Bach y Verdi despiden al maestro Garc¨ªa Navarro en el Teatro Real
El director art¨ªstico del escenario l¨ªrico madrile?o fue incinerado ayer
Su coro, a capella, enton¨® las notas del R¨¦quiem de Verdi, la ¨²ltima gran obra que hab¨ªa dirigido L. A. Garc¨ªa Navarro en el Teatro Real. Despu¨¦s, la orquesta de la que era director titular, la Sinf¨®nica de Madrid, hizo sonar en cuerdas la Suite en re de Bach. Dos de sus piezas favoritas le despidieron en la plaza de Oriente, donde trabajaba desde hac¨ªa cuatro a?os como director art¨ªstico del Real. Un aplauso emocionado de m¨²sicos y aficionados acompa?¨® su f¨¦retro antes de ser incinerado.
Garc¨ªa Navarro, nacido en Chiva, Valencia, muri¨® la noche del mi¨¦rcoles, a los 60 a?os, en la cl¨ªnica de la Luz de Madrid. Antes de ser incinerado ayer en el cementerio de La Almudena, en una ceremonia ¨ªntima, los m¨²sicos, varios de los cantantes con los que hab¨ªa trabajado, sus compa?eros del Teatro Real, los patronos, los aficionados y algunas autoridades quisieron despedirle con m¨²sica en la puerta del teatro que dirigi¨® desde su reinauguraci¨®n en 1997.
All¨ª estaban el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n; el alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano; el secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca; el director gerente del Real, Juan Cambreleng, y el director del Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica, Andr¨¦s Amor¨®s. Este ¨²ltimo declar¨®: 'Sent¨ªa por ¨¦l una gran admiraci¨®n y respeto. Realiz¨® en el Real una gran labor que se ver¨¢ con el tiempo'. Tambi¨¦n se acercaron las cantantes Teresa Berganza, Elisabete Matos, Alicia Naf¨¦ y la joven Mar¨ªa Jos¨¦ Moreno. Discreto, silencioso y afectado se encontraba Emilio Sagi, su sucesor en el cargo, que dijo: 'Fue, en primer lugar, un artista, pero tambi¨¦n un hombre de coraz¨®n, cabal. Me siento honrado de ser su sucesor'.
Silencio
En las escaleras de entrada al teatro esperaban el coro y la orquesta en silencio, con el ¨²nico rumor del trasiego de las partituras y algunos llantos. Cuando empezaron a interpretar a capella el R¨¦quiem verdiano, algunos de sus miembros bajaron la cabeza y callaron en l¨¢grimas. El coro hab¨ªa sido uno de sus logros indiscutibles en su etapa de director del Real, adonde hab¨ªa llegado despu¨¦s de ser titular de la Orquesta de Barcelona y del conjunto de la ?pera de Stuttgart. 'Sin ¨¦l no existir¨ªamos', reconoc¨ªa Martin Merry, director de la formaci¨®n vocal, muy emocionado. El grupo de voces fue parte fundamental de uno de sus ¨²ltimos grandes ¨¦xitos en el foso del teatro, el Parsifal, de Richard Wagner.
Su viuda, Amparo Lozano, y sus dos hijos, Estela y Enrique, entraron a animarles antes de acompa?ar al f¨¦retro. 'Muchas gracias. Adelante, con toda el alma y con el teatro, es lo que ¨¦l quer¨ªa', dijo su viuda. La premiaron con un aplauso al que se sumaron todos los que hab¨ªan acudido a despedir sus restos en la plaza de Oriente.
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