Una nueva doctrina militar para una guerra in¨¦dita
EE UU arrincona la idea de un ataque r¨¢pido, implacable y aplastante y se prepara para un conflicto muy largo
Ya ha habido una baja en la guerra de la Administraci¨®n Bush contra el terrorismo: la doctrina Powell.
Varias administraciones anteriores, dem¨®cratas y republicanas, han tenido el convencimiento de que cuando se decide utilizar la fuerza militar, ¨¦sta debe ser aplastante e implacable. Esta doctrina insiste en que Washington no deber¨ªa lanzar un ataque antes de tener objetivos pol¨ªticos claros y un plan para retirar a las tropas norteamericanas del campo de batalla.
El presidente Bush tiene un objetivo pol¨ªtico claro: la erradicaci¨®n de la red terrorista Al Qaeda y el derribo del r¨¦gimen talib¨¢n que la apoya. Pero ya antes de lanzar el ataque se puso en evidencia que su plan militar se rige por unas reglas completamente nuevas.
La guerra que el Pent¨¢gono ha puesto en marcha est¨¢ m¨¢s relacionada con las fuerzas especiales que con la fuerza contundente. Los bombardeos son parte de este plan, pero el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, ha subrayado tambi¨¦n que el Pent¨¢gono llevar¨¢ a cabo una 'respuesta comedida'.
En parte, la nueva respuesta del Pent¨¢gono es el resultado de los retos particulares de ir a la guerra contra Bin Laden y sus patrocinadores talib¨¢n en Afganist¨¢n. Los que gobiernan esta pobre y castigada naci¨®n tienen cuarteles, fuerzas militares, campos de aviaci¨®n y provisiones que pueden ser atacadas. En cambio, carecen de los enormes ej¨¦rcitos que EE UU ha combatido en conflictos anteriores, lo que reduce los objetivos militares.
El plan del Pent¨¢gono refleja una estrategia pol¨ªtica amplia. La Administraci¨®n insiste en que la batalla es contra el terrorismo y no contra la gente de Afganist¨¢n. Por tanto, proporcionar comida a los refugiados puede ser tan importante como los bombardeos.
Frustraci¨®n en Vietnam
El caso revela que la doctrina Powell parece inapropiada para enfrentarse a muchas de las amenazas terroristas que EE UU deber¨¢ afrontar en los pr¨®ximos a?os. Los enemigos pueden ser peque?as c¨¦lulas terroristas mezcladas entre la poblaci¨®n civil y los bombardeos espor¨¢dicos y las incursiones de comandos pueden ser la mejor forma de combatir al enemigo.
La doctrina Powell naci¨® de las frustraciones de los militares americanos en Vietnam. En la guerra de Vietnam, EE UU increment¨® gradualmente la intensidad de la fuerza y declar¨® pausas peri¨®dicas en su campa?a de bombardeos. Esto dio a los diplom¨¢ticos tiempo para hablar. Pero, seg¨²n los cr¨ªticos, proporcion¨® al enemigo tiempo para recuperarse y afrontar un nuevo periodo de lucha.
Una generaci¨®n de oficiales americanos se convenci¨® de que nunca m¨¢s deber¨ªa seguirse esta estrategia y Colin L. Powell -entonces un joven oficial en Vietnam- era uno de ellos. Si hay que utilizar la fuerza, dec¨ªan, tiene que ser de forma masiva y decisiva. El poder militar de EE UU tiene que ser como una tormenta: furiosa pero breve.
Los ejemplos emblem¨¢ticos de la doctrina Powell fueron la invasi¨®n de Panam¨¢, en 1989, cuando EE UU pas¨® por el pa¨ªs varios d¨ªas como un cicl¨®n y capturar¨® a su l¨ªder, Manuel Noriega, y, por supuesto, en 1991 con la guerra de Irak.
Powell mostr¨® sus puntos de vista en una entrevista antes de que George W. Bush fuera elegido presidente: 'Una vez que se han establecido unos objetivos pol¨ªticos claros me parece muy sabio tratar de lograrlos de forma contundente si el uso de la fuerza militar es necesario', dijo. 'Expulsar al Ej¨¦rcito iraqu¨ª de Kuwait, desplazar completamente al Gobierno de Panam¨¢: esto es lo que hicimos con aplastante y contundente fuerza'.
