La dimisi¨®n sorprende a la mayor¨ªa del Gobierno, que no deseaba ceses hasta el final de la investigaci¨®n

La dimisi¨®n de Pilar Valiente al frente de la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV) cogi¨® por sorpresa a la mayor¨ªa del Gobierno. Tanto el ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, como el portavoz del Gobierno, P¨ªo Cabanillas, admitieron ayer que hab¨ªan enterado de la noticia por los medios de comunicaci¨®n.

La dimisi¨®n de Valiente ha roto el dique que el Gobierno hab¨ªa puesto para solventar las responsabilidades pol¨ªticas del caso Gescartera, un agujero de 18.000 millones abierto por la mala gesti¨®n de una agencia de valores que, pese a los m¨²ltiples indicios, no fue intervenida a tiempo por la CNMV. Cuando quedan a¨²n dos meses de tarea de una comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria que no ha hecho m¨¢s que comenzar su actividad, el Ejecutivo es consciente de que el objetivo de la oposici¨®n est¨¢ puesto en el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Econom¨ªa, Rodrigo Rato, responsable del nombramiento de Valiente y su valedor hasta el final.

La consigna de La Moncloa es aguantar el tir¨®n. A falta de un candidato se?alado para la sucesi¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, casi nadie duda de que el mejor situado es Rato. Y todos -ministros y dirigentes del PP- mantienen en p¨²blico el lema de que las responsabilidades pol¨ªticas se dirimir¨¢n al final de las tareas de la comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria con la confianza de que todo quede en un enjambre de 'relaciones peligrosas' entre la familia Gim¨¦nez-Reyna y la presidencia de la CNMV sin tocar al vicepresidente segundo del Gobierno.

Desde la c¨²pula del Gobierno se manejan otras claves. La primera es que 'no se puede hablar de corrupci¨®n que salpique al Gobierno'. Y la segunda es comparativa con los esc¨¢ndalos que padecieron el PSOE y su Ejecutivo en 1993, 1994 y 1995. Los casos Filesa, Ibercorp, o el de las escuchas telef¨®nicas, fueron utilizados en la pelea interna del partido entre guerristas y renovadores e impidieron una defensa adecuada a Felipe Gonz¨¢lez. Los renovadores pidieron la cabeza del aparato del PSOE por el caso Filesa y los guerristas la del ¨¢rea econ¨®mica y de Narc¨ªs Serra por el caso Ibercorp y las escuchas telef¨®nicas.

La Moncloa presume, sin embargo, de una situaci¨®n interna pac¨ªfica, en el Gobierno y en el PP, controlada por Aznar. Tambi¨¦n cree que Rato cuenta con un importante prestigio interno que hace impredecible, por el momento, una guerra interna, similar a la que sufri¨® el PSOE y precipit¨® el desenlace de sus esc¨¢ndalos en 1994 y 1995 con una cadena de dimisiones de ministros.

Tampoco Aznar va a alterar su decisi¨®n de no presentarse a la reelecci¨®n como candidato a la presidencia, pese a que a la crisis internacional se ha unido ahora el caso Gescartera. La Moncloa a¨²n mantiene que puede controlar la carrera por la sucesi¨®n y evitar que pueda utilizarse este caso por los contendientes en la lucha por el poder.