Maestro y amigo
Ha fallecido Rodrigo Ur¨ªa Gonz¨¢lez. Nos ha dejado el gran maestro, el hombre de singular talla cient¨ªfica y humana, querido y admirado por cuantos le conocimos. Hemos perdido a uno de los m¨¢s grandes juristas del siglo XX espa?ol.
En alguna otra ocasi¨®n he afirmado que ha sido un jurista que supo poner su extensa y profunda formaci¨®n y su siempre envidiable sentido jur¨ªdico al servicio de una concepci¨®n finalista, viva y din¨¢mica del Derecho, huyendo por igual del conceptualismo y la abstraci¨®n y de un arbitrario practicismo. Maestro del Derecho, tanto en su condici¨®n de profesor universitario, como en el ejercicio de la profesi¨®n de abogado, nos lega para siempre el sello inconfundible de su elevado magisterio y el modelo constante de su admirable buen hacer profesional en los foros nacionales e internacionales.
Universitario ciento por ciento, sirvi¨® a la instituci¨®n con rigor y generosidad. Empe?ado en la doble tarea de la docencia y la investigaci¨®n, puso al servicio de la Universidad su s¨®lida formaci¨®n jur¨ªdica, su gran talento y su gran sensibilidad humana. No ha de sorprender, por ello, su contribuci¨®n particularmente significativa al desarrollo de la moderna Escuela Espa?ola de Derecho Mercantil que, en colaboraci¨®n con Joaqu¨ªn Garrigues y al lado de otros eminentes profesores de su generaci¨®n, Rodrigo Ur¨ªa ha sabido situar a la altura de la ciencia jur¨ªdica de nuestro tiempo. Ni sorprender¨¢, tampoco, la huella profunda de su singular magisterio, cuya influencia seguir¨¢ presente en la vida de sus miles de alumnos y de todos los mercantilistas de unos y otros pa¨ªses que han encontrado en ¨¦l, no s¨®lo al gran jurista y maestro, sino tambi¨¦n el gran modelo a seguir. Como seguir¨¢ presente toda su obra cient¨ªfica, enraizada igualmente con la Universidad, en la que tanto brilla su extenso saber, su rigor metodol¨®gico, su admirable sentido jur¨ªdico y la elegancia y claridad de su buen decir. Un valioso legado, cuajado de aportaciones fundamentales para el conocimiento de las m¨¢s variadas y complejas instituciones mercantiles, que ha pasado a ser un referente obligado para cuantos se dedican al estudio del Dereho.
Una obra cient¨ªfica y profesional de tanta influencia y envergadura como la realizada por Rodrigo Ur¨ªa rara vez se logra si no tiene el soporte de una gran personalidad humana. Ha sido siempre un devoto de la amistad y comparti¨® esa virtud, entre tantos y tantos otros, con los hombres m¨¢s representativos de la cultura espa?ola en las ¨²ltimas d¨¦cadas (Lain, Dionisio Ridruejo, Aranguren, Tovar, Rosales, Vivanco, Duarte, profesor Carballo, Vega D¨ªaz, Pablo Serrano, Benjam¨ªn Palencia, Francisco Lozano...). Quienes hemos vivido m¨¢s cerca de ¨¦l conocemos bien lo que ha representado su generosidad y su calidad de hombre cabal en la pol¨ªtica y la cultura espa?olas de la segunda mitad del siglo XX. Es ¨¦sta una realidad no suficientemente conocida, porque siempre huy¨® del protagonismo y desde su gran equilibrio humano quiso pasar por la vida con ejemplar sencillez.
Ahora nos faltar¨¢n su presencia, el sosiego de su pensamiento y de su palabra y su gusto por el buen hacer, expresi¨®n viva de las virtudes que tanto han distinguido su personalidad humana: la claridad inteletual, la rectitud ¨¦tica, la modestia, la generosidad, el envidiable modo de entender la amistad y la nobleza espiritual. Pero la gran lecci¨®n de toda su existencia continuar¨¢ presente en la entra?able Blanca que tanto comparti¨® su vida y en toda su familia, en sus disc¨ªpulos, en sus amigos. Desde el dolor que me embarga y que tan dif¨ªcil me ha heho escribir estas deshilvanadas l¨ªneas, ?querido maestro! gracias por haber sido y por todo lo que seguir¨¢s siendo para cuantos tuvimos la suerte de estar a tu lado y beneficiarnos de cuanto ha representado tu modo humano y ejemplar de entender la vida.
AURELIO MEN?NDEZ ES CONSEJERO DE ESTADO Y CATEDR?TICO DE DERECHO MERCANTIL
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