Expertos critican la improvisaci¨®n en los trabajos arqueol¨®gicos
Han pasado casi dos d¨¦cadas desde que la comunidad andaluza recibiera todas las competencias relativas a su patrimonio hist¨®rico. Desde 1988, y cada dos a?os, las Jornadas de Arqueolog¨ªa Andaluza han sido punto de encuentro para dar a conocer y contrastar las actuaciones realizadas con el patrimonio. Las jornadas han cumplido su octava edici¨®n en Almer¨ªa y han reflexionado sobre el trabajo realizado en una comunidad que cuenta con 4.000 catalogaciones espec¨ªficas -de ellas casi 2.000 son Bienes de Inter¨¦s Cultural (BIC)- lo que, sin embargo, s¨®lo representa el 10% del patrimonio andaluz.
El n¨²mero de intervenciones planificadas en materia de patrimonio hist¨®rico rond¨®, durante el a?o 2000, el medio centenar, justo la octava parte de las llamadas 'intervenciones de urgencia', que rondaron las 400. Esta ¨²ltima cifra fue generada siempre por actuaciones de obras por temas urban¨ªsticos, planeamientos del territorio o infraestructuras. Sin embargo, las excavaciones, prospecciones superficiales o actividades documentales que propiciaron no cumplieron, en un 90%, el objetivo de convertirse en documento p¨²blico.
'Los medios son pocos y los promotores est¨¢n obligados a poner dinero, pero como se pone por obligaci¨®n no se establece qu¨¦ pasa luego con los objetos que se recogen. Se interviene para quitar el problema de manera inmediata, pero no se prev¨¦ qu¨¦ pasa luego para que el objeto se convierta en documento hist¨®rico', sostiene el profesor de Prehistoria y presidente de la Comisi¨®n Arqueol¨®gica Andaluza, Pedro Aguayo.
Utilidad social
El encuentro de historiadores y expertos que durante tres d¨ªas han debatido en Almer¨ªa en torno al patrimonio arqueol¨®gico en Andaluc¨ªa ha revelado la necesidad de redefinir la utilidad social del investigador. Tras ¨¦l se puede adivinar una inversi¨®n de los t¨¦rminos hasta ahora empleados en materia patrimonial. 'No podemos hablar de protecci¨®n, conservaci¨®n y difusi¨®n si todos esos pasos no est¨¢n iluminados por la investigaci¨®n. Ahora es cuando se empieza a difundir para proteger y a conservar de manera jer¨¢rquica y ordenada. Es necesario que el gran p¨²blico valore el patrimonio con la educaci¨®n', resume Aguayo.
La comunidad vive la paradoja de conocer mejor que nunca el volumen de yacimientos que posee en su territorio sin que su investigaci¨®n haya repercutido lo m¨¢s m¨ªnimo en el cuerpo social por un permanente 'divorcio de intereses'. A la decena de conjuntos arqueol¨®gicos protegidos con planes especiales se suman actuaciones en t¨¦rminos municipales y cascos urbanos de 50 n¨²cleos poblacionales: existen 20 cartas de riego municipales en las que se especifica la ubicaci¨®n exacta de los restos arqueol¨®gicos y otras 32 se contratar¨¢n con otros tantos ayuntamientos en breve.
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