'Ac¨¢ no soy 'El Loco' porque no hay pasi¨®n'
Le va la marcha. Convertido por las circunstancias en un tipo serio y desconfiado, Mart¨ªn Palermo, de 27 a?os, desea volver a ser El Loco Palermo, pero se lo impide la tranquilidad que vive en el Villarreal. La falta de pasi¨®n. No esboz¨® ni media sonrisa en casi una hora de entrevista, a la que lleg¨® cargado de metal: sobresal¨ªa un aparatoso anillo en el dedo me?ique de la mano izquierda. Este icono del f¨²tbol argentino ha marcado cuatro goles en la Liga y s¨ª est¨¢ loco por fichar por un club m¨¢s grande.
Pregunta. Se le ve muy triste, sin la alegr¨ªa de su ¨¦poca en el Boca Juniors.
Respuesta. All¨ª compart¨ª muchas m¨¢s cosas con un grupo que gan¨® muchos t¨ªtulos.
P. ?Nost¨¢lgico?
R. No es f¨¢cil volver a lograr todos esos t¨ªtulos y ese grupo. Uno va viendo otros equipos, como el Deportivo o el Celta, que tienen la misma ambici¨®n. Ver jugar a Valer¨®n, Trist¨¢n, Mostovoi o Gustavo L¨®pez... Ac¨¢ [en el Villarreal], si se consiguieran t¨ªtulos, el ¨¢nimo cambiar¨ªa.
'Ya me gustar¨ªa a m¨ª estar en el Madrid y no poder salir a la calle. Uno quiere sentir ese agobio de la gente'
P. ?Cu¨¢ndo volver¨¢ a ser El Loco?
R. Quiz¨¢ haya pasado esa etapa. La gente [en Argentina] te lleva a eso. De repente, te dan ganas de saltar el alambrado para meterte con la gente. La adrenalina es totalmente diferente. Ac¨¢ no sientes esa pasi¨®n del p¨²blico que hace ganar a veces un partido o perderlo. La gente te contagia y vos se lo trasmit¨ªs de esa manera. Ahora no soy El Loco porque aqu¨ª las cosas son diferentes. Quiz¨¢ si estuviera en otros equipos, como el Atl¨¦tico... En Argentina, la gente va con los bombos, las banderas, y se suben en los paraavalanchas y est¨¢n gritando y gritando... Dicen que ac¨¢ el Atl¨¦tico es algo parecido, pero no he jugado all¨ª todav¨ªa.
P. ?Qui¨¦n le puso el mote de El Loco?
R. El profe C¨®rdoba, el t¨¦cnico que tuve en la etapa del Estudiantes de la Plata. ?ramos un grupo muy joven, muy divertido. Hac¨ªamos cosas que yo promov¨ªa, como agarrar al doctor y tirarlo a un charco de agua.
P. A usted le fue muy bien ante el Real Madrid: le marc¨® dos goles en la Copa Intercontinental de 2000. Ahora el Madrid tiene una de las peores defensas de la Liga. Y Hierro no juega hoy. ?Ventaja o inconveniente?
R. Para nosotros, ventaja. Sabemos lo que significa Hierro a pesar de que quiz¨¢ no est¨¦ pasando por un buen momento.
P. ?Qu¨¦ marcador le va peor?
R. El que sea fuerte, vaya bien en el juego a¨¦reo y est¨¦ muy encima.
P. ?Por qu¨¦, despu¨¦s de fallar dos penaltis en un partido con Argentina ante Colombia, os¨® lanzar el tercero, que tambi¨¦n fall¨®?
R. Me sent¨ª con la confianza de patearlos. Y no vi una orden distinta por parte del t¨¦cnico o de alg¨²n compa?ero. La decisi¨®n m¨ªa era patearlo. Despu¨¦s uno saca las conclusiones. Seguramente, no lo volver¨ªa a hacer.
P. Eso le apart¨® del equipo nacional. Adem¨¢s, usted no es santo de la devoci¨®n del seleccionador, Marcelo Bielsa.
R. Estuve en una convocatoria m¨¢s. Habr¨ªa que pregunt¨¢rselo al t¨¦cnico. Y no pierdo la esperanza. Tendr¨¦ que seguir demostr¨¢ndolo aqu¨ª, en Espa?a. Estando yo bien, no me siento inferior a nadie.
P. En un partido ante el Col¨®n marc¨® su gol n¨²mero 100 con los ligamentos de una rodilla rotos. ?C¨®mo se atrevi¨®?
R. El m¨¦dico me mir¨® y crey¨® que no ten¨ªa nada roto. Yo, como estaba caliente, no notaba el dolor. Pero, despu¨¦s de la jugada del gol, la rodilla se me iba para todos los lados. Antes, adem¨¢s, no se hab¨ªa concretado mi pase al Lazio y fue una de mis mayores broncas porque se rompi¨® con la lesi¨®n. Estuve seis meses parado, pero fue todo bien.
