M¨¢s patrimonio,m¨¢s ingresos
Las dos posibilidades tienen ventajas e inconvenientes, pero cada d¨ªa parece m¨¢s razonable optar por la propiedad privada de los estadios. Tomemos tres ejemplos significativos: Inglaterra, Italia y Estados Unidos. Los ingleses tienen como prioridad mantener la propiedad de sus terrenos de juego. Ahora que todo el mundo se desvive buscando m¨¢s at¨ªpicos hay que estudiar el uso de sus estadios que hacen estos clubes ingleses y el resultado que consiguen con una adecuada administraci¨®n de su inmovilizado: campo y en pocos casos terrenos circundantes puesto que en Inglaterra no hay ese espacio en zonas que habitualmente son urbanas. El FC Barcelona, por ejemplo, s¨ª tiene esta extensi¨®n de terreno en el Camp Nou del que poder extraer beneficios suplementarios. Hay que pensar en restaurantes, zonas de ocio, recreo y servicios de utilizaci¨®n diaria y no conformarse con abrir las puertas del estadio dos veces al mes. El museo es un ejemplo. Un club modesto como el West Ham convierte sus palcos de pago destinados a VIPS y a empresas, unos 70, en habitaciones de hotel el d¨ªa que no tienen partido.
En Italia, los equipos de la serie A (Primera Divisi¨®n) juegan en terrenos municipales. No es que los prohombres propietarios de los m¨¢s grandes (Berlusconi, Agnelli, Cragnoti y compa?¨ªa) no quisieran ser propietarios de sus campos, sino que no hay permisos de construcci¨®n y adem¨¢s es una situaci¨®n enquistada. La necesidad de captaci¨®n de nuevos ingresos a trav¨¦s de lo que ser¨ªa la mayor parte de su patrimonio, ha supuesto que la situaci¨®n se haya replanteado. Se negocian y consiguen contratos de arrendamiento de larga duraci¨®n con los ayuntamientos. En Mil¨¢n, por ejemplo, los dos clubes, Milan e Inter, han formado una sociedad que controla y gestiona el Giuseppe Meazza con un contrato comunale por 30 a?os. As¨ª, los mismos clubes participan del mantenimiento y la mejora de la instalaci¨®n porque es una importante fuente de ingresos. Es decir, lo ideal ser¨ªa que el campo fuera de su propiedad.
En Estados Unidos, los campos son de la municipalidad y la ciudadan¨ªa se siente due?a de ellos. Pero en la pr¨¢ctica deciden las sociedades, con multimillonarios al frente, que gestionan los clubes y se est¨¢ llegando ya a una nueva dimensi¨®n: el Carolina Park Stadium, por ejemplo, que se denomina estadio Ericson, se ha construido con aportaci¨®n econ¨®mica p¨²blica y con el dinero de la multinacional de tel¨¦fonos m¨®viles. As¨ª las cosas y para la solidez patrimonial, una mayor facilidad de gesti¨®n, de administraci¨®n y de la obtenci¨®n de beneficios, abogo por la titularidad privada de los campos de f¨²tbol.
Jos¨¦ Mar¨ªa Ducamp es periodista y redactor jefe de La Veu del Club, del FC Barcelona.
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