Laura Esquivel rechaza 'la globalizaci¨®n inhumana de la usura'
La autora mexicana vuelve al amor con su nueva novela, 'Tan veloz como el deseo'
La autora de Como agua para chocolate vuelve a cocinar su literatura alrededor del amor. En Tan veloz como el deseo regresa a ese terreno de emociones y palabras, esta vez con la figura de su padre, que fue telegrafista, como eje central. Lo cual sirve a Laura Esquivel para expresar sus dudas sobre la revoluci¨®n de la comunicaci¨®n, y para reivindicar un regreso a las miradas y a las sensaciones: 'Esta globalizaci¨®n inhumana, basada en los beneficios y la usura, no es civilizada'.
Tan veloz como el deseo (Plaza y Jan¨¦s) es un homenaje de Laura Esquivel al 'maravilloso car¨¢cter y sentido del humor' de su padre, que falleci¨® tras una larga enfermedad y ejerci¨® el rom¨¢ntico oficio de telegrafista ('cuando la revoluci¨®n mexicana llegaba a los pueblos, el primer fusilado era siempre el del tel¨¦grafo') inspir¨¢ndose en las ense?anzas de sus antepasados mayas, que sab¨ªan que la galaxia y sus habitantes estaban intercomunicados por un cord¨®n umbilical invisible, un cable que part¨ªa del plexo solar y viajaba por esa gran matriz resonante que es el universo transmitiendo el conocimiento y la sabidur¨ªa.
Denuncia del olvido en que la modernidad ha sumido a los ancianos, cr¨ªtica de la tecnolog¨ªa deshumanizada y silenciosa, alegor¨ªa del poder salvador de la palabra, la novela de Esquivel retrata desde su lecho de muerte la jovial figura de Don J¨²bilo, un ser con asombrosas capacidades para entenderse con (y hacerse entender a) los dem¨¢s interpretando sus deseos: 'Las palabras viajan a la misma velocidad que el deseo, y por lo tanto es posible prescindir de ellas al enviar un mensaje de amor. El ¨²nico requisito para que puedan ser recibidas es contar con un aparato sensible, y J¨²bilo lo ten¨ªa, hab¨ªa nacido con ¨¦l, lo ten¨ªa instalado en su coraz¨®n'.
Esquivel (Ciudad de M¨¦xico, 1950) escribe convencida, y apoyada por la ciencia. Cree que el amor 'es la fuerza m¨¢s poderosa del mundo, lo que nos desconecta de todo lo dem¨¢s. Lo tenemos dentro, y la prueba es que somos capaces de darlo, porque no puedes dar lo que no tienes. Los cient¨ªficos ya saben que el 90% de nuestro cuerpo es espacio vac¨ªo. La energ¨ªa que ocupa es el amor. Sin piel y sin fronteras. ?sa es la ¨²nica globalizaci¨®n en la que creo'.
?No cree que existe la globalizaci¨®n econ¨®mica? 'En absoluto. Nos venden la democracia, el desarrollo y la civilizaci¨®n mientras millones de personas se est¨¢n muriendo de hambre en el mundo. Basar el desarrollo en el desarrollo econ¨®mico es un error. Es tan sencillo... Practican la acumulaci¨®n y la usura y no se dan cuenta de la violencia que eso genera. ?C¨®mo se puede cobrar intereses a un pa¨ªs muerto de hambre? Es completamente inhumano. Y resulta que la libertad y la democracia se basan en la libertad monetaria. Con dinero tienes acceso al sistema de salud y lucro, a la educaci¨®n, a los viajes. Si no, te niegan todo eso. Si estamos en la globalizaci¨®n econ¨®mica, ?qu¨¦ pasa cuando alguien acumula y acumula riqueza? ?No le quita eso libertad a otra persona? Es una verg¨¹enza'.
?Y tiene soluci¨®n? 'El capital puede viajar a cualquier parte. Pero los obreros no. Eso es suficiente para replantearnos todo: el concepto de Dios, el de democracia, el de desarrollo. ?Cu¨¢l es el beneficio obtenido de siglos y siglos de universidades? ?Para qu¨¦ ha servido la historia de la cultura? ?Para que el capitalismo absurdo permita que existan mafias de la droga en todo el mundo? ?Por qu¨¦ no hablan ya de legalizar la droga? Porque ese dinero sirve para financiar la industria de las armas'.
Optimismo
Esquivel lo ve mal, pero no pierde el optimismo. 'Lo bueno que tiene esto es lo malo que se est¨¢ poniendo. Nos est¨¢ obligando a recapitular. No creo en los cambios externos, sino en los internos, y todo esto nos ayudar¨¢ mucho a la hora de ir a votar la pr¨®xima vez. Como hicieron los pasajeros del avi¨®n secuestrado que cay¨® en Pittsburg, si hay que quitar el control a los terroristas, se les quita. Hay que pronunciar las palabras amor y paz una y mil veces. Porque s¨®lo con pronunciarlas se cree ya en el poder de las palabras. Y porque a la modernidad le estorban las emociones'.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.