Respuesta de Yndurain
En EL PA?S del 16 de octubre ¨²ltimo aparece una carta al director de la profesora Natividad Carpintero Santamar¨ªa, en la que ofrece unas 'Precisiones' a mi art¨ªculo sobre Fermi y Heisenberg del mi¨¦rcoles 10 precedente, en el que corrige 'errores importantes'.
La doctora Carpintero deduce la excelencia de los f¨ªsicos alemanes (en contra de mi afirmaci¨®n) de que hab¨ªa varios de val¨ªa, algunos incluso con el Premio Nobel. Pero, de ¨¦stos, Stark llevaba a?os alejado de la f¨ªsica, inmerso en una est¨²pida campa?a a favor de la ciencia aria; y Planck, Von Laue y Hahn (que tambi¨¦n reconoci¨® la incompetencia germana) no participaron en el proyecto nuclear alem¨¢n. Premios Nobel o no, los alemanes cometieron errores de bulto. La utilizaci¨®n del agua pesada se debi¨® a que cre¨ªan, debido a medidas de absorci¨®n de neutrones de W. Bothe (equivocadas), que el grafito no ten¨ªa las propiedades deseables: nadie en Alemania corrigi¨® o repiti¨® estas medidas. Pero, adem¨¢s, el reactor de agua pesada alem¨¢n no funcion¨® (s¨ª lo hizo el canadiense) porque utilizaron la geometr¨ªa equivocada. La doctora Carpintero, adem¨¢s, cree descubrir que las causas del fracaso alem¨¢n fueron econ¨®micas (cosa que yo menciono, y con datos, en mi art¨ªculo), y que Gran Breta?a no abandon¨® su programa nuclear en 1943 (como yo digo), sino que sus f¨ªsicos se fueron a EE UU a continuarlo.
No veo en qu¨¦ a?ade esto a lo que aparece en mi art¨ªculo, ni mucho menos qu¨¦ corrige.
Un poco de seriedad, doctora Carpintero; cuando se 'puntualiza' hay que enterarse de lo que uno est¨¢ diciendo, y respetar lo que dice el puntualizado.
?nicamente hay dos cuestiones de fechas en que las 'precisiones' de la doctora Carpintero aclaran algo (lo que le agradezco): la fecha de 1942 es, por supuesto, la correcta de puesta en funcionamiento del reactor de Fermi, no la de 1972 que aparece en mi art¨ªculo (unamera errata que no creo cause confusi¨®n a nadie).
La fecha de 1949 es la de la primera explosi¨®n nuclear sovi¨¦tica. La que yo cito, 1948, es la de la soluci¨®n del problema, algo anterior al primer test.
Recomiendo a la doctora Carpintero la lectura del libro de McKay, The making of the atomic age, Oxford, 1984, en donde he comprobado muchos de los hechos que cuento en mi art¨ªculo, en particular los objetos de discusi¨®n.
Por mi parte, doy la pol¨¦mica por concluida; creo que quien lea el art¨ªculo original y las dos cartas tiene elementos de juicio suficientes.
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