Planeta errante: colisiones c¨®smicas y otras apocalipsis
?VEAN EL MUNDO amenazado por un desenfrenado sol invasor 6.000 veces mayor que la Tierra! Es el apocal¨ªptico titular que acompa?a al cartel del filme japon¨¦s Gorath (Yosei Gorasu, 1962). Dirigido por I. Honda, creador del famos¨ªsimo Godzilla, tiene un argumento similar al filme Cuando los mundos chocan (1951).
La amenaza que viene del espacio, siempre as¨¦ptica y nada comprometida es, en este caso, un enorme objeto celeste. Las dimensiones apuntadas, si se refieren al di¨¢metro, cuadran con el de una estrella de tama?o unas 50 veces superior al de nuestro Sol. La rojiza y caliente estrella se halla en curso de colisi¨®n con la Tierra. En esta comprometida situaci¨®n, la soluci¨®n m¨¢s sensata consiste en apartarse de su trayectoria. Salir por piernas, vamos.
Para evitar el desastre inminente de nada sirve el lanzamiento de misiles (como en el filme Meteoro) ni el env¨ªo de esforzados astronautas para colocar alg¨²n explosivo sobre su superficie (como acontece en Armaggedon). La coalici¨®n internacional de cient¨ªficos decide optar por la ¨²nica soluci¨®n posible: desplazar la Tierra de su ¨®rbita y alejarla de la trayectoria de impacto del invasor celeste. ?C¨®mo? Colocando una bater¨ªa de cohetes en el Polo Sur. Dada la ingente masa que hay que trasladar (seis cuatrillones de kilos, ni m¨¢s ni menos para un planeta como la Tierra), el m¨¦todo no puede funcionar en absoluto (v¨¦ase Ciberp@¨ªs 8-7-1999).
La pel¨ªcula podr¨ªa concluir con un clamoroso fracaso, pero los japoneses, muy h¨¢biles ellos, aprovechan la coyuntura para sacarse el consabido monstruo de la manga: las cat¨¢strofes y terremotos ocasionados despiertan otro horror: un enorme monstruo. Se trata de Gorath, una criatura alien¨ªgena generada a partir del material org¨¢nico recogido por una nave espacial en su paso a trav¨¦s de una extra?a nube interestelar.
Ambos peligros, el del monstruo destructor y el de la estrella errante, resultan finalmente conjugados al ser la Tierra trasladada a una nueva y segura ¨®rbita. Pese al c¨²mulo de desprop¨®sitos, la pel¨ªcula muestra los efectos de marea que la aproximaci¨®n de una estrella o cualquier otro objeto celeste masivo ocasionar¨ªa sobre la Tierra.
Recordemos que las fuerzas de marea, producidas por la interacci¨®n gravitatoria, son proporcionales a las masas involucradas y a la potencia c¨²bica del inverso de la distancia que las separa. En Mec¨¢nica Celeste, el t¨¦rmino colisi¨®n engloba toda interacci¨®n que implique un efecto perceptible entre los objetos involucrados, aunque no llegue a producirse el contacto entre los mismos. Por otro lado, como apunta P. Hardy en su monumental enciclopedia sobre el cine de ciencia-ficci¨®n, el filme recrea un convincente paseo espacial tres a?os antes de que el astronauta ruso Leonov pasase a la historia por ser el primer hombre en realizar una salida de este tipo.
Abundando en el tema, mucho m¨¢s interesante resulta la excelente novela El planeta errante (The Wanderer, 1964), premio Hugo 1965. En el prefacio de la misma, el autor, Fritz Leiber, escribe: 'Muchos de ustedes habr¨¢n le¨ªdo relatos de hombres que se aventuran hacia las estrellas, pero en El planeta errante es una estrella la que viene hacia la Tierra'. Con frecuencia, tambi¨¦n, habr¨¢n le¨ªdo c¨®mo los h¨¦roes se encaran con el desastre... esos hombres de cabeza fr¨ªa, sin nervios, enteros, hombres perfectamente dotados y equipados... los superhombres.
Pero... ?qu¨¦ ocurre con las gentes normales? ?En esos ¨²ltimos instantes qu¨¦ hizo cada individuo condenado a morir irreversiblemente por una fuerza c¨®smica superior a todas sus posibilidades humanas? Aqu¨ª radica el inter¨¦s de esta muy recomendable novela. M¨¢s que explotar la vertiente ¨¦pica del tema, el autor profundiza en la diversidad de comportamientos y reacciones humanas ante el inminente fin a trav¨¦s de historias inconexas que se entrecruzan ocasionalmente. Y una sorpresa final. El planeta errante, en cuya superficie dorada y p¨²rpura parece apreciarse el s¨ªmbolo del yin y el yan, resulta estar hueco y habitado por... Bueno, lean la novela.
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