Los nuevos narradores reconocen que a¨²n quedan muchas fronteras por superar
El congreso, que re¨²ne a autores de ambos lados del Atl¨¢ntico, analiza los retos pendientes
La globalizaci¨®n ha abierto y ha creado tambi¨¦n nuevos territorios comunes a los j¨®venes escritores de ambos lados del Atl¨¢ntico, pero, seg¨²n ellos, a¨²n queda mucho por hacer para rebasar de verdad las fronteras. Este planteamiento fue ayer el punto de partida del II Congreso de Nuevos Narradores Iberoamericanos, que se celebra en la Casa de Am¨¦rica de Madrid hasta ma?ana, coincidiendo con la celebraci¨®n de la Feria Internacional del Libro Liber 2001. Los editores defendieron su libertad e independencia para elaborar sus cat¨¢logos y el equilibrio entre la publicaci¨®n de ¨¦xitos de ventas y libros menos comerciales.
En la mesa redonda ?Novelas para leer, novelas para vender?, Manuel Borr¨¢s, de Pre-textos, afirm¨® que el editor es un intermediario entre el mundo de la creaci¨®n y el lector. 'Nadie echa de menos a un desconocido, y nosotros tenemos que sacar del anonimato a los buenos escritores'. 'El problema es que existen escritores y editores que publican al dictado de la sociedad, y eso es un error, porque se tiene que valorar el trabajo de autor y diferenciar el ¨¦xito comercial con la literatura', dijo Borr¨¢s, seg¨²n informa Efe. Para Beatriz de Moura, de Tusquets, el mundo editorial 'vive una paradoja'. La editora se pregunt¨® qu¨¦ ocurre cuando un autor quiere ser vendido 'antes de convertirse en un escritor'. A esta cuesti¨®n contestaron los escritores Andr¨¦s Neuman, Carlos Somoza y Carlos Rubio: 'Todos los autores escriben para ser le¨ªdos y publicados, pero ninguno, si le interesa verdaderamente la creaci¨®n y la literatura, piensa en el n¨²mero de lectores o en el de ventas', aseguraron.
Juan Cruz, de Santillana; Claudio L¨®pez, de Mondadori; Ana D'Atri, de Planeta, y Nuria Tey, de Plaza y Jan¨¦s, defendieron la libertad e independencia del editor para confeccionar sus cat¨¢logos, y resaltaron el equilibrio que debe haber entre la publicaci¨®n de ¨¦xitos de ventas y libros menos comerciales.
Los h¨¦roes de novela
En la mesa redonda El discurso narrativo hoy y ma?ana, el escritor mexicano Jorge Volpi defendi¨® la necesidad y la vigencia de la novela, y compar¨® su evoluci¨®n en el siglo XX con el desarrollo cient¨ªfico. 'Algunos agoreros creen que la novela ha llegado a su fin, pero no es verdad, porque desde que a mediados del siglo XX Proust, Joyce y Kafka cambiaron los modelos narrativos como ya hiciera la f¨ªsica cu¨¢ntica con la ciencia, todo se ha transformado y la posibilidad es inmensa', se?al¨®. En la misma sesi¨®n, el escritor argentino Marcelo Birmajer, que acaba de publicar Historias de hombres casados (Alfaguara), habl¨® sobre La novela sin h¨¦roe. Birmajer defendi¨® su presencia en cualquier buena novela: 'En la novela los h¨¦roes nos permiten crear una ilusi¨®n, vivir una ¨¦poca y atrapar nuevos territorios. Desde Homero hasta Homer Simpson, son todos seres casi siempre imperfectos que nos despierten otra vida'.
En la sesi¨®n de la ma?ana, Rosa Montero tambi¨¦n defendi¨® la necesidad de la literatura, sobre todo tras la 'sensaci¨®n de apocalipsis' que ha quedado en el mundo tras los atentados en Estados Unidos. La escritora se declar¨® 'hija' del boom de la literatura latinoamericana de los a?os setenta y dijo que signific¨® un giro en el 'malentendido' que marc¨® durante d¨¦cadas la relaci¨®n cultural entre Espa?a e Iberoam¨¦rica, de tal manera que ambos lados de la creaci¨®n 'comenzaron a mirarse'.
La globalizaci¨®n ha propiciado que los autores de uno y otro lado del Atl¨¢ntico tengan 'm¨¢s cosas en com¨²n', porque 'nuestro imaginario se ha hecho global', como afirm¨® el escritor F¨¦lix Romeo. Pero escritores y editores denunciaron que la globalizaci¨®n no ha hecho mucho m¨¢s f¨¢cil que los autores de calidad tengan m¨¢s abiertas las puertas de los mercados de otros pa¨ªses con los que comparten lengua. Para Constantino B¨¦rtolo, de Debate, 'una cultura es la suma de sue?os y de miedos, y en nuestra cultura el sue?o dominante es consumir mucho y el miedo dominante es no poder consumir'.
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