El alzamiento
Perdonen que insista, pero se equivocan obispos y arzobispos cuando, para salir del paso de los ¨²ltimos esc¨¢ndalos, atribuyen la movida a una orquestada campa?a pol¨ªtica contra la Iglesia. Nadie, que yo sepa, fuera del mismo seno cat¨®lico est¨¢ ya por esas cosas. Pol¨ªticos, sindicatos y hasta ONG andan en otra onda y en otros intereses que van m¨¢s por la l¨ªnea de la globalizaci¨®n, la n¨®mada oleada de inmigrantes a la deriva, el desempleo, los pactos de Estado, el ecosistema y el terrorismo de base. El problema que lleva de cabeza estos d¨ªas a la Conferencia Episcopal es de car¨¢cter dom¨¦stico, es decir, que lo tienen en su propia casa y el exceso de paternalismo les impide reconocer la insumisi¨®n de sus propios hijos. ?Qui¨¦n si no ha hecho saltar la alarma del descr¨¦dito? Los profesores de religi¨®n no son precisamente militantes de la CNT o nost¨¢lgicos ac¨®litos del viejo ate¨ªsmo marxista. Hablamos de te¨®logos convencidos y adoctrinados en los preceptos del Derecho Can¨®nico que han pasado la rev¨¢lida de una Declaraci¨®n Eclesi¨¢stica de Idoneidad para ejercer su pastoral magisterio. Pero claro, una cosa es pensar que ese ejercicio de la ense?anza cat¨®lica es un derecho legal y voluntario, y otra, muy distinta, creer que tal labor docente implica vasallaje y un 0,6% de gratitud o de pernada. Visto as¨ª, resulta hasta l¨®gico que un sencillo misionero catecumenal acabe convirtiendo su fe y sus convicciones divinas en barricada contra esos jefes espirituales de mitra y b¨¢culo que representan a Dios en la tierra.
El asunto est¨¢ revuelto y ya se ha detectado movimiento de tropas en las plazas diocesanas de Getafe, Tenerife, C¨¢ceres, M¨¢laga y Almer¨ªa. En Castell¨®n, el grupo cat¨®lico de C¨¢ritas Diocesanas ha presentado en bloque su dimisi¨®n por discrepancias con su obispo titular. El gobierno eclesi¨¢stico se ha visto desarmado por el rev¨¦s financiero de Gescartera. Todo apunta hacia un pr¨®ximo alzamiento en el territorio de nuestra Iglesia cat¨®lica a cargo de miembros incontrolados que, parad¨®jicamente, tambi¨¦n creen en Dios y divulgan su misma doctrina. Algo ocurre y hasta puede que sea el momento de apostar por un Concilio, una Reforma y un Vaticano III.
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