'Hay que defender la l¨®gica de la libertad frente a la l¨®gica del terrorismo'
El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, tuvo un papel protagonista, el pasado fin de semana, en la Conferencia sobre Transici¨®n y Consolidaci¨®n Democr¨¢ticas, celebrada en Madrid. Cardoso, de 70 a?os, cerca de agotar su segundo mandato en la presidencia de Brasil y una de las figuras intelectuales y pol¨ªticas de referencia en la reflexi¨®n socialdem¨®crata y de la izquierda, no duda a la hora de defender los valores democr¨¢ticos tras los atentados terroristas del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington, pero alerta con la misma energ¨ªa sobre la necesidad de que la lucha por la libertad no ahogue las libertades.
Pregunta. ?Qu¨¦ quiere decir cuando habla de que se inaugura, tras el 11 de septiembre, una l¨®gica del miedo en el mundo?
'Lo ¨²nico positivo de la crisis ser¨ªa que el mundo tuviera una visi¨®n m¨¢s solidaria'
'El Estado debe ser el gestor de la vida y el mercado el gestor de los bienes'
Respuesta. La l¨®gica del miedo es aquella que pone en jaque nuestros valores, porque podemos llegar a actuar en contra de ellos para frenar el terror: podemos llegar a tener tanto miedo que utilicemos instrumentos que no sean aceptables. Hay que mantener siempre el sentir de la libertad; no caer en la contradicci¨®n de entrar en una l¨®gica del terror por causa del terror. Hay que contraponer a esa l¨®gica del miedo una l¨®gica de la sensatez, de la libertad.
P. Eso afecta tambi¨¦n a pa¨ªses que est¨¢n en la coalici¨®n antiterrorista.. Habr¨¢ que abordar en alg¨²n momento el asunto...
R. S¨ª, porque, si nosotros creemos en la democracia, tenemos que resolver estas cuestiones. Y las de los pa¨ªses que han hecho la secularizaci¨®n y siguen sin ser democracias.
P. ?Y EE UU va a estar a la altura de ese reto?
R. Su fuerza se va a afianzar o no seg¨²n asuman ese liderazgo, no s¨®lo como lo est¨¢n haciendo ahora, y con raz¨®n, por lo que ha ocurrido, sino para contribuir a los cambios necesarios. Si EE UU, al final de este proceso, se da cuenta de que no se puede aislar, ser¨¢ un progreso. Si no, ser¨¢ un riesgo.
P. Los obst¨¢culos son numerosos...
R. Creo que hay que mirar adelante y plantearse que una situaci¨®n internacional de paz debe abordar la necesidad de soluci¨®n del problema de Israel y los palestinos, el debate de la secularizaci¨®n de los pa¨ªses teocr¨¢ticos, lo que est¨¢ pasando en los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo, los que est¨¢n en ?frica y en otros lugares...
P. ?Hay relaci¨®n entre terrorismo y pobreza?
R. La pobreza no genera el terrorismo. El terrorismo no viene de la pobreza. No tiene que ver. La pobreza se utiliza como pretexto para movilizar masas en contra de los que combaten el terrorismo. Bin Laden no es pobre. Es un ingeniero que sabe de tecnolog¨ªa. Pero eso no disminuye la responsabilidad pol¨ªtica y moral de liderazgo del mundo en cuanto a la cuesti¨®n de la pobreza. Lo que se hace hoy en ayuda al desarrollo y promoci¨®n de inversiones es muy poco. En fin, todo lo que est¨¢ pasando es muy doloroso, pero la ¨²nica manera hist¨®rica de rescatar el precio tan elevado que se est¨¢ pagando ser¨ªa salir de esto con una visi¨®n m¨¢s solidaria.
P. ?Qu¨¦ pesa m¨¢s en usted: el optimismo o el pesimismo en cuanto al desenlace a largo plazo de esta crisis?
R. Yo no creo que lo ocurrido vaya a cambiar todo. Soy m¨¢s realista que optimista. Pero no estoy a favor de un realismo que recorte la capacidad de acci¨®n. Nadie act¨²a sin una visi¨®n; y una visi¨®n implica un grado de optimismo. Creo que es posible utilizar estos momentos para ampliar la conciencia de los l¨ªderes mundiales sobre las cuestiones que hemos mencionado. Yo defiendo las utop¨ªas viables, aunque parezca que sea una expresi¨®n contradictoria.
P. Adem¨¢s de todo esto, y en el nivel de los pa¨ªses, lo p¨²blico adquiere un papel relevante.
R. Es as¨ª, y eso es bueno. Y no debe confundirse con el Estado. Lo p¨²blico es un encuentro entre las fuerzas organizadas de la sociedad civil y las fuerzas del Estado, burocr¨¢ticas y gubernamentales. Yo creo que eso, adem¨¢s, no debe contrarrestar el peso del mercado. Va a seguir pesando, y es bueno que sea as¨ª. No se trata de que el Estado vuelva a ser intervencionista, un Estado que osifique la din¨¢mica de la econom¨ªa. Lo que tiene que hacer el Estado es ser ecol¨®gico; debe ocuparse de la vida. La vida, la gente, las personas, la salud, la educaci¨®n, la seguridad, el medio ambiente. El mercado no se ocupa de eso. Nunca se ha ocupado ni va a ocuparse. Se ocupar¨¢ de la corrupci¨®n o de los bienes materiales, no de la cultura o de la vida de la gente. El Estado debe ser el gestor de la vida, y el mercado, el gestor de los bienes. Y la vida tiene que prevalecer sobre los bienes.
