Aislamiento institucional

Batasuna no s¨®lo se enfrenta al progresivo debilitamiento de la voz soberanista en Navarra, sino tambi¨¦n a la marginaci¨®n a la que le someten los principales partidos. Convocados por los socialistas navarros, IU, CDN y EA-PNV se re¨²nen con periodicidad para intercambiar informaci¨®n sobre la vida parlamentaria y articular propuestas alternativas a las de UPN que, con 22 esca?os en un Parlamento de 50, carece de mayor¨ªa absoluta. Estos partidos no invitan a Batasuna ni a Batzarre a sus reuniones, aunque ¨¦stos ¨²ltimos condenen expl¨ªcitamente a ETA y hayan manifestado su voluntad de sumarse al di¨¢logo del resto de los grupos.

Batasuna ha advertido que vender¨¢ cara su piel. Si suma sus siete votos a la oposici¨®n, ¨¦sta triunfa con 28 votos sobre 22. Si se abstiene, gana UPN 22 a 21. Y en esta envenenada ecuaci¨®n radica tambi¨¦n el dilema de la formaci¨®n de Barrena, ya que en sus manos de ¨¢rbitro pol¨ªtico de Navarra est¨¢ la llave del triunfo de las iniciativas opositoras. Especial enfado provoca en las filas radicales la actuaci¨®n de EA-PNV, cuyos tres representantes participan en la tarea opositora de coordinaci¨®n de los partidos de centro-izquierda no nacionalista y mantienen habituales discrepancias con Batasuna.

Al margen de la actitud que adopte Batasuna en el Parlamento foral hasta el final de la legislatura, Batzarre ya ha sugerido una posible comparecencia electoral conjunta con Aralar aunque ¨¦sta prefiera el di¨¢logo con Batasuna. Si el di¨¢logo fracasa, y Aralar y Batzarre unen sus fuerzas, Batasuna se enfrentar¨¢ por vez primera en su historia a una competencia directa en Navarra: una alternativa independentista desligada de ETA y de la violencia.

Batzarre y Aralar han logrado ser tenidas en cuenta a la hora de sondear a la sociedad navarra sobre su intenci¨®n de voto. As¨ª lo ha confirmado la presidencia del Parlamento foral, tras el reciente encargo de un sondeo que se llevar¨¢ a cabo a trav¨¦s de 1.300 encuestas, en el que no se incluir¨¢ ninguna pregunta sobre el grado de aceptaci¨®n de Patxi Zabaleta.