Feos

El genial Boris Vian, que fue en vida una especie de Leonardo Da Vinci cruzado de hombre orquesta, les dese¨® la muerte en una de sus novelas m¨¢s desopilantes, titulada Que se mueran los feos. Lo han tenido muy crudo casi siempre, desde la Grecia cl¨¢sica al Hollywood moderno, pero parece que los signos de los tiempos cambian. Seg¨²n cuentan algunos columnistas expertos en tendencias, el culto al cuerpo da sus boqueadas, los cirujanos pl¨¢sticos se dedican al corte y confecci¨®n de monstruos, que es lo que se demanda mayormente en los medios de comunicaci¨®n de masas (no encef¨¢licas) y los feos y feas, en fin, ven llegar su momento, por fin.

Bettty la fea triunfa en la televisi¨®n como lo hicieron hace veinte a?os los insufribles ¨¢ngeles de Charlie. Mientras tanto, en el pa¨ªs de los vascos se incorpora al Gobierno como flamante consejero de Vivienda Javier Madrazo, que era una especie de patito feo, Calimero marxista en el corral pol¨ªtico auton¨®mico (esa cosa, seg¨²n S¨¢nchez-Ostiz, entre Bambi y Rebeli¨®n en la granja). Lejos quedan los tiempos en los que en este pa¨ªs triunfaban los galanes como Garaikoetxea. Corren muy malos vientos para la sastrer¨ªa (lo de Camacho ha sido un toque de atenci¨®n). Nadie podr¨¢ decir, en todo caso, que este nuevo Gobierno, con Juan Jos¨¦ Ibarretxe a la cabeza, nace contra el sentido de la Historia.

El problema (no hay pa¨ªs ni columna que se precie sin problema de fondo) es que Betty la fea, a diferencia de Javier Madrazo y otros considerables miembros de ese gabinete, es guapa. Es un caso flagrante de impostura. Su fealdad, la fealdad de Betty, es una falsedad, una suplantaci¨®n. Por una vez es cierto que la belleza est¨¢ en el interior: tras la cortina espesa de maquillaje y pr¨®tesis. En las revistas del color aparece el insecto lepid¨®ptero convertido en brillante mariposa, un perfecto milagro. Probablemente hubiese resultado m¨¢s sencillo contratar a una fea de verdad para hacer esta serie televisiva, pero as¨ª es la comedia del arte y as¨ª este perro mundo. Lo del nuevo Gobierno es otra cosa. Cine de arte y ensayo a lo peor.