Estremecedor hundimiento de Beloki
Jim¨¦nez gana en Pal la etapa reina de los Pirineos; Sevilla recupera el liderato
Cuando le preguntaron despu¨¦s de la etapa si se sent¨ªa capaz de ganar la Vuelta, el Chava, esto es Jos¨¦ Mar¨ªa Jim¨¦nez, dijo que no, que lo suyo son las etapas. A la misma pregunta sobre las posibilidades del err¨¢tico escalador, Manolo Saiz, alica¨ªdo director del ONCE-Eroski, respondi¨® que era imposible, que si ganaba etapas y se le dejaba coger minutos era precisamente porque no era un hombre peligroso para la general. Eusebio Unzue, el director del guapo abulense, significativamente guard¨® silencio, sonri¨® tambi¨¦n como quien guarda un as en la manga y ve c¨®mo se juega la partida de p¨®quer sin que nadie le preste atenci¨®n. 'La l¨¢stima es que en esta etapa quer¨ªamos habernos trabajado tambi¨¦n la general, pero no pudimos infiltrar a un corredor por delante para que el Chava no tuviera que ir solo'. No, seguramente el Chava, el elegante escalador que ya ha perdido 4 minutos y 39 segundos con relaci¨®n al l¨ªder, Sevilla, en las dos contrarreloj disputadas (y est¨¢ a 3.34m en la general), nunca podr¨¢ ganar la Vuelta. Qu¨¦ desperdicio de talento.
No, seguramente el Chava, el corredor que corre por sensaciones, el hombre de los argumentos emotivos que ayer alcanz¨® su segunda victoria en la Vuelta 2001, la octava en su historial, la cuarta de su equipo, el iBanesto.com, en otras tantas llegadas en alto disputadas, prefiere correr la Vuelta como la corre, a su aire. Ayer se levant¨® y se anim¨® enseguida al verse retratado en el ABC. 'Con elegante y eficiente estrategia asalta el poder, sin ir demasiado lejos, en forma organizada, planificada. ?xito'. Era el hor¨®scopo dedicado a los acuario por Karin Silveyra, la lectura favorita del ciclista.
Qu¨¦ m¨¢s necesitaba el chico de El Barraco para salir convencido de que si ese d¨ªa, ayer mismo, se escrib¨ªa una historia en la Vuelta, ¨¦sa ser¨ªa la suya. Termin¨® no siendo la historia del d¨ªa, sino quiz¨¢s, combinada con la inevitable derrota, el hundimiento del l¨ªder, Joseba Beloki, que perdi¨® casi 20 minutos, la historia de la Vuelta.
Quiz¨¢s Manolo Saiz, que entiende mucho de ciclismo, se equivoque, y no es tanto que al Chava le dejen irse porque no asusta como que le dejan ir porque no pueden cogerle. Ayer, eso pareci¨® cuando, a falta de 40 kil¨®metros para la meta, en las primeras rampas de Ordino, el pen¨²ltimo puerto del d¨ªa, el Chava, despu¨¦s de un par de falsas salidas, se fue. Detr¨¢s de su pedalada ¨¢gil, de su particular forma de ascender, un poco a lo Pantani, con peque?os sprints cada cierto tiempo para seguir acelerando, detr¨¢s de todo eso, el resto del pelot¨®n qued¨® retratado. No fue el ataque loco de un guerrillero, de un secundario contra el viento. Todo lo que hizo ayer el iBanesto.com en busca de su cuarta etapa tuvo consecuencias directas en la lucha por la victoria final. El ritmo imposible que impuso el equipo de Unzue en el Envalira fue mortal para Beloki; los continuos petardos que lanzaron luego por delante todos sus escaladores, Mercado, Blanco, Aitor Osa, Chava, desconcertaron a los dem¨¢s. Y la fuga del Chava fue excesiva.
Detr¨¢s de ¨¦l intentaron salir primero los favoritos: Sevilla, Casero, Heras, ese grupo. Midieron sus fuerzas, se miraron y desistieron. Ni por separado ni en grupo. Tampoco le pudieron alcanzar los cazadores de etapas, Simoni y Di Luca, que quieren mostrar su forma al seleccionador italiano; Escart¨ªn, que necesita justificar su Vuelta; Rubiera, el tercer hombre del US Postal... Lo intentaron y se volvieron atr¨¢s. Todos, cansados, decidieron que lo que quedaba de etapa deb¨ªa ser una prueba de resistencia sin m¨¢s. Una prueba de aguante. Casero, que se descubri¨® en cabeza pese a no ser un escalador, marc¨® el ritmo, a su rueda todos intentando no descolgarse, incluido por un tiempo el nuevo l¨ªder, Sevilla, quien, sin embargo, colabor¨® al final, cuando empez¨® a ver sufrir a Leipheimer, el americano al que todos temen y ninguno conoce. Todo eso ocurri¨® casi dos minutos despu¨¦s de que Jim¨¦nez, que no perdi¨® tiempo en ning¨²n momento, ganara la etapa.
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