Los m¨¦dicos, los peores enfermos
Los profesionales de la medicina fracasan al cuidar de s¨ª mismos y son pacientes dif¨ªciles para sus colegas
Mucha gente cree que los m¨¦dicos reciben mejores cuidados sanitarios que otras personas cuando caen enfermos. Que con sus familiares ocurre lo mismo. Que como est¨¢n a la ¨²ltima en cuanto a prevenci¨®n y tratamiento, su nivel de salud es superior al resto de la poblaci¨®n. Nada de eso es cierto. Algunos pueden pensar incluso que las batas blancas confieren cierta inmunidad ante la enfermedad y que la mala salud de un m¨¦dico no avala precisamente su competencia profesional. Los primeros que parecen creer esto son los propios m¨¦dicos, a juzgar por sus actitudes ante la enfermedad.
Lo cierto es que, enfermedades profesionales aparte, los m¨¦dicos pierden la salud como cualquiera. Pero a la hora de buscar asistencia sanitaria, la mayor¨ªa no lo hace por los cauces habituales. Las consultas de pasillo a un colega, la automedicaci¨®n, la ausencia de un m¨¦dico de cabecera y de una historia cl¨ªnica completa, la demora en acudir a una consulta y otros errores que los m¨¦dicos tratan de evitar con sus pacientes son moneda corriente cuando ellos son los enfermos.
'Nadie quiere ir a la consulta y encontrarse con un m¨¦dico que est¨¢ enfermo'
'Tenemos problemas en el mantenimiento de nuestra propia salud', reconoce Joaquim Fern¨¢ndez Sol¨¢, m¨¦dico internista del hospital Cl¨ªnico de Barcelona, entre cuyos pacientes figuran muchos colegas del hospital. Y certifica: 'El m¨¦dico, por lo general, es un paciente d¨ªficil'.
?Por qu¨¦ es as¨ª? Parte de la respuesta est¨¢ en la presi¨®n que perciben los m¨¦dicos para mostrar una imagen saludable que no se corresponde con la realidad, seg¨²n un estudio realizado con 27 m¨¦dicos de familia brit¨¢nicos y publicado el pasado 29 de septiembre en el British Medical Journal (BMJ). Uno de ellos lo expresa claramente: 'Nadie quiere ir a la consulta y encontrarse con un m¨¦dico que est¨¢ enfermo'.
O que no est¨¢. Por eso el absentismo laboral por problemas de salud menores es raro entre los m¨¦dicos: s¨®lo un 1,6% pide la baja, seg¨²n una encuesta realizada por el Colegio Oficial de M¨¦dicos de Barcelona (COMB). Los resultados de esta encuesta, que est¨¢n a punto de publicarse en la revista Medicina Cl¨ªnica, son reveladores de los d¨¦ficit de asistencia que tienen muchos profesionales de la medicina: un 49,2% no tiene m¨¦dico de cabecera; un 48% carece de historia cl¨ªnica; un 81,6% se automedica, y s¨®lo un 47,7% de los que acuden a la consulta de otro m¨¦dico siguen sus indicaciones.
Los m¨¦dicos figuran, adem¨¢s, entre los trabajadores que menos cumplen las revisiones m¨¦dicas laborales y muestran mayor rechazo a someterse a las pruebas. Y s¨®lo un 41% sigue el calendario de vacunaci¨®n del adulto.
'El paradigma que preconizamos no lo cumplimos con nosotros mismos', concluye Antoni Artem¨¢n, uno de los autores de esta encuesta realizada a 795 m¨¦dicos de Barcelona. Y esto es as¨ª, entre otras cosas, 'porque no nos han ense?ado a estar al otro lado de la mesa'.
Una mezcla de miedo y autosufiencia, seg¨²n Artem¨¢n, es lo que hace que los m¨¦dicos descuiden su salud y oscilen entre la negaci¨®n y el p¨¢nico ante la propia enfermedad. Pero tambi¨¦n influye el miedo a la vulneraci¨®n del secreto profesional y la verg¨¹enza, si bien 'en la encuesta no se pregunt¨® por exploraciones comprometidas, como el tacto rectal o el vaginal', a?ade.
Aunque un 42,7% de los cl¨ªnicos hace de m¨¦dico para sus familiares y un 72,9% les prescribe medicamentos para problemas de salud menores, esto no es lo recomendable, porque uno no es un buen m¨¦dico de s¨ª mismo ni de las personas queridas, como constataron los m¨¦dicos en tiempos de Hip¨®crates y recuerda Fern¨¢ndez Sol¨¢. Tampoco ¨¦l predica con el ejemplo: 'Mi familia me dice que haga de m¨¦dico y yo lo hago'.
