'?Cu¨¢ndo dices que es la huelga?'

Los estudiantes saben que el Gobierno va a meter un buen revolc¨®n a la Universidad. Y algo les huele mal, aunque no saben qu¨¦. 'Hay que hacer algo ahora, porque si no cuando te quieras dar cuenta ya estar¨¢ hecho todo', dice Mario G¨®mez, un estudiante de Sociolog¨ªa en la Complutense, ansioso por movilizarse sin saber formular por qu¨¦. Mario no es una excepci¨®n: la convocatoria de huelga de sindicatos y asociaciones estudiantiles, decidida hace s¨®lo una semana, para los pr¨®ximos 7 y 14 de noviembre no ha dado el salto de los medios de comunicaci¨®n a las aulas de la Universidad.

'?Cu¨¢ndo dices que es la huelga?', pregunta incr¨¦dula Teresa, una estudiante de Biolog¨ªa de esta misma universidad. 'Pues la verdad, me da verg¨¹enza decirlo, pero vivo en una burbuja. No veo la tele, ni leo el peri¨®dico, ni escucho la radio'. No es raro: los actos informativos de la Campa?a Estatal contra la LOU no comenzar¨¢n hasta la pr¨®xima semana, por lo que en las facultades hay a¨²n m¨¢s carteles que invitan a irse al campo que a protestar.

'Me da verg¨¹enza decirlo, pero vivo en una burbuja. No veo la tele, ni leo el peri¨®dico, ni escucho la radio'

Por eso no basta con darse un paseo por el campus para desentra?ar qu¨¦ pretende cambiar de la Universidad la ministra de Educaci¨®n, Pilar del Castillo. Es necesario acudir a universitarios versados en la materia que, por su participaci¨®n en los ¨®rganos de gobierno, tengan acceso directo a la informaci¨®n y una mayor implicaci¨®n en el rumbo de la Universidad.

?Por qu¨¦ la LOU levanta las iras de los estudiantes que la conocen? Una de las razones que esgrimen es que van a tener menos representaci¨®n en los ¨®rganos de gobierno. 'Con esta ley da la sensaci¨®n de que si no existieran los estudiantes las cosas funcionar¨ªan mejor, pero nuestra representaci¨®n es tremendamente ¨²til porque somos nosotros los que exigimos m¨¢s calidad como usuarios del servicio', explica ?scar Aguado, estudiante de Minas en la Polit¨¦cnica de Madrid.

Los alumnos tambi¨¦n van a poder votar directamente a su rector por sufragio universal ponderado. Pero no acaba de gustar. 'Al final las elecciones se van a convertir en un circo: tres t¨ªos que llenan las farolas de la Universidad con fotograf¨ªas suyas y que prometen cosas insustanciales en un auditorio lleno de globos de colores', asegura Ra¨²l Ortega, estudiante de Ingenier¨ªa en la Carlos III de Madrid.

Para acceder a la Universidad desaparecer¨¢ la selectividad y cada centro o facultad podr¨¢ poner su prueba de acceso. O no poner ning¨²n tipo de restricci¨®n. 'Esto va a acabar como la Universidad americana, en la que los estudiantes tienen que ir de centro en centro hasta que alguno les acabe cogiendo, pero aqu¨ª es p¨²blica', explica Eva Ingl¨¦s, estudiante de Pedagog¨ªa en la Universidad de Barcelona. Y a?ade: 'La selectividad, al menos, garantizaba la igualdad de oportunidades porque todos eran evaluados por los mismos criterios'.

Sin embargo, los profesores est¨¢n convencidos de que la huelga acabar¨¢ por calar entre los estudiantes. 'Despu¨¦s de muchos a?os de desapego del alumno en el rumbo de la Universidad, el estudiante empieza a despertar y se est¨¢ dando cuenta de que debe implicarse', explica Antonio Rodr¨ªguez de las Heras, decano de la Facultad de Humanidades, Comunicaci¨®n y Documentaci¨®n de la Carlos III. Un poco m¨¢s pesimista es Javier Sanz Feito, catedr¨¢tico de ingenier¨ªa el¨¦ctrica de la Carlos III, que opina que las huelgas universitarias 'nunca tienen demasiado efecto sobre el Gobierno, porque la presi¨®n es nula'. 'No es como cuando los conductores de autobuses deciden paralizar el pa¨ªs. Y tampoco es ese el estilo de los docentes. Pero tenemos que empezar a hacernos escuchar', explica. En su opini¨®n, la ley contiene muchos puntos que tambi¨¦n les va a afectar a ellos: la falta de financiaci¨®n de la reforma, la forma de acceder a una plaza (la habilitaci¨®n) o 'la falta de definici¨®n a la hora de establecer la carrera docente, que no erradica la precariedad laboral'.

'La Universidad debe ser el ¨²nico sitio donde en el siglo XXI todav¨ªa existe un r¨¦gimen feudal y caciquil, que prima la fidelidad a las c¨¢tedras sobre la calidad. La ley, con buena voluntad, pretende solucionar el problema cl¨¢sico de la endogamia con la habilitaci¨®n, pero estas pr¨¢cticas seguir¨¢n existiendo', augura I?aki Pi?uel, profesor titular de Econom¨ªa y direcci¨®n de Empresas en Alcal¨¢ de Henares (Madrid).

El vicerrector de investigaci¨®n de la Carlos III tambi¨¦n est¨¢ preocupado porque la ley 'no arregla los problemas fundamentales de los investigadores, como es su precariedad laboral'. Y tambi¨¦n porque la movilidad del profesorado para que se forme en m¨¢s de una universidad 'quiere definirse de forma categ¨®rica', cuando los centros ya estaban buscando v¨ªas para promoverla.

El personal no docente, curiosamente, est¨¢ m¨¢s informado que los estudiantes. Quiz¨¢s por su mayor afiliaci¨®n sindical. ?ngel Luis L¨®pez escucha m¨²sica de Radio Ol¨¦ en la conserjer¨ªa de la Facultad de Biolog¨ªa de la Complutense: 'La verdad es que va a significar un deterioro del personal de administraci¨®n y servicios. Nuestra representatividad en el claustro se va a reducir y un voto all¨ª es como un lingote de oro', dice. Y a?ade: 'Yo s¨ª que estoy enterado porque estoy en el claustro y los sindicatos nos tienen informados'.