El lento camino valenciano en investigaci¨®n y desarrollo
La estructura del gasto en Investigaci¨®n, Desarrollo e innovaci¨®n permanece estancada
Es la gran asignatura pendiente del Gobierno valenciano. La edificaci¨®n de un moderno sistema que coordine la pol¨ªtica cient¨ªfica, el desarrollo de la investigaci¨®n y la tranferencia tecnol¨®gica al tejido empresarial y productivo de la Comunidad. Todo ello, antes de que la Uni¨®n Europea revise el actual modelo subsidiario de financiaci¨®n a trav¨¦s de los fondos de desarrollo regional en 2006. Sin embargo, la realidad, constatada en los propios informes del Consell y de las patronales sobre el Sistema Valenciano de I+D+i ponen sobre la mesa la 'debilidad' del gasto p¨²blico 'estancado' en el 5% del PIB, la escasa inversi¨®n privada y la profunda descoordinaci¨®n, que hacen m¨¢s dif¨ªcil el reto de la convergencia europea en tiempo y forma.
La cesta de iniciativas de la Generalitat en pol¨ªtica cient¨ªfica y tecnol¨®gica est¨¢ pr¨¢cticamente vaciada en el ecuador de la segunda legislatura con el reciente y ultim¨ªsimo anuncio de Eduardo Zaplana de crear una macroconsejer¨ªa dedicada a la Innovaci¨®n. Pero la cosecha, despu¨¦s de casi seis a?os de gesti¨®n popular, no parece haber dado los frutos deseados a tenor de las conclusiones del Alto Consejo Consultivo en Investigaci¨®n y Desarrollo en un informe (que a¨²n no se ha hecho p¨²blico) donde se confirma 'la lenta evoluci¨®n de la Comunidad Valenciana': que ha pasado del und¨¦cimo lugar en el ranking auton¨®mico de participaci¨®n del gasto en I+D en el PIB que ocupaba en 1987, a un no menos modesto noveno puesto en 1999; escal¨®n que comparte ex aequo con Castilla-Le¨®n que destina el mismo 0,62% de su producto interno a Investigaci¨®n, Desarrollo e innovaci¨®n (I+D+i).
En segundo lugar, la posici¨®n valenciana en n¨²mero de personal empleado con dedicaci¨®n plena (EDP) a la investigaci¨®n es la duod¨¦cima. Una circunstancia que resulta a¨²n 'm¨¢s preocupante' para el Alto Consejo ya que esta posici¨®n se remonta a 1987. De los 102.238 empleados en actividades de I+D+i durante 1999 (¨²ltimo dato actualizado) su estructura se distribuye de la siguiente manera: 61.467 investigadores, 23.593 t¨¦cnicos y 17.076 auxiliares, de los cuales el 53% son absorbidos por las universidades p¨²blicas valencianas y el 30% por la empresa. Este ¨²ltimo dato representa un cierto avance respecto de 1995, momento en que la Universidad absorb¨ªa el 63% del capital humano en investigaci¨®n mientras que la industria s¨®lo contrataba el 24% de personal. Esto permite aventurar un ligero avance en la transferencia de conocimiento cient¨ªfico y tecnol¨®gico al tejido productivo valenciano, aunque a mucha distancia de los tres polos tecnol¨®gicos que conforman Madrid, Barcelona y Pa¨ªs Vasco.
La tercera pata que cierra este primer tri¨¢ngulo de la I+D+i es la 'debilidad' de la inversi¨®n extranjera en el terreno industrial: realidad que es a¨²n mayor respecto a la implantaci¨®n de unidades empresariales de investigaci¨®n propias. En pocas palabras: la escasa inversi¨®n privada en investigaci¨®n aplicada, que en 2000 represent¨® s¨®lo el 27% del gasto total en I+D+i generado en la Comunidad Valenciana, que fue de 60.050 millones de pesetas.
