El psiquiatra Castilla del Pino enriquece sus memorias con la colaboraci¨®n de sus lectores
El escritor define el g¨¦nero autobiogr¨¢fico como 'una suerte de terapia'
El mundo de Carlos Castilla del Pino (San Roque, 1922) cambi¨® cuando, a los 75 a?os, public¨® el primer volumen de sus memorias, Pret¨¦rito imperfecto. A su alrededor se produjeron apariciones, resurrecciones, confirmaciones, disensiones: gentes olvidadas volvieron a la vida, completos desconocidos le escribieron para darle noticias de figuras lejanas y casi perdidas, o para mostrarse en rotundo desacuerdo con sus ideas, e incluso hubo quien le envi¨® documentos que completaban historias interrumpidas. Se?al¨® la autobiografia como 'una suerte de terapia'.
De todo esto habl¨® ayer el psiquiatra y escritor gaditano, afincado en C¨®rdoba, de la nueva realidad que naci¨® gracias a la interacci¨®n entre sus recuerdos y los de sus lectores. Inaugur¨® as¨ª, con brillantez y cercan¨ªa, el congreso internacional Autobiograf¨ªa en Espa?a: un balance, que continuar¨¢ celebr¨¢ndose en C¨®rdoba hasta el s¨¢bado.
Castilla del Pino comenz¨® desmintiendo al pensador franc¨¦s Jean Paul Sartre. 'Los otros no son el infierno', dijo, 'son nuestra sombra'. Cuando uno decide contar su vida, a?adi¨®, se coloca en el centro del universo y se convierte en protagonista absoluto de lo que sucede. 'Por importantes que hayan sido los dem¨¢s', se?al¨®, 'no ocupan m¨¢s que unos p¨¢rrafos o unas p¨¢ginas'. Nadie puede destronarlo a uno, que se ha mantenido siempre en escena. Los otros entran y salen del escenario, pero el protagonista est¨¢ ah¨ª hasta que cae el tel¨®n, 'su tel¨®n'.
Lo que relata el autor de una autobiograf¨ªa, que es a la vez narrador y protagonista, hizo ver Castilla del Pino, 'tiene eco'. Eco en las personas que nombra, en las que vivieron el mismo tiempo y las mismas circunstancias. Son muchos los que se identifican con ¨¦l y le contestan. 'Lo del eco es una met¨¢fora que uso en sentido f¨ªsico. Hay alguien que no ha o¨ªdo nuestra voz, pero s¨ª nuestro eco, ya reflejado', advirti¨®. 'Es interesante que el eco no lo suscite la vida, sino la autobiograf¨ªa', a?adi¨®.
El escritor explic¨® entonces que la publicaci¨®n de sus memorias cre¨® un espacio nuevo, 'el espacio autobiogr¨¢fico', en el que conviven los recuerdos propios con los de otros, m¨¢s o menos conocidos, que contactaron con el autor para ofrecerle m¨¢s informaci¨®n o para expresarle sus sentimientos.
VivenciasFueron muchos los que lo hicieron as¨ª. Un lector se brind¨® a darle datos sobre una mujer, Pilar C¨¢ceres, que al adolescente Castilla del Pino le parec¨ªa 'muy guapa y muy elegante', pero con la que nunca cruz¨® palabra; s¨®lo la segu¨ªa por la calle.
Otro (mencionado en el libro porque su padre le intern¨® a la fuerza en un psiqui¨¢trico, aunque estaba perfectamente sano), le envi¨® su curr¨ªculum para que supiera lo que hab¨ªa sido de ¨¦l despu¨¦s de tantos a?os.
Hubo quien comparti¨® los mismos a?os y las mismas vivencias que el psiquiatra, y le escribi¨® para dec¨ªrselo. Y para que todo esto tenga sentido, afirm¨® Castilla del Pino, 'es preciso que se cumpla lo que Philippe Lejeune', prestigioso investigador franc¨¦s que, por cierto, estaba presente en la sala, 'en un hallazgo formidable, llama el pacto autobiogr¨¢fico'. Es decir, un compromiso de decir la verdad con fidelidad y exactitud. 'Se defrauda al lector si se le miente o se elude la verdad', recalc¨® el psiquiatra y escritor.
Escribir una autobiograf¨ªa proporciona la sensaci¨®n de que se organiza y se controla el pasado, de que se borran o se disuelven las zonas dudosas. 'Yo esperaba liquidar mi vida anterior con Pret¨¦rito Imperfecto, pero no', sonri¨® Castilla del Pino. 'Una autobiograf¨ªa es una suerte de terapia', concluy¨®, 'luego algunos problemas que cre¨ªamos resueltos resurgen'. Como con la terapia, que nunca es la definitiva, 'la mejor autobiograf¨ªa es la menos mala', concluy¨®.
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