El dirigente socialista advierte que tras el atentado contra EE UU, el dilema est¨¢ entre venganza o justicia

Los grandes asuntos que dominan la actualidad mundial tienen en Barcelona dos citas relativamente pr¨®ximas. La primera ser¨¢ en marzo de 2002, cuando se celebre la prevista Conferencia de Barcelona de la Uni¨®n Europea, dentro del semestre de la presidencia espa?ola. La segunda es el F¨°rum 2004. Pasqual Maragall destac¨® en la clausura de la Escuela de Verano del PSC que se trata de un reto para los socialistas, para Catalu?a y para Espa?a, porque el mundo se halla en estos momentos en una coyuntura particularmente compleja y peligrosa.

En momentos como ¨¦ste no hay que renunciar a la ambici¨®n, se?al¨® en una cr¨ªtica apenas velada a quienes han abogado en las ¨²ltimas semanas en pro de una 'reconducci¨®n' del F¨°rum 2004 hacia objetivos alejados de los conflictos y los grandes debates mundiales. Al rev¨¦s, se?al¨®, el objetivo debe ser incidir de lleno en las m¨¢s candentes cuestiones porque a su juicio el mundo corre el riesgo cierto de adentrarse 'en un largo periodo de contradicciones internacionales dram¨¢ticas'. Y adem¨¢s, dijo, hay que tener posiciones sobre los asuntos de fondo en estos debates.

Maragall predic¨® con el ejemplo y se pronunci¨® con claridad. Acerca de las desigualdades que denuncia el movimiento antiglobalizaci¨®n, el presidente del PSC abog¨® por establecer 'una nueva regulaci¨®n de las relaciones econ¨®micas internacionales y la creaci¨®n de un verdadero banco mundial'.

Tambi¨¦n se pronunci¨® sobre la situaci¨®n preb¨¦lica que vive el mundo tras el ataque terrorista contra Estados Unidos. El mundo est¨¢ ahora, dijo, ante el dilema de 'escoger entre venganza y justicia'. La respuesta de la izquierda es, afirm¨®, la de optar por la justicia. Si se escoge la venganza 'se reforzar¨¢n las causas del mal'.

Pero la opci¨®n por la justicia se halla tambi¨¦n, seg¨²n Maragall, ante otro dilema que est¨¢ directamente relacionado con el debate sobre la globalizaci¨®n. Se trata de la opci¨®n entre justicia estatal o justicia internacional. A un crimen internacional como es el que se ha producido en Estados Unidos, afirm¨® Maragall, 'le corresponde una justicia internacional'. Sucede sin embargo que en la actualidad el Tribunal Penal Internacional es s¨®lo un proyecto, porque el acuerdo sobre su creaci¨®n est¨¢ a la espera de ser ratificado por un n¨²mero suficiente de pa¨ªses. Este obst¨¢culo no es menor, porque entre los pa¨ªses que no lo han ratificado se halla, precisamente, Estados Unidos.

Para superar esta situaci¨®n, Maragall afirm¨® que la ONU 'deber¨ªa ponerse del lado de las v¨ªctimas americanas' e impulsar la creaci¨®n de un tribunal internacional espec¨ªfico contra delitos de terrorismo. Un tribunal ad hoc como los que se han creado con sede en La Haya para juzgar los cr¨ªmenes contra la humanidad cometidos en Ruanda y en la antigua Yugoslavia.