Parches fiscales

El conjunto de medidas econ¨®micas y fiscales aprobadas la semana pasada por el Gobierno plantea varias inc¨®gnitas, alguna de procedimiento. Una de ellas es que este paquete deber¨ªa haberse abordado y explicado cuando se hizo la presentaci¨®n de los Presupuestos; si no se ha hecho as¨ª, es inevitable suponer que se ha articulado como una respuesta pol¨ªtica apresurada a las cr¨ªticas de continuismo y de falta de reflejos ante el agravamiento de la crisis tras los sucesos del 11 de septiembre.

Las objeciones m¨¢s importantes se refieren a la inadecuaci¨®n de las medidas a los grandilocuentes objetivos que se anuncian. Si se atiende a las declaraciones oficiales, parece que de las medidas aprobadas depende el crecimiento econ¨®mico del a?o pr¨®ximo, previsto en el 2,9%, y la creaci¨®n de 278.000 empleos. Pero resulta desproporcionado atribuir beneficios tan considerables al aumento de deducciones para las pymes en el impuesto sobre sociedades, las ventajas a?adidas en el pago de plusval¨ªas o el aumento del plazo para compensar bases imponibles negativas. Aplicar una tarifa del 30% en lugar del 35% a empresas que facturen menos de 832 millones de pesetas, frente al l¨ªmite vigente de 500 millones, o los magros incentivos establecidos a I+D es el chocolate del loro.

Ello no significa en absoluto que las medidas sean desacertadas. Por el contrario, algunas, como la extensi¨®n del l¨ªmite de 10 a?os a 20 a?os para amortizar el fondo de comercio o la supresi¨®n de los l¨ªmites porcentuales de aportaci¨®n de planes de pensiones, deben ser muy bien recibidas. La cuesti¨®n es que se trata de medidas muy fragmentarias, que no van a tener la influencia econ¨®mica que el Gobierno espera.

Tampoco brilla la decisi¨®n del Gobierno por su oportunidad. Un momento de empeoramiento econ¨®mico no parece el m¨¢s adecuado para bajar impuestos. Ser¨ªa m¨¢s bien el de actuar en contra del ciclo, aumentando los gastos p¨²blicos de inversi¨®n, sobre todo en I+D o en aprendizaje tecnol¨®gico. Los gastos de inversi¨®n, al contrario de las deducciones y bonificaciones fiscales, s¨ª tienen un efecto directo sobre el crecimiento de la econom¨ªa.

Es un error a?adido soportar el supuesto est¨ªmulo fiscal a las pymes en el impuesto sobre sociedades. Es un impuesto que apenas grava el funcionamiento de las empresas y, por lo tanto, el efecto que va a producir una rebaja en este impuesto es muy dudosa. El impuesto sobre el beneficio de las empresas en Espa?a est¨¢ por debajo del promedio en la UE. No ocurre as¨ª en otras figuras o en las cargas sociales, de impacto mucho mayor en la actividad econ¨®mica y en el empleo. Y no es precisamente un rasgo de elegancia hacer pasar estas bonificaciones fiscales apresuradas y demediadas por un avance de la reforma del impuesto de sociedades, que requiere un debate previo en profundidad.