Sotelo transmite el desgarro de Valente

Octubre 2001, el gran mes de Mauricio Sotelo, comenz¨® con una obra en el Festival de M¨²sica Contempor¨¢nea de Alicante, sobre una eleg¨ªa de Jos¨¦ ?ngel Valente, Como el oscuro pez del fondo, estrenada meses antes en el marco de los Ensems de Valencia. Sigui¨® con un estreno absoluto, La cena de las cenizas, alrededor del mundo de Giordano Bruno, con la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia y la direcci¨®n de Jos¨¦ Ram¨®n Encinar, para concluir, por el momento, con otro estreno absoluto, Si despu¨¦s de morir..., para voz y orquesta, Premio de Composici¨®n Reina Sof¨ªa 2000 de la Fundaci¨®n Ferrer Salat, sobre un texto de Jos¨¦ ?ngel Valente, con la prodigiosa actuaci¨®n del cantaor Arc¨¢ngel.

Dig¨¢moslo de entrada, claro y sin reservas: Si despu¨¦s de morir... es una obra sensacional, donde confluyen todas las obsesiones de un m¨²sico que acaba de cumplir este mismo mes 40 a?os. Las obsesiones de Sotelo est¨¢n en el refinad¨ªsimo tratamiento sinf¨®nico, desde luego, pero tambi¨¦n en la integraci¨®n de las sonoridades cl¨¢sicas con las ra¨ªces del flamenco y en el servicio a la poes¨ªa desgarrada de Valente. Nunca como hasta ahora hab¨ªa conseguido tan superlativamente esta ambiciosa s¨ªntesis. Tal vez, porque el flamenco es m¨¢s puro y libre que nunca, con la voz estremecedora y limp¨ªsima de un cantaor de los que llegan al alma, como Arc¨¢ngel, y tal vez por el tono de lamento desde las entra?as del texto de Valente (con su propia voz registrada al final y doblada a su manera por Arc¨¢ngel).

Ros Marb¨¢ hizo una direcci¨®n magistral y la Orquesta de RTVE estuvo en consonancia con la importancia del acto. Asisti¨® la reina do?a Sof¨ªa, que hizo entrega del diploma a Sotelo acompa?ado de su hija Claudia de 9 a?os, y destacados personajes del mundo de la m¨²sica, desde Crist¨®bal Halffter hasta Carmen Linares. Por otra parte, la obra de Sotelo supuso una absoluta conmoci¨®n para dos personajes de la cultura tan diferentes como el fil¨®sofo Emilio Lled¨® y el artista pl¨¢stico Agust¨ªn Ibarrola. El p¨²blico aplaudi¨® a rabiar. ?Qui¨¦n dice, despu¨¦s de esto, que la m¨²sica contempor¨¢nea no comunica?