Para este internista, la percepci¨®n de la enfermedad de uno mismo es m¨¢s dif¨ªcil que la de otro. Y a?ade: 'Valorar la propia enfermedad es algo cualitativamente distinto a valorar la de otra persona. La autopercepci¨®n desfigura el reconocimiento de la enfermedad'. La salud personal de los m¨¦dicos no es s¨®lo un asunto personal, por cuanto tambi¨¦n repercute sobre la asistencia y la salud de sus pacientes. Lo ideal ser¨ªa, dice Artem¨¢n, que 'pudieran ser tratados tan bien como un paciente cualquiera'.
Crisis de un modelo asistencial
Se empieza con la autoprescripci¨®n; se sigue con una consulta improvisada, en el pasillo del hospital o por tel¨¦fono, a menudo no refiriendo la consulta a uno mismo, sino a una tercera persona, a un amigo o a un paciente; se contin¨²a con una visita m¨¦dica en la que no se suele realizar una historia cl¨ªnica, y al final, de lo que recomienda el colega, s¨®lo se pone en pr¨¢ctica aquello que coincide con nuestro criterio'. As¨ª describe el m¨¦dico Antoni Artem¨¢n la secuencia de escenas que se presentan muy habitualmente cuando un m¨¦dico enferma. Ante la propia enfermedad y la de su familia, el m¨¦dico se mueve por exceso o por defecto de celo profesional, lo que conduce a minimizar la enfermedad o exagerarla, practicando una medicina defensiva, explica Artem¨¢n. 'Es un comportamiento muy irracional', reconoce. En opini¨®n del internista Joaquim Fern¨¢ndez Sol¨¢, el actual modelo asistencial no es eficaz para garantizar la salud de los m¨¦dicos y habr¨ªa que cambiar de modelo. 'Los m¨¦dicos no son unos pacientes cualquiera y, por ejemplo, no pueden compartir la sala de espera con pacientes que luego puede atender en su consulta. Y no es una cuesti¨®n de privilegios', asegura. Por ello, 'ser¨ªa bueno que hubiera un programa asistencial espec¨ªfico para m¨¦dicos, dentro del propio sistema, pero con horarios adaptados al trabajo del m¨¦dico y con las debidas garant¨ªas de confidencialidad'. En la encuesta del COMB, m¨¢s de la mitad de los m¨¦dicos se manifestaron a favor de que hubiera m¨¦dicos de m¨¦dicos. ?Y qu¨¦ piensan los m¨¦dicos sobre el precepto hipocr¨¢tico de no cobrar a un colega cuando acude en calidad de paciente? Casi todos los m¨¦dicos consultados dejaron en blanco esta pregunta.
Consultas secretas y con nombre fingido
El lugar es secreto: s¨®lo se dice que es una planta de una cl¨ªnica privada de Barcelona, en la que hay cuatro psiquiatras, otros tantos psic¨®logos, un internista y 13 camas. Los niveles de confidencialidad, m¨¢ximos: el paciente est¨¢ registrado con un nombre que no es el suyo y el resto de la cl¨ªnica ignora que ¨¦ste es el escenario en el que se atiende a m¨¦dicos-pacientes con trastornos psiqui¨¢tricos. El Programa de Atenci¨®n Integral al M¨¦dico Enfermo (PAIME), un eufemismo para el tratamiento y rehabilitaci¨®n de m¨¦dicos con trastornos mentales y adictivos, ha atendido en tres a?os a m¨¢s de 300 m¨¦dicos con este tipo de patolog¨ªa, en su mayor¨ªa de Catalu?a. El ¨¦xito de esta iniciativa pionera en Europa, promovida por el Colegio Oficial de M¨¦dicos de Barcelona (COMB) y la Generalitat de Catalu?a, se ha fundamentado en la confidencialidad, la especificidad de los recursos y la orientaci¨®n rehabilitadora del programa, seg¨²n explica su coordinador, Jaume Padr¨®s. En una profesi¨®n en la que el 91,3% reconoce que sufre un estr¨¦s excesivo y un porcentaje significativo dice estar 'quemado' por el trabajo, las crisis de ansiedad no son infrecuentes entre los m¨¦dicos, 'y muchos se automedican con alcohol por la noche', comenta Antoni Artem¨¢n, gerente del programa PAIME. Si a los m¨¦dicos les resulta dif¨ªcil reconocer y tratar su propia enfermedad f¨ªsica, el problema es mucho mayor con la enfermedad mental. 'Tienen dificultad para reconocer el problema y creen err¨®neamente que como m¨¦dicos pueden solucionarlo', dice Padr¨®s. Un 90% de los m¨¦dicos que han recibido asistencia en este programa lo han hecho por iniciativa propia o alentados por sus familiares o colegas, y s¨®lo el 10% restante ha tenido que ser atendido bajo requerimiento expreso del COMB, como medida coercitiva y de salud p¨²blica destinada a 'garantizar a la poblaci¨®n que los m¨¦dicos en ejercicio est¨¢n capacitados para ejercer', afirma Padr¨®s. (El tel¨¦fono de contacto del PAIME es el 935 678 856).
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