Entran en competici¨®n dos pel¨ªculas norteafricanas
A la secci¨®n oficial de la Mostra llegaron ayer dos filmes de la cinematograf¨ªa del norte de ?frica, muy habitual en ediciones anteriores del festival pero que este a?o tiene una representaci¨®n menor. Poco conocido en nuestro pa¨ªs, el cine tunecino y el egipcio se topan en la Mostra con la escasez de referentes hist¨®ricos para entenderlos plenamente.
Ese es uno de los inconvenientes m¨¢s importantes que se aprecian en No Man's Love, de Nidhal Chatta, uno de los representantes de la nueva ola del cine tunecino. Hay en su estructura un intento de asimilaci¨®n del lenguaje cinematogr¨¢fico europeo, sobre todo de la obra de Wim Wenders y Alain Tanner, pero la excesiva carga literaria de unos textos que sirven como hilo conductor para desarrollar la historia de un submarinista atormentado convierten la imagen, pilar fundamental de la expresi¨®n cinematogr¨¢fica, en subsidiaria. Parece que Chatta haya equivocado su veh¨ªculo de expresi¨®n art¨ªstica, pues a la poes¨ªa de una voz en off muy trabajada se unen unos planos excesivamente prosaicos en peligroso contraste entre lo que se cuenta y la manera de narrarlo.
Mucho m¨¢s cl¨¢sica es la narraci¨®n de la egipcia Asrar el Banat, de Ahmed Ali. Tanto que recuerda a esos folletines que se ven de cuando en cuando en la televisi¨®n egipcia por las plataformas digitales. Los problemas de una adolescente que da a luz a un ni?o de padre desconocido despu¨¦s de una relaci¨®n sexual incompleta apuntan, en el filme de Ali, hacia una aguda disecci¨®n de la sociedad musulmana. Pero los prop¨®sitos iniciales, centrados en el tema de la ocultaci¨®n social del embarazo de una menor y la ablaci¨®n como forma de represi¨®n de los impulsos sexuales, se traducen en la pantalla en una aburrida sucesi¨®n de flash-backs te?idos de color amarillento que s¨®lo ilustran, y nunca explican, los conflictos personales de sus protagonistas. Por todo ello, su resultado es plomizo, pese a sus buenas intenciones.
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