La polic¨ªa localiza a otro grupo de supuestos terroristas ¨¢rabes
Interior cree que no se preparan atentados en Espa?a y opta por vigilar en vez de detener
Hay un comercio en Madrid por donde, tarde o temprano, pasan los ¨¢rabes relacionados con el hampa que necesitan un pasaporte falso de buena calidad. La polic¨ªa lo sabe. Es m¨¢s, algunos de sus mejores agentes andan siempre rondando por all¨ª, poniendo la oreja y quiz¨¢ alg¨²n micr¨®fono para descubrir lo que se cuece en cada momento. Cerrar el negocio ser¨ªa cumplir con la ley, pero tambi¨¦n desperdiciar una magn¨ªfica fuente de informaci¨®n. Un dif¨ªcil equilibrio al que est¨¢n acostumbrados los funcionarios -polic¨ªas o guardias civiles- que luchan desde hace tres d¨¦cadas contra el terrorismo de ETA. ?Cu¨¢ndo detener a un comando?: 'Inmediatamente despu¨¦s de que nos haya dado toda la informaci¨®n posible', dice un experto antiterrorista, 'pero justo antes de que se disponga a cometer un atentado. Si ese equilibrio se rompe, alguien puede morir'.
Las tanquetas contin¨²an apostadas frente a las Embajadas de Estados Unidos e Israel
Precisamente por esa frontera tan confusa camina en estos momentos la polic¨ªa espa?ola. La Brigada de Informaci¨®n Exterior tiene localizado a un grupo de supuestos terroristas ¨¢rabes muy similar al que fue detenido el pasado d¨ªa 26 acusado de pertenecer al Grupo Salafista para la Predicaci¨®n y el Combate, movimiento argelino al que George Bush incluye en su lista negra de terroristas ligados a la organizaci¨®n de Bin Laden.
La polic¨ªa espa?ola, que ya ha informado de sus pesquisas a los agentes de la CIA, est¨¢ segura de que en los planes inmediatos del grupo no se encuentra cometer ning¨²n atentado, ni en Espa?a ni en el extranjero. De ah¨ª que, por el momento, haya decidido continuar con su vieja estrategia de ver, o¨ªr y esperar. Hasta el pasado 11 de septiembre, ¨¦sa era la pol¨ªtica del Ministerio del Interior espa?ol con respecto al terrorismo ¨¢rabe. Ten¨ªa fichados a m¨¢s de 200 sospechosos de pertenecer a alguna de las 17 organizaciones terroristas con presencia en nuestro pa¨ªs. Desde la tranquilidad que deparaba saber que Espa?a no era objetivo de sus atentados, la polic¨ªa s¨®lo se dedicaba a controlarlos para avisar a otros pa¨ªses amenazados. Ahora la situaci¨®n ha cambiado.
Seg¨²n la versi¨®n gubernamental, todo ha ido a peor. No s¨®lo por las expectativas de guerra, sino tambi¨¦n porque en los dos ¨²ltimos a?os -resalta Juan Cotino, director general de la Polic¨ªa- la poblaci¨®n ¨¢rabe en nuestro pa¨ªs se ha triplicado. 'Si hace dos a?os', explica, 'los americanos me hubieran preguntado: ?tiene usted controlado al terrorismo ¨¢rabe en su pa¨ªs?, yo les hubiera contestado que s¨ª con toda rotundidad; si en cambio ahora me hicieran la misma pregunta ya no tendr¨ªa una respuesta tan segura. Ha entrado mucha gente en Espa?a aprovechando las riadas de inmigraci¨®n. ?Qui¨¦nes son y qu¨¦ persiguen...?'.
Una nueva situaci¨®n que, en buena medida, ha cogido en fuera de juego tanto a la polic¨ªa como a la Guardia Civil. Aunque satisfechos por el tino de las ¨²ltimas detenciones -los salafistas ten¨ªan m¨¢s peligro del que se sospechaba en un principio-, en uno y otro cuerpo admiten que sus grupos de Informaci¨®n Exterior no son precisamente los mejor tratados, ni en medios ni en personal. 'Son grupos que adem¨¢s', explica Cotino, 'no se pueden reforzar de la noche a la ma?ana. Por ejemplo, sus agentes necesitan saber idiomas, el ¨¢rabe incluido, y como todo el mundo sabe eso no se improvisa'.
Existe una expresi¨®n, afortunadamente en desuso, que refleja muy bien el ambiente que se vive en las fuerzas de seguridad espa?olas desde los atentados del 11 de septiembre: las tropas est¨¢n acuarteladas. Siguen suspendidos desde entonces todos los permisos, los agentes deben estar localizados y las tanquetas azules de la polic¨ªa contin¨²an apostadas d¨ªa y noche frente a las Embajadas de Estados Unidos e Israel en Madrid. Se trata de medidas de urgencia que s¨®lo tratan de calmar el recelo de parte de la poblaci¨®n hacia aviones, rascacielos e hipot¨¦ticos disc¨ªpulos de Bin Laden mientras que otro debate, mucho m¨¢s profundo, tiene lugar en la c¨²pula de Interior: si Espa?a se dedica a combatir frontalmente al terrorismo integrista, molestando a los comandos que duermen en nuestro pa¨ªs, ?no se estar¨¢ poniendo en el disparadero de gente tan peligrosa como el argelino Mohamed Belazziz y el tunecino Nizar Trabelsi?
El primero, detenido por la polic¨ªa espa?ola el pasado d¨ªa 26, y el segundo, actualmente encarcelado en Francia, eran los dos elegidos para inmolarse en la primavera pr¨®xima como hombres bomba en sendos atentados contra la Embajada y un centro cultural de Estados Unidos en Par¨ªs. 'Antes de despertarlos', dice un responsable de Interior, 'deber¨ªamos pensar si nos conviene tenerlos despiertos'.
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