Abonados al barrio de Sants
Actualmente, los nost¨¢lgicos del franquismo que se manifiestan cada 12 de octubre, a?os atr¨¢s en Sants, ahora en Montju?c, no son nada m¨¢s que una reliquia del pasado con unos ideales que muy poca gente comparte, tal como se ha demostrado en cada ocasi¨®n en que se han presentado a las urnas. Tal vez por ello su l¨ªder Ynestrillas reniega de 'esa falsa democracia' que corrompe Espa?a. Ni Ynestrillas, ni los grupos de falangistas, ni los skins fascistas que acuden al acto cada 12 de otubre son hoy en d¨ªa un enemigo serio para las libertades ni, afortunadamente, un elemento que haga peligrar la integraci¨®n o la seguridad personal de los inmigrantes que llegan a Catalu?a y Espa?a. Son, o fueron, mucho m¨¢s peligrosos si nos remitimos a sus actos, grupos como los Boixos Nois. Y la justicia ya persigue, con mayor o menor ¨¦xito en cada caso, a quienes cometen delitos contra las personas, o a quienes realizan apolog¨ªa del r¨¦gimen nazi.
Pese a que rechacen el actual r¨¦gimen de libertades y pluralidad pol¨ªtica, en cumplimiento de los fundamentos de este r¨¦gimen de libertades, se les permite manifestarse mientras ello se haga de manera pac¨ªfica y mientras en sus actos no se haga apolog¨ªa de delito alguno. La experiecia ha demostrado una y otra vez que prohibir actos de grupos contrarios al sistema, lejos de fortalecer al sistema de libertades, convierte a los grupos extremistas en m¨¢rtires. Luego, ampar¨¢ndose en la libertad de expresi¨®n y manifestaci¨®n de ese mismo r¨¦gimen de libertades que rechazan, consiguen que los tribunales les otorguen el amparo y fallen que ten¨ªan derecho a manifestarse como cualquier otro grupo pol¨ªtico o ciudadano.
Debido a la presi¨®n de los vecinos de Sants que no deseaban que el barrio se convirtiera en un campo de batalla cada 12 de octubre, y tambi¨¦n por la presi¨®n de quienes se manifestaban contra el acto fascista que se celebrababa cada a?o en la plaza de los Pa?sos Catalans, la concentraci¨®n fascista acab¨® trasland¨¢ndose a Montju?c, pero ello parece que no es suficiente para algunos grupos llamados antifascistas que este viernes han pretendido reventar el acto de la extrema derecha, y, cuando la polic¨ªa les cort¨® el paso, convirtieron un tramo de la Gran Via y el barrio de Hostafrancs en un paisaje de coches cruzados, contenedores incendiados, cabinas de tel¨¦fonos destrozadas, a la vez que con una gran eficacia romp¨ªan los cristales o puertas de entidades bancarias, inmobiliarias y agencias de seguros, destrozando sus equipos inform¨¢ticos. El requerimiento de la mayor¨ªa de vecinos y entidades de Sants para que estos grupos antifascistas y okupas dejaran de poner el barrio patas arriba parece ser que contin¨²a sin ser o¨ªdo por esos sectores del llamado antifascismo y antirracismo combativo, que necesitan 'santificar las fiestas' a su manera en nombre de una supuesta liberaci¨®n del territorio. Cruzan y da?an los veh¨ªculos de los vecinos e incendian las calles en nombre de un supuesto bien colectivo. Asusta escucharles con argumentos que en ocasiones se parecen a los del bando que dicen combatir, como cuando dicen: '?sta no es nuestra democracia'. Y puesto que afortunadamente, gracias a la barrera policial, no llegan a enfrentarse cuerpo a cuerpo con los nazis, toman como objetivo de su ira revolucionaria-festiva, el mobiliario urbano, los contenedores, y las oficinas de establecimientos que consideran responsables del paro juvenil y la especulaci¨®n. Liberan un a?o m¨¢s a Sants de fascistas, y especuladores, aunque los vecinos repitan una y otra vez que est¨¢n hartos de vandalismo.
Xavier Rius-Sant es periodista.
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