin, ?Blas Infante hubiera estimulado esta ausencia de definici¨®n pol¨ªtica, esta falta de principios y este hacerse los listillos de la autopista que, ahora adelantan por la derecha, ahora por la izquierda, de los que se declaran herederos de su pensamiento?