Par¨ªs-Dakar, una carrera casi m¨ªtica
EL INICIO DEL A?O no ser¨ªa el mismo si despu¨¦s de nochevieja, el concierto de Navidad del d¨ªa 1, el concurso de saltos de longitud y la noche de Reyes no aparecieran por televisi¨®n esos aventureros posapocal¨ªpticos cabalgando sus potentes veh¨ªculos a 200 kil¨®metros por hora a trav¨¦s del polvoriento desierto al son de la m¨²sica marroqu¨ª. Desde que en 1977 Thierry Sabine se perdiera en el desierto y eso le sirviera como inspiraci¨®n para crear un rally con m¨¢s de 10.000 kil¨®metros de longitud, a?o tras a?o se ha celebrado el m¨ªtico Par¨ªs-Dakar. Es extra?o que tras 24 a?os, hasta ahora ning¨²n productor de videojuegos haya visto en esta licencia una v¨ªa para hacer negocio. Finalmente Acclaim lo ha hecho dejando el desarrollo en manos de Broadsword Interactive. El resultado, un juego de carreras mediocre para PlayStation 2 y PC.
Paris-Dakar Rally
Fabrica: Broadsword Interactive Distribuye: Acclaim G¨¦nero: Carreras Plataformas: Windows, PlayStation2 Recomendado: Todos los p¨²blicos Precio: 6.500 pesetas Internet: /www.dakar-rally-game.com/
En Paris-Dakar Rally el usuario puede escoger entre tres modos de juego: contrarreloj, etapa individual o campa?a, y participar con uno de los cuatro tipos de veh¨ªculos que el juego propone: 4x4, moto, buggy o quad. Curiosamente, no aparecen los camiones. Al empezar s¨®lo est¨¢ disponible un circuito, Senegal, y un veh¨ªculo por categor¨ªa. Una vez empezada la partida, un entorno tridimensional traslada al jugador a las pistas africanas.
Si esperaba tener que pelearse con la br¨²jula, o GPS en el mejor de los casos, para llegar a la meta, puede ir olvid¨¢ndose de ello. El juego muestra la ruta mediante un camino muy bien definido y por si a¨²n se tienen dudas, el copiloto se encarga de cantar las curvas e indicar la direcci¨®n. As¨ª que nada de improvisar nuevas rutas para intentar mejorar tiempos. M¨¢s a¨²n, si se conduce fuera de los l¨ªmites del camino preestablecido, la velocidad del veh¨ªculo cae hasta los 20 kil¨®metros por hora. Se trata, pues, de un juego de conducci¨®n igual que cualquier otro que represente un rally delimitado por etapas. Los gr¨¢ficos no son nada del otro jueves y los veh¨ªculos gozan de un cuidado detalle, as¨ª como partes m¨®viles que pueden romperse si la conducci¨®n es muy accidentada. La diversi¨®n hay que buscarla en terminar etapas con buenos tiempos y conseguir desbloquear de esta forma veh¨ªculos m¨¢s potentes y nuevos circuitos.
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