P. Su ¨¦xito en el Boca dependi¨® mucho de los pases de Riquelme.
R. No s¨®lo de Riquelme, sino tambi¨¦n del Mellizo, Guillermo. Ese equipo se ha deshecho ya. Se han ido algunos jugadores y ahora se va Carlos Bianchi, que hace las cosas muy simples y mantiene al grupo unido, tanto al que juega como al que no juega. Es muy allegado a los jugadores y habla mucho de ellos.
P. Los goles que ha marcado en Espa?a han sido bastante churros. ?Para cu¨¢ndo un gol bonito?
R. Mientras sumen y entren... Seguramente, no me van a ver gambetear a tres jugadores y definir, sino que ser¨¢n definiciones dentro del ¨¢rea.
P. ?El goleador es innato?
R. El goleador nace y hay que alimentarlo. Uno ha de pensar siempre que la pelota que caiga sea gol. Por ejemplo, si la pelota la patea un compa?ero, yo pienso que puede rebotar en el portero y me va a caer a m¨ª.
P. Usted no es r¨¢pido ni habilidoso. Es muy fuerte, eso s¨ª. ?Alguna otra habilidad?
R. A pesar de no hacer maravillas con el bal¨®n, trato de ser ¨²til para triangular las jugadas, hacer el juego r¨¢pido como se hace aqu¨ª, con la pelota por el suelo. Mi mayor virtud es el cabezazo, pero a veces yerro con la cabeza.
P. ?Qu¨¦ pinta usted jugando al contragolpe?
R. No tengo la velocidad para hacer el contragolpe r¨¢pido. Pero, si la jugada termina en m¨ª, bien. Lo malo es si no termina en m¨ª. El esfuerzo es doble.
P. ?Ese correr tan desgarbado suyo le ha creado problemas?
R. No.
P. ?Siempre fue delantero?
R. De profesional, s¨ª. Pero, cuando era chico, fui arquero.
P. ?C¨®mo empez¨® todo?
R. Llegu¨¦ al Estudiantes a los 12 a?os. Estuve en todas las categor¨ªas inferiores. La Plata es una ciudad chica, muy tranquila, cerca de Buenos Aires. Siempre fui hincha del Estudiantes [el primer club argentino que consigui¨® ganar la Copa Intercontinental] y seguir¨¦ si¨¦ndolo. Uno no cambia de equipo porque juegue en otro club.
P. Ni siquiera cuando pasa a ser un ¨ªdolo del Boca.
R. Cuando uno nace y siente la pasi¨®n por un equipo, eso no se cambia.
P. ?Por qu¨¦ fue tan querido en La Bombonera [el estadio del Boca]? ?M¨¢s por su car¨¢cter que por su f¨²tbol?
R. No. Fue porque hice much¨ªsimos goles que sirvieron para conseguir t¨ªtulos.
P. Su fama ha descendido en Espa?a.
R. Vos lo dec¨ªs. ?Qui¨¦n eval¨²a eso de la fama?
P. ?Le ha decepcionado el Villarreal?
R. No; sab¨ªa lo que era, pero tiene que seguir en crecimiento. Poco a poco.
P. Teniendo en cuenta la grave crisis econ¨®mica de Argentina, ?cree que es una inmoralidad lo que ganan futbolistas como usted?
R. El jugador de f¨²tbol tiene diez a?os para ganar dinero. Muchos no tienen estudios ni t¨ªtulos y tienen que vivir despu¨¦s con la plata que han juntado. Yo no pregunto cu¨¢nto cobra la gente.
P. ?Le disgusta la prensa?
R. Intento hablar lo menos posible. La prensa no tiene mucho que preguntar, pregunta siempre lo mismo o hace preguntas que no me interesa responder.
P. Lleg¨® a agredir a un par de periodistas.
R. No hablo de eso. Entiendo que soy un personaje p¨²blico, pero a veces se sobrepasan.
P. ?Qu¨¦ tiene en su vida aparte del f¨²tbol?
R. Mis dos hijos, que est¨¢n en Argentina. Tambi¨¦n me apasionan los autos, la velocidad.
P. ?Se aburre mucho aqu¨ª?
R. Uno se acostumbra y trata de encontrar la forma de divertirse saliendo a cenar. Si uno jugara en el Madrid... No creo que Figo o Ra¨²l puedan salir tranquilamente por Madrid.
P. Eso es una ventaja para usted, ?no?
R. No. Ya me gustar¨ªa a m¨ª estar en el Madrid y no poder salir a la calle. Yo me dedico al f¨²tbol. Uno quiere salir y ver, sentir ese agobio de la gente. Me acostumbr¨¦ a vivir el f¨²tbol a tope y quiero volver a experimentar esas sensaciones con la gente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.