Un d¨²o extraordinario
Millar gana una espl¨¦ndida etapa que permite a Botero volver a la lucha por la general

David Millar es un artista imprevisible y genial. Insolente, la insolencia propia de unos 24 a?os muy vividos. Malta, Hong-Kong, Escocia, Biarritz. Un gran ciclista. Santiago Botero tambi¨¦n es incre¨ªble. Los dos, el ingl¨¦s a¨¦reo, el colombiano rubio, son extraordinarios. Muy fuertes. Rompen todos los esquemas. Tambi¨¦n los t¨¢cticos. Son de los pocos ciclistas de la Vuelta que tienen capacidad para cambiar el curso de la carrera. Ayer lo mostraron de una forma bell¨ªsima y veloz con una especie de contrarreloj por parejas, en plan trofeo Baracchi, que sumi¨® al pelot¨®n en la duda y provoc¨® el error del ONCE-Eroski y el Festina, que fue como si trabajaran para el enemigo. La Cangas-Torrelavega, una etapa que se pensaba ser¨ªa un mero traslado f¨ªsico, un d¨ªa de transici¨®n con tres puertos de segunda, se corri¨® a casi 45 por hora y se transform¨® por el genio de dos ciclistas en un d¨ªa se?alado.
A falta de 30 kil¨®metros, Millar y Botero se infiltraron en un corte organizado precisamente por un par de onces y un festina entre otros. El pelot¨®n viv¨ªa entonces los coletazos de otra pelea interna, la que hab¨ªan librado el Mapei y el Telekom, una pugna extenuante en la que los compa?eros de Freire, con el generoso Ca?ada al frente, hab¨ªan estado a punto de dejar sin posibilidades para el sprint a Zabel y su clan. Y mientras el Mapei tiraba la toalla, el Telekom volv¨ªa al pelot¨®n y todos pensaban que hasta meta no quedaba sino tiempo para tomarse un respiro.
Zarrabeitia, picado por ??igo Cuesta, decidi¨® prender fuego a los ¨²ltimos kil¨®metros. All¨ª entr¨® Millar, y tambi¨¦n Botero. Cuando se dieron cuenta detr¨¢s de lo que pasaba, ya era tarde; cuando el US Postal de Heras, el ONCE-Eroski y el Festina se organizaron, ya no hab¨ªa nada que hacer. Quedaban s¨®lo seis kil¨®metros: Botero y Millar ya estaban solos, demasiado lejos.
Botero, el que pas¨® un mal d¨ªa en los Lagos, recuperaba un minuto y volv¨ªa a contar para la general; Millar, que no es escalador pero que quiere convertirse en un ciclista grande, y no s¨®lo en un especialista de las contrarreloj, encontraba razones para seguir creyendo en su futuro. Los dos lograron sus objetivos. Millar, de forma consciente, sabiendo lo que quer¨ªa, con la seguridad del que ha planificado un gran golpe para el momento m¨¢s inesperado; Botero, con la inseguridad de sus eternas dudas, siempre en la incertidumbre, sorprendente hasta para sus directores, que no sab¨ªan qu¨¦ hacer con la situaci¨®n. Fue un momento m¨¢gico: Millar, atacando a 800 metros de la cima de San Cipriano, la tachuela de tercera a 13 kil¨®metros de meta, era, transfigurado en el Miguel Indur¨¢in que, tambi¨¦n en la v¨ªspera de una contrarreloj importante, aplanaba a sus rivales camino de Lieja en el Tour 95. Botero con ¨¦l, sufriendo para no perderlo de vista en el ascenso, enlazando en el descenso. Pero Botero no era el Bruyneel de aquel 95 belga que se aprovech¨® del trabajo del navarro para ganar la etapa, sino otro corredor, un ciclista generoso e intuitivo que no sab¨ªa lo que quer¨ªa.
?En qu¨¦ pensaba mientras daba esos relevos de caballo machacando, martilleando todo el desarrollo posible? ?En la general, a donde vuelve para reforzar la tenaza con su compa?ero Sevilla? ?En el triunfo de etapa? El colombiano intentaba que su director, Belda, desde su coche, le aclarara las ideas. Preguntaba por el transmisor, y le respond¨ªa el alicantino. 'A bloque, a bloque', le ordenaba el impetuoso Belda. Y luego se lo pensaba y le gritaba al o¨ªdo: 'Res¨¦rvate, res¨¦rvate'. Y luego otra vez, 'a bloque' y de nuevo 'res¨¦rvate'. Hasta que acab¨® la etapa en una gran pista bautizada con el nombre de ?scar Freire, el gran ciclista de Torrelavega. Millar, m¨¢s fuerte, impidi¨® la remontada de Botero. A 58 segundos lleg¨® el pelot¨®n. Zabel estaba delante. Freire, un d¨ªa m¨¢s, fue incapaz de remontar.

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