P. ?Qu¨¦ fue de la tercera v¨ªa? Ya casi no se habla de ella...
R. Todo lo que estoy diciendo es tercera v¨ªa. Nunca muri¨®. Lo que pasa es que hay momentos en los que los clich¨¦s ganan fuerza por razones pol¨ªticas. Pero estamos hablando de una nueva v¨ªa de todas maneras. A m¨ª, nunca me gust¨® mucho lo de tercera v¨ªa, porque tiene una connotaci¨®n como de camino entre el capitalismo y el comunismo, y no es eso. No es la v¨ªa; es la renovaci¨®n del Estado, la renovaci¨®n del mercado, que no puede adue?arse de todo.
P. ?No hay un serio vac¨ªo de an¨¢lisis por parte de la izquierda en cuanto a las grandes estrategias, en cuanto a qu¨¦ hacer ante la globalizaci¨®n? ?No falta direcci¨®n?
R. Falta. Falta, porque la primera reacci¨®n de la izquierda ante la globalizaci¨®n fue una actitud anti. Y no se puede ser progresista siendo anti. Tienes que proponer, tienes que ser pro algo. Adem¨¢s, ?qu¨¦ es ser antiglobalizaci¨®n? ?Anti-Internet? ?Antidistribuci¨®n mundial de los productos? Creo que buena parte de la izquierda no se percat¨® de que estamos viviendo una fase posimperialista. La izquierda se ha quedado en la defensa del viejo Estado contra el nuevo orden econ¨®mico de la globalizaci¨®n. Doble error: no ten¨ªa que defender el viejo Estado, ni tampoco sirve para mucho oponerse a un proceso de transformaci¨®n que es inescapable. Lo que hay que crear son otras formas de Estado p¨²blico capaces de impedir que esas nuevas formas se adue?en de lo que no les es propio, que es la vida. Hay que tener un pensamiento de izquierdas progresista, nuevo. Yo lo intento, pero muy a menudo me encuentro con gente que mira el mundo como se ve el retrovisor del coche, mira el pasado y cree que esto no es de izquierdas, y cree que la izquierda es lo atrasado, lo anticuado...
P. ?Son tan fuertes las resistencias?
R. Enormes. Enormes. Es m¨¢s c¨®modo no pensar.
P. ?D¨®nde est¨¢ situado Brasil en la crisis en la que nos encontramos?
R. Brasil es Extremo Occidente. Es Occidente, pero en su extremo, por razones geogr¨¢ficas, pero tambi¨¦n porque el Occidente llega ya un tanto amortiguado. En consecuencia, reelaboramos los valores de Occidente. Pero nuestra matriz es occidental. Y, de alguna manera, somos una copia creativa de Occidente. Querr¨ªamos que Occidente nos mirara m¨¢s de cerca para ver su reelaboraci¨®n en Brasil, las ventajas y los problemas que tenemos. Eso vale para Brasil, para M¨¦xico...
P. No s¨¦ si hay mucha conciencia de esto en Occidente...
R. Occidente, Europa incluida, ha estado en los ¨²ltimos tiempos en una posici¨®n muy egoc¨¦ntrica. Y ahora se ha roto el espejo y se puede ver mejor: los norteamericanos pueden ya ver el problema del terrorismo; se ve la presencia africana en Europa, o turca en Alemania, o tambi¨¦n kurda en Suecia. Ya no puede existir la fortaleza cultural europea.
P. Despu¨¦s de sus casi dos mandatos al frente de Brasil, ?cree que es un pa¨ªs menos injusto ahora?
R. Ojal¨¢. Pero son muchos siglos de injusticia. Nosotros hemos tratado de reforzar la noci¨®n de los derechos y la de inclusi¨®n. Yo me concentr¨¦ en la educaci¨®n. Hoy se puede decir que el 97% de los ni?os est¨¢ en las escuelas. La escuela es el eslab¨®n entre los excluidos y la sociedad m¨¢s pr¨®spera. Tambi¨¦n hemos tratado de dar tierra a los que la necesitaban. Lo hemos conseguido para unas 500.000 familias. Ahora no se pide tierra: ahora se pide no pagar los pr¨¦stamos que les fueron dados; es un progreso. Son cosas que est¨¢n en marcha, son los g¨¦rmenes de un Estado de bienestar social, para tratar de eliminar el Estado de malestar social que ten¨ªamos y a¨²n en parte tenemos. Si seguimos, creo que en unos 20 a?os se notar¨¢n cambios muy profundos.
P. Espa?a est¨¢ presente en Brasil. ?Tiene que estar m¨¢s?
R. S¨ª, tiene que estar m¨¢s. En el redescubrimiento que la Europa latina hace de Am¨¦rica Latina, Espa?a est¨¢ al frente. Tiene una participaci¨®n fuerte, creciente, en las inversiones. La Telef¨®nica espa?ola ya tiene un 30% de sus negocios exteriores de telefon¨ªa en Brasil. Su tasa de crecimiento y su productividad en S?o Paulo no tienen comparaci¨®n con ninguna otra empresa en ninguna parte del mundo. En tel¨¦fonos m¨®viles, hemos pasado de 800.000 a 23 millones en cinco a?os. Y eso se debe, en parte, a Espa?a. En la cultura tenemos m¨¢s de cien acuerdos con universidades espa?olas. Hay intercambio de exposiciones, flujo de ideas y, adem¨¢s, relaciones pol¨ªticas muy positivas en todos los sentidos.Cerca de agotar su segundo mandato, el presidente brasile?o tuvo un papel protagonista en la Conferencia sobre Transici¨®n y Consolidaci¨®n Democr¨¢ticas celebrada el pasado fin de semana en Madrid. Figura intelectual y pol¨ªtica de referencia en la reflexi¨®n socialdem¨®crata, Cardoso advierte sobre el peligro de que la lucha por la libertad no ahogue las libertades.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.