Tradici¨®n y nuevas tecnolog¨ªas
Bodegas Muga ha emprendido su renovaci¨®n desde el respeto a su historia y al cultivo traidicional
Las bodegas Muga vinieron al mundo oficialmente en 1932, pero, como L¨¢zaro, habr¨ªa que rese?ar una resurrecci¨®n hace cuatro a?os, cuando Jorge Muga comenz¨® a gestionar todos los aspectos relacionados con la viticultura (el trabajo en la vi?a), donde se est¨¢ viviendo una verdadera revoluci¨®n en la elaboraci¨®n del vino. Todo ello sin olvidar la labor de las generaciones anteriores, porque quiz¨¢s sean las transformaciones desde dentro las que aseguran el mantenimiento de la tradici¨®n sin perder el enlace con las ¨²ltimas tendencias.
Sobre todo, es fundamental el contacto con otras viticulturas. As¨ª que Jorge (responsable en la actualidad de la bodega con Manuel Muga, su primo y encargado de las relaciones comerciales) se fue a estudiar dos a?os a Australia y otro m¨¢s a Sud¨¢frica, lugares en los que la ausencia del peso de una historia est¨¢ conduciendo a transformaciones novedosas, arriesgadas y hasta 'suicidas' en algunos casos. Una de las conclusiones a las que lleg¨® este joven bodeguero desde sus estudios y experiencias fue la del abandono de productos y abonos qu¨ªmicos. Y eso que su especialidad son los fertilizantes. 'Cuando le dije al capataz que ¨ªbamos a trabajar as¨ª, recuerdo que reaccion¨® con incredulidad, 'este a?o no cogemos uva', me pronostic¨®'. Vaticinio fallido, ya que el uso s¨®lo de tratamientos naturales y compost no s¨®lo ha sido bueno, sino que ha resucitado las vi?as.
Un paso presuntamente hacia atr¨¢s ha servido para continuar el camino hacia el vino de calidad. Lo mismo ha ocurrido con las nuevas cepas, que se consiguen a partir de las mejores plantas de las tierras m¨¢s interesantes para los Muga.
Si la mayor parte de los viticultores trabajan con una docena de variedades que se adquieren en los invernaderos, la bodega de Haro ha recuperado lo que ha sido una pr¨¢ctica tradicional: la selecci¨®n entre sus propias cepas.
Esta reivindicaci¨®n de la costumbre no deja de lado las ¨²ltimas tecnolog¨ªas. La medici¨®n de la uva, para conseguir su vendimia ideal, se realiza mediante un programa por ordenador que controla m¨¢s de 20 par¨¢metros (grado, acidez, ph, etc¨¦tera) en menos de un minuto.
Combinaci¨®n id¨¦ntica se mantiene en el resto del proceso de elaboraci¨®n del vino. La fermentaci¨®n se realiza en 120 tinos y 73 cubas de roble (elaborados, como las 14.000 barricas, en la toneler¨ªa propia); para la clarificaci¨®n se utiliza clara de huevo (con las yemas se elaboran unos exquisitos dulces) y la crianza cuida por separado el vino que ha producido cada vi?a.
Pero la venta de los vinos de la bodega que fund¨® su abuelo Isaac queda en manos de Manuel, el empresario de la familia, que ha sabido difundir esta combinaci¨®n de tradici¨®n y tecnolog¨ªa para ofrecer vinos diferentes (desde Torre Muga a Prado Enea, sin olvidar el blanco en barrica o la gama de los Muga) que tengan cabida en los mercados extranjero y nacional.
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