Dani devuelve al Atl¨¦tico al liderato

Cuatro partidos despu¨¦s, el Atl¨¦tico se reencontr¨® con la victoria. Se abraz¨® a un triunfo raqu¨ªtico, con la carga de suspense final tan propia de esta casa y, claro, ante el Badajoz, el pen¨²ltimo de la tabla, un caramelo de contrincante. Los tres puntos, sazonados con los tropiezos de quienes le preced¨ªan en la tabla, auparon al Atl¨¦tico al liderato, pero no tranquiliz¨® un gramo a la hinchada, que volvi¨® a poblar el Calder¨®n y a dejarlo con m¨¢s cabreo que satisfacci¨®n. La cita exig¨ªa goleada, sobre todo cuando el Badajoz se vio casi a la vez con un tanto en contra y un hombre menos. Pero el Atl¨¦tico escogi¨® sufrir.

Luis Aragon¨¦s combati¨® el bache de su equipo con varias medidas. La primera, l¨®gica, limpiar la alineaci¨®n de manchas y, sobre todo, recuperar entre los convocados a Dani, un recurso de calidad al que voluntariamente se hab¨ªa renunciado en los ¨²ltimos d¨ªas. El portugu¨¦s tuvo que saltar al campo a los diez minutos, tras la lesi¨®n de Aguilera, y el Atl¨¦tico se dio de bruces con una soluci¨®n magn¨ªfica a su reciente falta de ideas. Se sabe que Dani es un chico dif¨ªcil, al que no conviene s¨®lo medir por lo que de ¨¦l se ve sobre el campo, pero su f¨²tbol es un lujo para este equipo, que sigue sin parecerse al autoritario del arranque de curso.

La segunda medida estuvo llena de riesgos. Luis Aragon¨¦s junt¨® las l¨ªneas y lanz¨® la defensa casi al centro del campo: el Badajoz le busc¨® las vueltas con decisi¨®n y acierto. Unas veces ganaron los madrile?os en su pasito adelante y otras, bastantes, ganaron los extreme?os, que se toparon con un juez de l¨ªnea desastroso, que levantaba el bander¨ªn siempre. La tercera medida del Atl¨¦tico tuvo que ver con su repertorio atacante, al que incorpor¨® por una vez los disparos de larga distancia. Dani, Movilla y Nagore, luego Torres, pese a que se dieron de bruces con Baines, comprobaron que es una suerte fabulosa cuando los rivales cierran otros caminos.

El mejor Atl¨¦tico, con todo, se vio tras el descanso. Sali¨® en tromba, arrincon¨® al Badajoz con ataques por todos lados y decidida presi¨®n arriba, y descubri¨® al fin el gol. Luego, se qued¨® en superioridad y con el partido abierto para la goleada. Pero fue justo entonces cuando se agarr¨® al conformismo y a sus ganas de sufrir. Su ventaja fue que al Badajoz, tan poquita cosa, no le alcanz¨® para hac¨¦rselo pagar.