Rasca y gana
El Gobierno ha dejado al Estado en calzoncillos vendiendo todas sus empresas al mejor postor (cuando no al mejor impostor), pero no hay forma, sin embargo, de que suelte la loter¨ªa, en la que no funciona el talento, ni la perseverancia, ni la formaci¨®n acad¨¦mica, ni la rectitud moral: s¨®lo la suerte. Francamente, preferir¨ªamos un Estado que se peleara por desarrollar las infraestructuras, el genio, las humanidades, las nuevas tecnolog¨ªas, el I+D. Pero no estamos de suerte: adem¨¢s de habernos desprendido de servicios p¨²blicos esenciales, llevamos de mal¨ªsima gana la Educaci¨®n, la Sanidad y la Justicia. De la seguridad ni hablamos porque ya no es un problema estatal (el que quiera protecci¨®n, dicen, que se abone a Prosegur). Y a Aznar le parece que todav¨ªa hay demasiado Estado. Pues que privaticen la loter¨ªa.
Lejos de eso, parece que quer¨ªan crear una nueva. En la comisi¨®n parlamentaria de Gescartera ha salido varias veces a relucir, entre los relojes de Ramallo y los bolsos de Pilar Valiente, una loter¨ªa llamada rasca y gana, que consiste en eso, en rascar y ganar sin otro esfuerzo que el de pasar el borde de la u?a sobre una mancha de tinta. Comprendemos que si la alternativa de Rato a ignorar a Ramallo era besarle, huyera de ¨¦l, pero no entendemos c¨®mo sus se?or¨ªas no han profundizado en el asunto de la loter¨ªa, cuando todo el mundo sabe que no hay nada que movilice tanto a las mafias, sean privadas o estatales, como el juego. Dejen por un momento los relojes y pregunten por los sorteos, que ah¨ª hay gato encerrado.
La loter¨ªa rasca y gana es conocida tambi¨¦n como la loter¨ªa instant¨¢nea, porque usted puede averiguar, en el momento mismo de comprarla, si le ha tocado o no. Persigue al comprador de impulso, al sujeto que se encuentra un d¨ªa desesperado porque no puede pagar la hipoteca, cuando pasa por delante de un quiosco de chucher¨ªas y, ?zas!, se compra un rasca y gana, que viene a ser como invertir la desesperaci¨®n en bonos del Estado; o sea, una cosa muy edificante que, de momento, est¨¢ en la periferia de la comisi¨®n de Gescartera, aunque no nos extra?ar¨ªa que acabara ocupando el centro. Por probar que no quede, se?or¨ªas. Rasquen y ganen.
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