'S¨®lo se puede atrapar a Bin Laden con la traici¨®n'
Desde que, tras los atentados en Estados Unidos, todo el mundo empez¨® a se?alar a Osama Bin Laden como principal culpable, el profesor franc¨¦s Olivier Roy (La Rochelle, 1949) recibe decenas de llamadas cada d¨ªa. Su libro Afganist¨¢n. Islam y modernidad pol¨ªtica es un cl¨¢sico, y Roy, uno de los mayores expertos europeos en Asia central y en Afganist¨¢n. Adem¨¢s, es consultor del Gobierno y del Parlamento franc¨¦s. Profesor en el Centre National de la Recherche Cientifique, ha trabajado para Naciones Unidas en Afganist¨¢n y para la Organizaci¨®n de Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa en Tayikist¨¢n. Tiene tres libros publicados en castellano: Genealog¨ªa del islamismo (Bellaterra), Ir¨¢n, de la revoluci¨®n a la reforma (Bellaterra) y La nueva Asia central (Sequitur). Esta entrevista fue realizada por tel¨¦fono: tuvo que interrumpirla dos veces porque le llamaron por el m¨®vil.
Pregunta. ?Es Bin Laden una especie de ministro de Defensa de los talib¨¢n?
Respuesta. Entre los talib¨¢n no existen las denominaciones que usamos en Europa, les da exactamente igual que exista un Gobierno. Pero es verdad que la influencia de Bin Laden en la pol¨ªtica interior de los talib¨¢n es enorme desde hace un a?o. Las cosas que han ocurrido ¨²ltimamente -la destrucci¨®n de los budas, el encarcelamiento de los militantes cristianos- se debe a esa influencia. De hecho, si los talib¨¢n llevan cinco a?os en el poder, ?por qu¨¦ no hab¨ªan hecho antes ese tipo de cosas?
P. Usted ha dicho que los talib¨¢n, a diferencia de Bin Laden, no se consideran enemigos de Estados Unidos.
R. S¨ª, su modelo est¨¢ mucho m¨¢s cercano al de Arabia Saud¨ª, incluso estaban dispuestos a aliarse con EE UU. De hecho, Estados Unidos al principio les dio su apoyo. Es cierto que no les dio armas, ni les financi¨®; pero en octubre de 1994, el embajador estadounidense en Pakist¨¢n, el se?or Munjo, acompa?ado por el ministro paquistan¨ª de Interior, visit¨® la zona de los talib¨¢n. En septiembre de 1996, cuando tomaron Kabul, la subsecretaria estadounidense para Asuntos de Asia Central, la se?ora Rafole, dijo que esta toma hab¨ªa sido 'un paso positivo'. Las cosas empezaron a cambiar en oto?o de 1997, cuando la secretaria de Estado, Madeleine Albright, calific¨® a los talib¨¢n de 'despreciables'. Todo cambi¨® cuando, tras los atentados contra las embajadas de EE UU en Tanzania y Kenia, los talib¨¢n se negaron a entregar a Bin Laden. En agosto de 1998, Washington rompi¨® con el r¨¦gimen talib¨¢n.
P. ?Qu¨¦ posibilidades de ¨¦xito tendr¨ªa una intervenci¨®n estadounidense en Afganist¨¢n?
R. No necesitan intervenir para controlar el pa¨ªs. Tienen un apoyo esencial en la Alianza del Norte, cuyo territorio se encuentra a 40 kil¨®metros de la capital. La alianza ocupa todav¨ªa el sitio de Afganist¨¢n en Naciones Unidas, ya que el Gobierno de los talib¨¢n s¨®lo ha sido reconocido por tres pa¨ªses. Estados Unidos puede tomar Kabul sin una sola baja americana. En el sur, donde los talib¨¢n son mucho m¨¢s fuertes, las cosas se complican mucho.
P. ?Existe alguna posibilidad de capturar a Bin Laden 'vivo o muerto' como dijo Bush?
R. Por medios militares es imposible. S¨®lo se puede hacer a trav¨¦s de la informaci¨®n o de la traici¨®n.
P. Pero en un art¨ªculo que el periodista brit¨¢nico Robert Fisk, uno de los pocos occidentales que han entrevistado a Bin Laden, public¨® en el diario Le Monde dec¨ªa que la gran fuerza del presunto autor de los atentados estaba en que nunca hab¨ªa sido traicionado.
R. Siempre tiene que haber una primera vez. Aqu¨ª es donde Pakist¨¢n tiene un papel esencial. S¨®lo Pakist¨¢n puede ayudar a encontrar a Bin Laden. Sus servicios secretos est¨¢n infiltrados en todas sus redes; ellos s¨ª que saben d¨®nde est¨¢.
P. Aunque EE UU ha recibido el apoyo del presidente Musharraf, Pakist¨¢n es un polvor¨ªn: gran parte de su poblaci¨®n est¨¢ en contra de cualquier intervenci¨®n.
R. El problema para Estados Unidos no es Afganist¨¢n. Es un pa¨ªs que pueden gestionar: sus habitantes est¨¢n hambrientos y hartos de los talib¨¢n. El problema est¨¢ en Pakist¨¢n, un pa¨ªs de 140 millones de habitantes que puede estallar en cualquier momento.
P. ?Cu¨¢l cree que ser¨¢ la postura de la UE ante la intervenci¨®n de Estados Unidos y la alianza contra el terrorismo?
R. Creo que los europeos no se opondr¨¢n a una intervenci¨®n militar siempre que exista un mandato de Naciones Unidas y que se controle lo que ocurra despu¨¦s. Esto es, que exista una gesti¨®n pol¨ªtica de Afganist¨¢n tutelada por la comunidad internacional. Y esto no es muy dif¨ªcil: podr¨ªan apoyarse en los propios afganos, en el ex rey Zahir Shah.
P. ?La situaci¨®n humanitaria es catastr¨®fica?
R. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n afgana vive en una situaci¨®n dram¨¢tica, acentuada con la salida de las organizaciones internacionales. Una intervenci¨®n internacional puede ser positiva, porque los talib¨¢n no quieren que su propio pueblo sea alimentado.
P. ?Qu¨¦ se puede hacer para que el islam no quede demonizado despu¨¦s de los atentados contra Estados Unidos?
R. La gente de Bin Laden representa un fen¨®meno muy aislado dentro del mundo musulm¨¢n, no tienen nada que ver con el islam tradicional. Se parecen mucho m¨¢s a los miembros de un tipo de secta apocal¨ªptica que a un grupo religioso.
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