Jugando con los sentimientos

Jugar con los sentimientos es peligroso. M¨¢s cuando se trata de los sentimientos maternales. Natividad Bermejo (Logro?o, 1961) lo hace y sale plenamente airosa. En un acto de valent¨ªa, la artista ha involucrado a su hijo en las obras de la exposici¨®n Sana, sana. Peligros de esta decisi¨®n eran muchos al ceder a la tentaci¨®n de que el ni?o fuera parte activa de la obra y no una mera fuente de inspiraci¨®n. El intento se ha saldado positivamente porque Bermejo, aunque se inspire en ella, ha ido m¨¢s all¨¢ de su estricta circunstancia personal. En primer lugar, ha indagado situaciones que se producen auspiciadas por el ni?o pero que no necesariamente son an¨¦cdotas infantiles. La instalaci¨®n D¨¦jame la ventana abierta es un ejemplo de este planteamiento. Tres diapositivas proyectadas en la pared muestran la luz filtr¨¢ndose por una ventana. Las sugerencias que se derivan son de extenso cat¨¢logo, pero sin excluir la evidente de que el ni?o desea que entre luz en su habitaci¨®n.

La exhibici¨®n muestra un conjunto de fotograf¨ªas donde la presencia de madre e hijo es expl¨ªcita o suplantada por un mu?eco de papel. Tras esa visualizaci¨®n rotunda, fomentada por el soporte fotogr¨¢fico, Bermejo camina por el mundo del concepto, y con pintura y grafito equipara la plasticidad de los ni?os frente a la de los adultos. La simpleza de un p¨¢jaro es abordada de manera casi acad¨¦mica por la artista que enfrenta su trabajo a la resoluci¨®n infantil, mucho m¨¢s espont¨¢nea. El di¨¢logo que se establece va m¨¢s all¨¢ de la conversaci¨®n filial para transformarse tambi¨¦n en un debate de opciones art¨ªsticas. Bermejo incorpora el sonido de un relato susurrante en una de las piezas que una vez m¨¢s cuestiona los l¨ªmites del mundo infantil.