Marcos Ord¨®?ez reconstruye los ¨²ltimos d¨ªas de Tarz¨¢n en M¨¦xico

Marcos Ord¨®?ez (Barcelona, 1957) est¨¢ en vena. Despu¨¦s de publicar el a?o pasado la novela Puerto ?ngel, regresa ahora con Tarz¨¢n en Acapulco (Destino), en la que reconstruye el final del actor Johnny Weissm¨¹ller en M¨¦xico y anuncia que ya est¨¢ terminando una nueva novela, Comedia con fantasmas. Y es que, por si hay alguna duda, Ord¨®?ez es un narrador de raza, de esos capaces de contar historias que enganchan al lector.

Tarz¨¢n en Acapulco, su nueva novela, es muy distinta de la anterior ('la otra era una superproducci¨®n y ¨¦sta es una producci¨®n de bajo presupuesto de cine independiente', bromea) y se inspira en una historia real: la del actor Johnny Weissm¨¹ller, el m¨¢s famoso de los tarzanes del cine, que se volvi¨® loco en los ¨²ltimos a?os y muri¨® creyendo que era Tarz¨¢n junto a un amor llamado Jane.

'La historia de amor de Weissm¨¹ller me la cont¨® un amigo mexicano', explica Ord¨®?ez. 'En el libro cambio el nombre de los personajes para marcar distancia literaria y recurro a un narrador puro que es un director de cine que ha empezado como guionista. En la primera parte del libro se lo encuentra todo por azar, pero es en la segunda cuando encuentra la historia de Tarz¨¢n en Acapulco y se siente implicado en ella'.

En la primera parte de la novela, Ord¨®?ez muestra c¨®mo el guionista Cosmo Lambert se ve implicado en la vor¨¢gine de los festivales de cine y de los actores y productores. En la segunda parte, sin embargo, todo cambia. 'Quer¨ªa que el narrador, despu¨¦s de estar inmerso en el cine, llegara desnudo a Acapulco. All¨ª es donde se le encienden los sentidos. En las dos partes, sin embargo, tiene una especie de gu¨ªa, como en los cuentos cl¨¢sicos. En la primera es el productor Levine y en la segunda es un mexicano llamado Ch¨¢vez, que es a la vez buf¨®n del rey y guardi¨¢n del templo de Tarz¨¢n. De hecho, es el que m¨¢s se parece a Chita'.

Ord¨®?ez admite que su literatura bebe mucho del mundo del cine, aunque agrega de inmediato: 'Como sucede con todo escritor de mi quinta'.

'A partir de mi novela Rancho aparte (1997), he escrito con un gui¨®n previo', afirma. 'En esto me han ayudado mucho las clases de gui¨®n que imparto desde hace a?os en la Universidad Pompeu Fabra. De todos modos, a m¨ª nunca me gustaron demasiado las pel¨ªculas de Tarz¨¢n, pero cuando me contaron esta historia de amor en Acapulco vi que era una buena novela. Sin embargo, no quise obsesionarme con Weissm¨¹ller y me imaginaba a mi personaje m¨¢s bien como un Burt Lancaster envejecido'.

Ante los que insisten en que la literatura actual se ve restringida por la potencia del cine, Ord¨®?ez se?ala: 'En absoluto. La novela es la m¨¢quina perfecta, la que m¨¢s te abre la imaginaci¨®n'.