"S¨®lo existe futuro para un tipo de teatro: el m¨ªo"
Steven Berkoff vocifera al otro lado de la l¨ªnea telef¨®nica: '?El teatro est¨¢ en manos de prostitutas! ?De corruptos!'. Es f¨¢cil imaginarle haciendo aspavientos, toc¨¢ndose su cabeza rapada y exagerando su cara de mimo demoniaco. A sus 64 a?os, este actor y dramaturgo brit¨¢nico de origen ruso-jud¨ªo es genio y figura hasta por tel¨¦fono.
Mes¨ªas, su ¨²ltima obra de teatro, se estrenar¨¢ ma?ana mi¨¦rcoles en el Teatro de la Abad¨ªa de Madrid. El montaje, dirigido por Jos¨¦ Luis G¨®mez, coincidir¨¢ con el del propio Berkoff, que se estren¨® hace un a?o en el Festival de Edimburgo y que ahora su compa?¨ªa, la London Theater Group, volver¨¢ a representar en Londres. Amigo de reinterpretrar a los cl¨¢sicos (ha llevado a escena La metamorfosis y El proceso, de Kafka; La ca¨ªda de la Casa de Usher, de Poe; Salom¨¦, de Oscar Wilde, y Hamlet y Macbeth, de Shakespeare), Berkoff ha elegido para su nueva obra al h¨¦roe entre los h¨¦roes: Jesucristo.
'Mes¨ªas' es pura antropolog¨ªa, he quitado una a una las capas con las que la historia ha ocultado la verdadera identidad de Cristo'
'El cristianismo secuestr¨® la figura de Jesucristo', sentencia Berkoff desde su oficina de Londres, 'le quitaron toda su profundidad, le trivializaron. Jes¨²s era ante todo un jud¨ªo, era un comunista, un rebelde y un luchador'.
'He utilizado miles de referencias a la hora de escribir Mes¨ªas, y las he utilizado con absoluta libertad', contin¨²a Berkoff. 'Esta obra es pura antropolog¨ªa, he querido quitar una a una las capas con las que la historia -siempre de la insaciable mano del cristianismo- ha ocultado la verdadera identidad de Cristo'. Mes¨ªas es una obra marcada por una lectura, la del libro de Hugh Schonfield The passover plot (La conspiraci¨®n de Pascua). En ¨¦l, Schonfield expone -de forma erudita y exhaustiva, seg¨²n Berkoff- una teor¨ªa que echa por tierra la divinidad de Jes¨²s para retratar al hijo de Dios como un impostor, un calculador e inteligente animal pol¨ªtico que urdi¨® su propia leyenda. 'Jes¨²s conoc¨ªa las profec¨ªas y llev¨® a cabo un complot para salvar a su pueblo. Represent¨® las profec¨ªas, su estrategia fue hacerlas realidad. Era un revolucionario, un hombre tocado por la sabidur¨ªa. ?l quer¨ªa ser el Mes¨ªas y sab¨ªa c¨®mo conseguirlo. Plane¨® su muerte y fingi¨® su resurrecci¨®n. Pero los cristianos le secuestraron, robaron sus ideas y robaron su esencia jud¨ªa. ?l era un hombre que cre¨ªa en la compasi¨®n y en la sabidur¨ªa, pero el fundamentalismo cristiano acab¨® con ¨¦l'. 'Hoy', contin¨²a Berkoff, 'Jes¨²s ser¨ªa un jud¨ªo horrorizado al ver c¨®mo los jud¨ªos como ¨¦l han elegido a un hombre como Ariel Sharon para representarles en el mundo. Nadie me recuerda m¨¢s a Poncio Pilatos que Sharon, y nada me recuerda m¨¢s a los jud¨ªos de ayer que los palestinos de hoy. La historia se repite peligrosamente'.
'?Interpretar a Jesuscristo? No, no, no. Resultar¨ªa confuso. El teatro es una religi¨®n, es un acto religioso en s¨ª mismo, es un acto m¨ªstico, sensual. El teatro es una forma de vida, una forma de mirar el mundo. Mire la cartelera de Londres: basura, todo basura. Teatros vendidos a prostitutas. Estamos rodeados de filisteos, de corruptos'.
-?Sin esperanza, se?or Berkoff?
-Sin ninguna esperanza. Y si existe es en mi forma de entender el teatro. S¨®lo existe futuro para un tipo de teatro: el m¨ªo. El resto est¨¢ condenado. El ¨²nico teatro que tiene sentido es ese teatro que duele, que le toca a uno en las entra?as, que habla del hombre, de lo que mueve al hombre, del odio, de la venganza, del rencor, del amor, de la redenci¨®n. Hay que volver a la esencia del hombre, y ahora m¨¢s que nunca, y en esa esencia encontraremos la salvaci¨®n del teatro.
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