El desv¨ªo de pacientes a la sanidad privada por ley vac¨ªa los proyectos para mejorar la p¨²blica

El Debate de Pol¨ªtica General sirvi¨® al presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, para anunciar el pr¨®ximo proyecto sanitario del Consell: la privatizaci¨®n de la atenci¨®n primaria en Alzira. Este anuncio dej¨® en la sombra otra medida de gran calado pol¨ªtico que apenas trascendi¨®: el responsable del Gobierno valenciano se?al¨® que dar¨¢ rango de ley al Plan de Choque, el desv¨ªo de pacientes de la sanidad p¨²blica a la privada, lo que se traducir¨¢ en un frenazo en seco a los proyectos previstos de mejora de los recursos de los servicios asistenciales de la red p¨²blica.

El Plan de Choque naci¨® en 1996 como f¨®rmula transitoria destinada a resolver las largas esperas que sufr¨ªan los pacientes valencianos antes de ser intervenidos, y como una de las apuestas m¨¢s ambiciosas del Partido Popular, que acababa de llegar al Palau de la Generalitat. El Gobierno valenciano acord¨® destinar 1.000 millones de pesetas anuales a los presupuestos para ofrecer a los pacientes de la sanidad p¨²blica que llevaran esperando m¨¢s de tres meses una intervenci¨®n, la opci¨®n de ser intervenidos en cl¨ªnicas privadas. Desde entonces, la suma se ha ido repitiendo a lo largo de los presupuestos de estos ¨²ltimos a?os, pero no as¨ª la cantidad real pagada a las cl¨ªnicas por las intervenciones.

Repetidamente, los 1.000 millones han sido superados en un ritmo creciente que alcanzaron el a?o 2.000 los 2.805 millones de pesetas. El origen coyuntural de esta f¨®rmula, inicialmente destinada a resolver de forma puntual un problema, se ha transformado en una medida estructural, que, se ha hecho un hueco en los presupuestos, pese a lo cual, tampoco se ha demostrado totalmente efectiva contra las listas de espera.

En el transcurso del Debate de Pol¨ªtica General, celebrado el pasado 21 de septiembre, el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, anunci¨® que dar¨ªa rango de ley al Plan de Choque. Este reconocimiento no s¨®lo implicaba dar una mayor relevancia y admitir la vocaci¨®n de continuidad del desv¨ªo de pacientes de la sanidad p¨²blica a la privada. Tambi¨¦n supon¨ªa abandonar una opci¨®n barajada por el Partido Popular hasta hace meses: combatir las listas de espera a trav¨¦s de la reorganizaci¨®n de los recursos de la sanidad p¨²blica o de medidas alternativas a la potenciaci¨®n del sector privado con fondos p¨²blicos.

Uso de centros militares

Una de las medidas previstas ser¨ªa el empleo de los centros militares para descongestionar los hospitales p¨²blicos. En ese sentido, existe un convenio firmado entre la Generalitat y el Ministerio de Defensa destinado a explotar los infrautilizados recursos del departamento que dirige Federico Trillo-Figueroa en las especialidades de cirug¨ªa, traumatolog¨ªa, cirug¨ªa ortop¨¦dica, oftalmolog¨ªa y anatom¨ªa patol¨®gica. Pese a ello, a la elevada demanda quir¨²rgica que cuenta Sanidad, y a la escasa actividad de los centros militares, que apenas consigue un 25% de ocupaci¨®n, la Consejer¨ªa de Sanidad se resiste a enviar enfermos al Hospital Militar de Valencia.

No obstante, las iniciativas m¨¢s ambiciosas y que m¨¢s sufrir¨¢n el proyecto anunciado por Zaplana ser¨¢n los denominados planes Optimus y Expr¨¦s.

Estos dos proyectos abordaban la reforma parcial del sistema de gesti¨®n hospitalario de las listas de espera desde la esfera p¨²blica.

El primero de ellos, el Plan Expr¨¦s, que se anunci¨® a principios del a?o pasado por el entonces consejero de Sanidad, Jos¨¦ Emilio Cervera, consist¨ªa en que los hospitales p¨²blicos con menor lista de espera ser¨ªan los encargados de recibir a los pacientes de los centros saturados. La f¨®rmula era similar a la del Plan de Choque, con la diferencia de que a los 90 d¨ªas de aguardar una intervenci¨®n, los paccientes podr¨ªan elegir entre una lista de hospitales p¨²blicos sin demoras. Si el enfermo no se decantaba por esta opci¨®n, siempre podr¨ªa acogerse a los centros privados del Plan de Choque. Estaba previsto que las intervenciones se practicaran fuera del horario de trabajo para evitar que supusieran una sobrecarga en los centros e incluso se lleg¨® a dotar inicialmente de 300 millones de pesetas para echara aandar. Sin embargo, la salida de Cervera de la Consejer¨ªa de Sanidad (tras conocerse que su mujer, Dolores Santos, hab¨ªa participado en algunos proyectos de la Generalitat en IBM, donde trabajaba, bajo la sospecha de que ello tuviera una influencia notable en la elaboraci¨®n de ofertas para varios concursos p¨²blicos auspiciados por la Administraci¨®n auton¨®mica), congle¨® este proyecto.

Un plan apresurado

El segundo de los planes, el denominado Optimus, se anunci¨® bajo el mandato del actual consejero, Seraf¨ªn Castellano. Su grado de elaboraci¨®n nunca alcanz¨® el del programa anterior, ya que simplemente se dijo que se trataba de un programa de incentivaci¨®n a los m¨¦dicos de los centros p¨²blicos para lograr que realizaran m¨¢s intervenciones, sin aportar muchos m¨¢s detalles. El clima en el que se produjo su alumbramiento -en medio de la pol¨¦mica abierta por la muerte de enfermos de coraz¨®n, que fallecieron mientras esperaban ser intervenidos- provoc¨® su apresurado anuncio y acaso enven¨® su desarrollo, porque como el plan anterior, qued¨® en el olvido de los dirigentes populares.

Ahora, tanto los sindicatos como profesionales de la Sanidad dan por perdidas las esperanzas de ver revitalizados los recursos p¨²blicos para luchar contra las listas de espera, como preve¨ªan estos planes, tras el anuncio hecho por Zaplana de reforzar el plan de choque, una vez el Consell d¨¦ rango de ley a la medida.