La Real pierde pedigr¨ª
Toshack confiesa la dificultad de sacar adelante un equipo que no acaba de elegir entre la cantera y las median¨ªas del mercado
La Real Sociedad es una caja de preguntas con respuestas dispares. El equipo que m¨¢s tiempo seguido lleva en Primera tras los tres incombustibles -Madrid, Athletic y Barcelona- se ha acostumbrado a flirtear con el descenso -dos temporadas en el alambre y la actual en la misma direcci¨®n- sin resolver d¨®nde est¨¢ el origen de su males. En el fondo, la Real no ha resuelto su problema de identidad. Alardea de la cantera, ciertamente productiva, tanto como del negocio del mercado, m¨¢s discutible.
El orden de factores s¨ª ha afectado al producto. Todo se basa en el factor k. La k, letra emblem¨¢tica del alfabeto vasco, en el que no existe la c, hizo grande a la Real. El bosnio Kodro, el ruso Karpin y el yugoslavo Kovacevic engrandecieron la visibilidad econ¨®mico-deportiva del club para los negocios: grandes jugadores a bajo precio, con los que obtuvo un rendimiento deportivo excelente y una plusval¨ªa impresionante. La fuente se sec¨® y, a partir de entonces, la Real ha sucumbido a las median¨ªas -jugadores ni buenos ni malos- a bajo precio, pero con poca salida, a cambio de un problema de identidad.
John Benjamin Toshack estaba interesado en prescindir de uno de sus dos delanteros centro: el rompedor Jankauskas y el vivaz Demtradze, ambos extracomunitarios y, por lo tanto, incompatibles en el equipo titular, 1.200 millones innegociables en la alineaci¨®n. Pero nadie quiere a su justo precio a estos futbolistas. Otros jugadores, adem¨¢s, no han querido venir a un equipo en crisis y algunos de los traspasados -Cvitanovic o Arif- han creado m¨¢s problemas de cobro que los que la Real tuvo que soportar para su contrataci¨®n.
A fecha de hoy, la Real s¨®lo tiene un extranjero solvente, el ruso Khokhlov, por el que pag¨® 800 millones y que responde al perfil que buscaba. Curiosamente, pertenece a la era Clemente, la m¨¢s discutida en la entidad por el gran desembolso frente al escaso rendimiento deportivo. Ni Luiz Alberto ni el noruego Kwarme, pese a la k, ofrecen actualmente garant¨ªa. El franc¨¦s Collet no tiene ficha, aunque s¨ª sueldo; el belga Peiremans est¨¢ a punto de dejar el f¨²tbol, por lesi¨®n, sin haber jugado un solo minuto, ni oficial ni amistoso, con la Real, y Tayfun es mucho menos de lo que era en Turqu¨ªa hasta el momento.
Nadie habla en la Real de los extranjeros, sino de Xavi Alonso, el hijo de Periko, un muchacho que lee el f¨²tbol con soltura y que se curti¨® en el ?ibar de Blas Ziarreta, descubridor de Julen Guerrero; es decir, en la academia del futbol exigente. Pero Xavi est¨¢ lesionado y la Real no encuentra el norte. En pleno desconcierto, la Real atent¨® contra dos pilares hist¨®ricos de su estructura: el portero y los centrales. Por eso Toshack reconoce que 'sacar esto adelante es muy dificil'. La k de Khokhlov no es suficiente.
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