Limitaciones
A pesar de que ha hablado de la utilidad de la fuerza contundente, Powell ha dicho en ocasiones que el poder militar de EE UU debe utilizarse cuando sea decisivo y s¨®lo cuando los objetivos pol¨ªticos sean claros. As¨ª, se asume que el uso de m¨¢s fuerza incrementa las posibilidades de ¨¦xito. Pero incluso antes de que la Administraci¨®n Bush se embarcara en su campa?a antiterrorista estaba claro que la doctrina Powell tiene limitaciones.
La doctrina fue a veces una pobre gu¨ªa de la confusa pol¨ªtica internacional del periodo posterior a la guerra fr¨ªa y de hecho disuadi¨® a EE UU de intervenir en Bosnia, un conflicto ¨¦tnico muy violento. El entonces general Powell le cont¨® al presidente Bush, padre del actual, que necesitar¨ªa desplegar cientos de miles de tropas para sofocar la guerra y el presidente desisti¨®. Despu¨¦s de que Powell fuera sustituido como jefe del Estado Mayor la OTAN llev¨® a cabo algunos ataques a¨¦reos sobre Sarajevo, que ayudaron a poner las bases de una pol¨ªtica de acuerdos.
Ciertamente, hay casos en los que el modelo Powell sigue siendo ¨²til. La Administraci¨®n Bush ha dejado claro que no s¨®lo va a por los terroristas, sino tambi¨¦n a por los gobiernos que los protegen. En estos casos, las fuerzas armadas de EE UU deber¨¢n ser apabullantes y contundentes -e incluir todos los instrumentos disponibles-, como Powell explic¨® durante la Guerra del Golfo.
No obstante, en muchos casos la doctrina Powell parece un anacronismo. 'Los enfoques poco convencionales, obviamente, son m¨¢s apropiados que los cl¨¢sicos', afirm¨® Rumsfeld sobre Afganist¨¢n. 'Aqu¨ª no hay objetivos de valor, no hay barcos a los que atacar ni territorio que ocupar'.
El Pent¨¢gono prev¨¦ usar su fuerza para desmantelar las defensas a¨¦reas de los talib¨¢n. Esto har¨ªa m¨¢s f¨¢cil al Ej¨¦rcito de EE UU intensificar sus esfuerzos para seguir la pista de Bin Laden y neutralizar al r¨¦gimen talib¨¢n, incluyendo las fuerzas militares y bases de Al Qaeda.
El subsecretario de Defensa Paul D. Wolfowitz ha sugerido que los bombardeos a¨¦reos se utilizar¨¢n para forzar a Bin Laden y a sus seguidores a salir de sus santuarios y facilitar as¨ª su captura o los ataques contra ellos. Esto indica la v¨ªa de los bombardeos selectivos y los comandos especiales. Y no est¨¢ claro que incrementar el n¨²mero de fuerzas haga m¨¢s decisivo el poder militar de EE UU en Afganist¨¢n.
De hecho, el Pent¨¢gono ha sugerido que el uso de la fuerza no es suficiente. Los amplios objetivos de la Administraci¨®n Bush dependen de los aliados en la regi¨®n, de dejar sin dinero a los talib¨¢n y de ganar apoyo de las fuerzas antitalib¨¢n dentro del pa¨ªs, que ahora se benefician de la ayuda de EE UU.
Bush ha comparado la lucha contra el terrorismo con la estrategia que EE UU sigui¨® para contener el poder sovi¨¦tico durante la Guerra Fr¨ªa. En una afirmaci¨®n claramente distanciada de la doctrina Powell, advirti¨® que no hay ninguna estrategia clara para la salida.
'La guerra fr¨ªa dur¨® casi 50 a?os', dijo Rumsfeld durante su reciente viaje a El Cairo. 'No hubo grandes batallas, requiri¨® una presi¨®n continuada y la cooperaci¨®n de varias naciones, y cuando finaliz¨®, no lo hizo con una explosi¨®n, sino con un colapso interno'. Y a?adi¨® Rumsfeld: 'Creo que ¨¦sta es una forma apropiada de ver lo que queremos hacer en lugar de pensar en un conflicto de gran envergadura'.
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