El escaso impulso privado contribuye a distanciar a¨²n m¨¢s la Comunidad Valenciana de otras regiones industrializadas como Madrid, Navarra, Catalu?a, Pa¨ªs Vasco o Arag¨®n. Es ah¨ª, en esta valoraci¨®n, donde los t¨¦cnicos del Alto Consejo se preguntan, '?qu¨¦ incidencia tiene la industria del autom¨®vil instalada en el territorio valenciano [monopolizada por la multinacional Ford] en la actividad investigadora?'. Poca o muy poca, al parecer. El Alto Consejo concluye, pues, que 'puede hablarse de un estancamiento'.
Puede y, por tanto, debe hablarse de estancamiento. Aunque, el informe de julio elaborado al alim¨®n por la patronal CEV y Bancaja, hablen de 'proyecci¨®n' y del 'potencial' de la Comunidad Valenciana. El an¨¢lisis detenido de los citados informes coinciden en que, en la pr¨¢ctica, la ratio de gasto interno por personal EDP se ha 'inmovilizado' e, incluso, ha descendido en la Comunidad Valenciana desde 1987, cuando se destinaban 4,8 millones por investigador, mientras que la cifra actual es hoy por hoy de 4,6 millones. Atr¨¢s qued¨® el quinquenio entre 1988 y 1992 en que la ratio estaba en 5 y 5,3 millones.
A este escenario m¨¢s bien gris, se a?aden los nubarrones que se ciernen sobre el m¨¦todo para evaluar y contabilizar el estado real de la financiaci¨®n de la I+D+i bastante 'opaco'. Esto ha sido subrayado oportunamente por el Alto Consejo, que se ha visto obligado a 'depurar' la informaci¨®n proporcionada desde las distintas consejer¨ªas, la procedente de Hacienda y la fijada en los Presupuestos, para evitar 'duplicidades', antes de poder sistematizarla, para evitar que la Funci¨®n 54 o el denominado Fondo General de Universidades [que engloba el gasto corriente de las universidades -con sus respetivos pagos de n¨®minas a docentes e investigadores- y los planes de inversiones para infraestructuras] se computen dos veces como inversi¨®n del Consell en ense?anza superior y, a la vez, en financiaci¨®n de I+D.
En realidad, a punto de completarse un sexenio de gesti¨®n popular al frente de la Generalitat, los balances hablan de 'un apreciable inmovilismo en el Sistema Valenciano de Sociedad-Ciencia-Tecnolog¨ªa-Empresa', sobre todo en lo que a la estructura se refiere: el 57% del volumen total de gasto en I+D+i sigue siendo p¨²blico, el 7% procede de la empresa privada, el 29% de fondos propios (incluye subvenciones p¨²blicas) y el 6% de proyectos extranjeros. As¨ª las cosas, la mitad de los 30.043 millones computados por el Consell como 'apoyo a la innovaci¨®n' son ayudas y subvenciones agrarias e industriales, con que la financiaci¨®n pura y dura se reduce al 5%, el mismo que en 1999.
La publicitada Ley de Fomento y Coordinaci¨®n de la Investigaci¨®n Cient¨ªfica y del Desarrollo Tecnol¨®gico de la Comunidad Valenciana, de diciembre de 1997, que sirvi¨® para decretar varias comisiones gestoras, consejos asesores y de marco de creaci¨®n del Organismo P¨²blico Valenciano de Investigaci¨®n (OPVI) se han convertido cuatro a?os despu¨¦s en un espejismo en el que es dif¨ªcil mirarse y reconocerse. M¨¢s cuando, al menos para los t¨¦cnicos del Alto Consejo, no hay sospechas de cambios estructurales o m¨¢s profundos en el sistema valenciano: 'Los indicios de cambio aportados por las estimaciones realizadas para 1998 no parecen confirmarse y, en consecuencia, la estructura del gasto interno de I+D en la Comunidad Valenciana, permanece anclada'.
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