Los muchos enemigos de la seguridad de Israel
La protecci¨®n y la defensa del Estado de Israel son imperativo moral para Europa. Son obligaciones que emanan de nuestra historia, un elemento de nuestro acervo democr¨¢tico, plenamente interiorizado por los europeos, dirigentes y ciudadan¨ªa. El compromiso de Washington con Israel tiene m¨¢s que ver con imbricaciones pr¨¢cticas, desde el papel de Israel como permanente cabeza de puente de los intereses norteamericanos en Oriente Pr¨®ximo hasta la gran capacidad de ejercer influencia sobre la administraci¨®n que tienen las organizaciones jud¨ªas norteamericanas. En Europa, por el contrario, se asume como deber moral y pol¨ªtico ineludible.
Pero parece llegado el momento de que los dos grandes protectores de Israel a ambos lados del Atl¨¢ntico coordinen urgentemente su pol¨ªtica para defender a Israel de quienes ya se erigen en los mayores enemigos de su seguridad y que no s¨®lo est¨¢n dentro, en casa, sino en el Gobierno. Porque el se?or Ariel Sharon y sus conceptos sobre seguridad, aplicados en los ¨²ltimos meses y sobre todo ¨²ltimos d¨ªas, son ya una amenaza insoportable, y no s¨®lo para los palestinos que mueren a diario y est¨¢n condenados a la asfixia y la miseria. Sharon y compa?¨ªa son parte del frente enemigo de cualquier proyecto que pueda prometer a los ni?os israel¨ªes una vida futura con esperanzas y seguridades a las que tienen derecho. El odio, el desprecio y el culto a la fuerza se lo niegan. Es de esperar que Sharon haya de responder por ello ante su pueblo y los dem¨¢s.
La pol¨ªtica -por llamarlo de alguna forma- del Gabinete israel¨ª, y especialmente la actual invasi¨®n de ciudades y territorios palestinos, son una agresi¨®n no ya a Gaza y Cisjordania, sino a todo el mundo civilizado. Esto, cuando nos aprestamos a una larga campa?a contra el terrorismo internacional en la que est¨¢ en juego el futuro de todos, incluidos los ni?os israel¨ªes. Por eso supone un acto de m¨¢xima deslealtad, de traici¨®n cabe decir, a los aliados que desde la Declaraci¨®n de Ballfour tras la Primera Guerra Mundial, la creaci¨®n de Israel en 1948 y siempre desde entonces han sido los m¨¢ximos valedores y protectores de Israel frente a los enemigos tradicionales que exig¨ªan su destrucci¨®n. No extra?a que haya causado indignaci¨®n en Washington el desprecio del primer ministro israel¨ª hacia los intereses norteamericanos y europeos en la gran coalici¨®n internacional antiterrorista, que es tan lograda en sus inicios como fr¨¢gil ante la larga campa?a.
Hab¨ªa ya poco nivel de comprensi¨®n en la Casa Blanca tras la grave impertinencia de Sharon de comparar la pol¨ªtica norteamericana de acercamiento a los pa¨ªses ¨¢rabes con una reedici¨®n del vergonzoso acuerdo de Chamberlain y Daladier con Hitler en M¨²nich en 1938. Pero lo que sucede estos d¨ªas exige hechos e inmediatos. Washington tiene instrumentos para frenar a Sharon, aunque sean dolorosos para unos y otros. Y la UE, para demostrarle que no puede deducir de la impunidad tras sus haza?as en L¨ªbano una impunidad pol¨ªtica indefinida.
Pero hay m¨¢s culpables. Lo son el Partido Laborista y su l¨ªder, Sim¨®n Peres, por su permanencia en un Gobierno al que no modera en absoluto, sino legitima en la panzerpolitik de Sharon. Por patriotismo, responsabilidad, tradici¨®n y mera autoestima, Peres deb¨ªa de haber acabado con un Gobierno que lleva al pa¨ªs al aislamiento y al desastre. Se ha limitado a ser rostro bueno de una pol¨ªtica catastr¨®fica.
Y culpable, en puesto destacado, es ese terrorista en el que muchos vieron una evoluci¨®n al estadista cuando s¨®lo mutaba hacia la satrap¨ªa, creando un semiestado corrupto para s¨ª y los suyos, malversando el dinero europeo, reprimiendo a la disidencia y lanzando a los ni?os a la muerte cuando le conven¨ªa: Yasir Arafat. Despreci¨® en Camp David hace un a?o el mejor acuerdo posible y aup¨® as¨ª a Sharon al poder. Curiosas alianzas de unos enemigos de Israel que son una maldici¨®n para la regi¨®n y la seguridad mundial. Lleg¨® por eso la hora de que el mundo se defienda y tome medidas contundentes para acabar con los juegos de estas dos caras de una misma moneda que s¨®lo compra muerte. Israel¨ªes, palestinos y el mundo entero lo necesitan y lo agradecer¨¢n.
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